“Los traseros son un referente”, escribe la estadounidense Heather Radke en la introducción de su primer libro narrativo de no ficción “Butts: A Backstory” (Traseros: una historia de fondo). La escritora debutante recorre aquellos sentimientos que se tienen con respecto a los traseros y cómo estos siempre implican otros sentimientos sobre raza, género y sexo. Radke devela lo que hay detrás de esta fascinación social y cultural del siglo XXI.
En las páginas de “Traseros” escudriña qué hay más allá de esos sentimientos y pensamientos. Radke disecciona en su investigación este fenómeno a través de la combinación de memorias, ciencia, historia y crítica cultural para demostrar cómo el trasero en la mujer siempre ha sido más que una simple característica anatómica, convirtiéndose en un elemento dentro del simbolismo cultural y cambiante, todo esto bajo su percepción como ensayista y docente de escritura creativa (Universidad de Columbia).
Heather Radke presenta, en este libro un viaje que transporta al lector desde la explotación racista de una mujer Khoe (“the Hottentot Venus”) de gran trasero llamada Sarah Baartman, en el siglo XIX, hasta el debate sobre el twerking de Miley Cyrus en 2013 y los albores del levantamiento de glúteos brasileño. A lo largo del texto, la ensayista expone todas aquellas modas pasajeras que han jugado con la forma de los traseros: hacia arriba, como los lleva Kim Kardashian enfundada en Balenciaga, o hacia abajo, como se solía llevar en los vestidos flapper de los años 20.
“Me interesé en cómo los tipos de cuerpo se ponen y pasan de moda, lo que me pareció muy extraño. Había sido una experiencia muy específica que había tenido sobre mi cuerpo, sentir que el tipo de cuerpo que tenía no estaba a la moda, en el mundo en el que crecí y luego, de repente, se puso de moda”. Heather Radke.
En “Butts: A Backstory”, la ensayista presenta diferenes fenómenos en torno a su inspiración literaria, como el caso de famoso entrenamiento Buns of Steel, o el de los activistas gordos del fitness, y los hombres que se dedican a esculpir glúteos en almohadillas de espuma para drag queens. Radke se adentra en el set grabación del video Baby Got Back de Sir Mix-a-Lot, pero también explora como Kim Kardashian rompió el internet, tras equilibrar una copa de champán en su trasero, para la revista Paper.
La escritora plantea que los traseros pueden decirnos y revelar mucho sobre la sociedad, pone como ejemplo la experiencia que tuvo al visitar Museo Metropolitano de Arte en Nueva York. En su visita se encontró con una escultura femenina de mármol del año 4500 a.c., que le recordó a la Venus de Willendorf: “Pensamos en ellas como esculturas de fertilidad”. Eso, concluye, es algo que no se podrá saber, pero algo tiene claro, existe una obsesión occidental con los traseros.
Heather Radke señala el 2014 como “el año del culo”, gracias la industria musical y del entretenimiento con figuras como una Nicki Minaj con el videoclip de Anaconda, o Beyonce, quien en las Destiny’s Child escribió Bootylicious, y en esa fecha publicó un álbum visual epónimo, en el que se hacía presente el feminismo de Chimamanda Ngozi Adichie; el mismo año en que Meghan Trainor elevaría su trasero en All about that bass.
“El trasero se ha usado para reforzar las jerarquías raciales, es un barómetro del trabajo duro y un medidor del deseo y la disponibilidad sexual. La forma y talla del trasero de las mujeres se ha percibido como un indicador de su naturaleza y su moral, su feminidad e incluso su humanidad” Heather Radke en Butts: A Backstory.
Radke a lo largo de su ensayo de no ficción, ilumina cómo una historia de raza, género y cultura ha dado forma a las ideas muy personales y colectivas sobre nuestros propios cuerpos. El libro desde su título podría llamar a cualquier curioso, que a priori podría esperar fotos provocadoras o alguna crónica intimista sobre un fetiche, pero el ensayo no se trata más que de una obra histórica de la cultura en torno al “Trasero”, que le llevó a la escritora un arduo trabajo de investigación y reportaje.
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