En febrero de 2022, bajo la estela de Eduardo Galeano, con el título de uno de sus poemas más célebres, William Alexánder González, originario de Managua, Nicaragua, ganó el premio Antonio Carvajal que distingue a los poetas jóvenes. Su poemario se presentó al certamen como “Los hijos de nadie, los dueños de nada”, ahora, acaba de publicarse bajo el nombre definitivo de “Los nadies”, una recopilación que demuestra su madurez poética, por medio de una voz hecha de ausencias, extrañamientos y tradición.
En este poemario, González presenta unos versos crudos e inquietantes, una cirugía literaria a bisturí de su natal Nicaragua en textos, además, llenos de compromiso social. “Los nadies”, editado bajo el sello de Editorial Hiperión (2022), se ha descrito como un poemario nostálgico en el que se hace presente la patria perdida.
Los poemas del nicaragüense son publicados en España. Tras abandonar su país ya hace algunos años, ahora, el autor ha podido ver la promesa impresa de su obra ganadora, una crónica en verso sobre la migración, partiendo de la del propio González en Madrid, y un viaje en el que recoge sus memorias de adolescencia y su transición hasta la primera madurez.
“Este es un libro sobre el ayer perdido, vuelto a recuperar con las palabras. La nostalgia de la patria lejana divisada en las brumas de la memoria. Los pasos extranjeros del muchacho nicaragüense que escribe, ensayando su destierro desde niño. Y los pasos perdidos de los exiliados en las calles y plazas ajenas, cargando con su miseria y con sus penas. Nómadas, inmigrantes ilegales. Nadies. Expatriados, desterrados, la garra de la lejanía clavada en el corazón. La lenta prisa del que camina en dirección opuesta. La búsqueda sin fin de la identidad perdida, las huellas dactilares borradas de las manos de la madre por la lejía. La carga de los recuerdos que no alivia sino la escritura cuando se toca fondo” Sergio Ramírez.
En “Los nadies”, la nación poética que se extiende por las páginas proviene y queda difuminada en el recuerdo o sumergida en las enseñanzas de Rubén Dario, al quien el joven poeta apela como tutelar en varias composiciones. Las líneas y versos se transforman en las armas de William Alexander González en las que narra la lucha por la subsistencia, el nomadismo forzoso y también el de la marginalidad de una patria adoptiva.
En el primer apartado, el joven escritor, realiza un homenaje a los profesores del colegio Lope de Vega, una evocación hacia la infancia de González en la que convergen su descubrimiento de la lectura y la reivindicación de la educación gratuita. En las secciones como “El iris extranjero” y “Los nadies”, desafilan un cúmulo de nacionalidades y un muestrario de trabajos mal remunerados y nada reconocidos, empleadas domésticas, pandilleros, repartidores de comida a domicilio y hasta vendedores, un caleidoscopio sobre la actual realidad nicaragüense.
“Los Nadies es un libro muy urbano, por eso mis maestros no pertenecen solo a la literatura más tradicional como pueden ser los poetas del Siglo de Oro, la Generación del 27 o Las Sinsombrero. También lo son artistas de hoy en día que hacen música, por eso cito a algunos como Ergo Pro, Galinier, Fernando Costa, Erick Hervé… quería darle ese toque actual que, además, me parece coherente con la temática”. William Alexander González en entrevista con El Generacional Post.
Al ritmo de las páginas, Alexander González va reconstruyendo una patria nueva, edificada entre palabras, que se encuentran recitadas, enunciadas por la memoria, que pueden ser de amor a la enseñanza o al recuerdo. En “Los nadies” se hace presente el rostro de la emigración y una visión de España, de compatriotas orillados a ejercer tareas sin importar el título que tengan, también aparecen las dificultades de pagar un alquiler. González aborda el amor, el dolor, la perdida y la añoranza de un mejor destino a los nicaragüenses regados por el mundo.
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