Para su nuevo lanzamiento literario, el escritor chileno Luis López-Aliaga ha vuelto a apostar por el género del cuento, después de una pausa de poco más de seis años tras publicar “Mundo salvaje”, en 2017.
Recientemente, ha regresado con “Las furias”, editado por el sello Banda Propia, una selección de diez cuentos de diferentes temáticas, relatos que no buscan el efectismo, ni mucho menos revelan la sorpresa de último momento, en los que el autor realiza una búsqueda de lo más intrínseco de la vida.
El escritor chileno ha puesto a prueba su prosa en novela, crónica y cuento; este último, su género predilecto, con el que debutó en 1995 con “Cuestión de astronomía”. Ahora, en este nuevo título, López-Aliaga presenta una colección de relatos en los que no hay personajes extraños o peculiares, sino que la mayor parte del tiempo dedica sus líneas a las particularudades de las relaciones, una perspectiva diferente de la monotonía.
En “Las furias” lo que puede ser símbolo de rutina se ve desde otro lado y bajo un filtro diferente; el autor establece, con libertad y asombro, la búsqueda de una imagen, una forma, una historia que perdure.
En las páginas de esta selección se hacen presentes, ríos que crecen de modos incomprensibles, rugidos que hacen eco en el bosque, cielos de matices rojos que terminan cansando la vista, inviernos que mantienen las calles escarchadas y aplastantes calores.
Luis López-Aliaga aprovecha su experiencia en el género, desde “Las furias”, donde ha preparado una variedad de tonos y paisajes como protagonistas, todo unido bajo el espectro latinoamericano. Los cuentos de este libro son resultado de ese sentimiento de una sola identidad, pese a los miles de influencias de la globalización de un mundo moderno e hiperconectado, algo que preocupa a López-Aliaga, que en estos cuentos da muestra del calor, lo tribal y la aldea.
“El nexo entre la poesía de los ochenta y la poesía millenial es, por cierto, complejo, y ofrece un campo demasiado amplio de posibilidades de estudio. Sin embargo, este acercamiento remite al vínculo concreto entre Lautaro Medina y Herta Montana, relación que en su anomalía y consecuencias muestra un filón diegético que favorece la comprensión cabal del problema” fragmento del cuento Prólogo de Las Furias (Banda Propia, 2023).
En cada uno de los relatos, Aliaga transita por momentos conmovedores y otras inquietudes, con personajes de dobles fondos, con impulsos que emanan de los lugares más oscuros e insondables, en los que alguien puede regresar para vengarse y no volver jamás. El autor narra las vicisitudes de una niña cejuda, un perro que mira de reojo, un hermano desaparecido o alguien en busca del plano preciso, y su descenso por la ladera de una montaña, mientras una cámara la filma a distancia.
En la mayor parte de los cuentos se encuentra presente las ideas de furia y venganza, no como un acto evidente, sino como una cuerda que se estira lentamente. En cada uno de los cuentos corre una tensión oculta. En “Hermana”, una joven busca a su hermano que ha desaparecido, el autor hace testigo al lector de una realidad insospechada y suspendida. En “Prólogo” retrata un ambiente literario decadente, de poetas que luchan por su momento de gloria.
El también autor de la novela “La casa del espía” (2019) presenta en “Las furias” una serie de textos llenos de encuadres y perspectivas, desde los diversos puntos de vista con los que el chileno retoma estos diez relatos. Luis López-Aliaga en este libro de cuentos ha echado toda la carne al asador y se presenta como un escritor en movimiento que atraviesa los diversos tiempos narrativos y situaciones sorprendentes al ritmo de un incansable humor negro.
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