Los libros infantiles del escritor británico Roald Dahl, de los que han sido modificados algunos párrafos para no herir sensibilidades, no serán retocados en sus ediciones en español, tanto en España como en Latinoamérica, informaron este martes fuentes de la editorial Alfaguara, que tiene los derechos en habla hispana.
Las ediciones de las novelas infantiles escritas por el popular autor británico, fallecido en 1990, se mantendrán en su edición en castellano, después de que su editorial inglesa Puffin Books llevara a cabo una revisión para asegurar que son aptas “para el disfrute de todos los menores” de tal forma que las nuevas ediciones han eliminado o alterado expresiones consideradas potencialmente ofensivas.
“Tras conversaciones con la Roald Dahl Society Company, Alfaguara Infantil y Juvenil mantendrá sus ediciones con los textos clásicos del autor sin modificar sus publicaciones en castellano”, indicaron a EFE fuentes de la editorial.
En inglés, la revisión ha implicado la eliminación de adjetivos como “gordo” o “feo” y de referencias consideradas polémicas sobre salud mental, violencia, género y raza en libros como Charlie y la fábrica de chocolate, Las brujas o Matilda.
La polémica no se hizo esperar y se ha pronunciado incluso el primer ministro británico, Rishi Sunak, para quien “es importante que las obras de literatura y los trabajos de ficción se preserven y no se editen”, al defender “el derecho al libre discurso y expresión”.
El autor británico Salman Rushdie, que fue apuñalado el pasado agosto por un fanático musulmán tras ser hace años condenado a muerte por el régimen de Irán tras la publicación de Versos Satánicos, señaló en Twitter que aunque Dahl no era “ningún ángel”, esto es una “censura absurda”.
La familia del Dahl pidió en 2020 disculpas por declaraciones antisemitas que éste expresó durante su vida.
No es la primera ocasión en que se plantea un debate sobre la modificación o prohibición de antiguos libros de literatura infantil y juvenil, como ocurrió en 2021 con la quema de casi 5 mil libros en escuelas de Canadá, entre ellos cómics de Tintín, Astérix y Lucky Luke, por considerar que propagaban estereotipos sobre indígenas.
Los cómics de Astérix han experimentado modificaciones en la representación de personajes negros, rebajando el color y el tamaño de sus enormes labios rojos, al ser reeditados en Estados Unidos en 2020, según la editorial Papercutz.
Tintín en el Congo fue llevado a los tribunales en Bélgica por un congoleño que reclamó, sin éxito, restricciones a su distribución.
También ante la queja de lectores de ¿Donde está Wally?, del británico Martin Handford, por una imagen de finales de la década de los 80 en la aparecía una mujer en la playa en “toples”, la edición de 1997 fue cambiada y la señora lucía un vistoso corpiño.
En 2019, medio millar de libros fueron “cuestionados” en bibliotecas, escuelas y universidades de Estados Unidos, una censura de la que no se libró ni la saga de Harry Potter.
Asimismo, fue corregida la célebre saga literaria Los Cinco, de Enid Blyton, en la que se retiraron expresiones racistas y sexistas para adaptarse a las nuevas generaciones de lectores.
En esta línea han surgido personajes como un príncipe rosa, un lobo no feroz o una bruja rubia como una deconstrucción de cuentos tradicionales.
Fuente: EFE
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