Del 9 al 19 de febrero se celebró la trigésimo primera edición de la Feria del Libro de La Habana (Cuba), en la que Colombia fue el país invitado de honor. Durante diez días, una delegación conformada por más de veinte escritores, editores, libreros, promotores y artistas, encabezados por la vicepresidenta Francia Márquez y la ministra de Cultura, Patricia Ariza, compartieron con las personas que se acercaron a apreciar las actividades y trataron, entre otros temas, asuntos de intercambio cultural entre ambos países, recordaron a Gabriel García Márquez como el gran narrador que supo amar a ambas naciones y el curso actual de la industria del libro en Latinoamérica.
En actos previos, la ministra Ariza comentó que la participación de Colombia en la feria se hacía en un momento muy especial, como parte del Gobierno del Cambio, refiriéndose al cuatrienio del presidente Gustavo Petro, en un verdadero espacio de intercambio cultural que abraza las letras y las artes, en comunión con el pueblo cubano.
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Por su parte, la vicepresidenta Márquez, que dio el discurso de inauguración de la feria, destacó que su regreso a la isla, luego de haber participado en la mesa de víctimas de los diálogos entre el Estado colombiano y las Farc, significó que en Colombia se está haciendo realidad el anhelo de la paz total y se refirió a los vínculos, en materia cultural, entre los dos países:
“Los vínculos culturales entre ambas naciones son un activo binacional que se debe fortalecer y la Feria del Libro de La Habana es la oportunidad de oro en ese sentido. Por otro lado, cabe resaltar que Cuba es uno de los países de América Latina que más ha desarrollado sus relaciones diplomáticas con países africanos y cuenta con mayor número de consulados y embajadas”, dijo la vicepresidenta colombiana.
Durante la feria se suscribió el Memorando de Entendimiento para la Cooperación en Culturas, Artes y Patrimonio, que servirá de punto de partida para el trabajo binacional en 2023. El vicecanciller Francisco Coy señaló que con esto Colombia renueva su amistad con Cuba y secundándolo, desde el Ministerio de Cultura, se aseguró que la feria se daba como una oportunidad ideal para resaltar la importancia de la cultura en la consecución de la paz y, particularmente, el rol de la literatura en la construcción de un nuevo relato de país, contribuyendo así al rescate y preservación de la memoria.
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A lo largo de los días, escritores de la talla de Alejandra Jaramillo Morales, Alonso Sánchez Baute, Álvaro Castillo Granada, Ángela Mavisoy, Carolina Vivas, Celso Román, Eliana Hernández, Ivar da Coll, José Luis Díaz-Granados, José Zuleta Ortiz, Juan Manuel Roca, Laura Restrepo, Lisandro Duque Naranjo, Lucía González Duque, María del Sol Peralta, Sindy Elefante, Velia Vidal y Yolanda Reyes, hablaron en torno a sus obras y participaron de diversas mesas temáticas.
Como muy pocas veces, los cubanos pudieron escuchar los versos a viva voz de los poetas Juan Manuel Roca y José Luis Díaz-Granados; fueron testigos de la brillantez de Velia Vidal, seleccionada por la BBC como una de las 100 mujeres más influyentes del mundo en 2022; acudieron al reencuentro con el ‘librovejero’, Álvaro Castillo Granada, quien lleva años visitando el país y es ya tan cubano como colombiano.
En el evento también participaron Carolina Delgado Serrano, representante del grupo musical Enkelé, y los decimeros Héctor Pérez García, Alfredo Martelo Escobar, Telmo Ángulo Cicádeo, Pío Abril, Gustavo Córdoba Soto y Gildardo Cruz Arias.
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Hubo conversaciones dedicadas a García Márquez y a Laura Restrepo, al cine de Luis Ospina y al “Chigüiro”, de Ivar Da Coll; a las reminiscencias del conflicto, a la oralidad de los pueblos indígenas; se hizo la presentación de libros como “Al diablo la maldita primavera”,”Lo que no fue dicho” o “Con los libreros en Cuba”; se reflexionó alrededor de la literatura infantil, el cómic y la literatura afro.
En los últimos días del evento, los ciclos cine colombiano en una ciudad cinéfila como lo es La Habana, el aniversario de Fina García Marruz y Antonio Núñez Jiménez; el décimo Taller Internacional del Librero y el recuerdo de Fidel Castro como parte importante de todo el circuito cultural.
Como acto de despedida y agradecimiento, la delegación colombiana organizó una donación de libros del Gobierno de Colombia al Gobierno de Cuba, acto en el que participó la directora de la Biblioteca Nacional de Colombia, Adriana Martínez Villalba, y su contraparte cubano, Omar Valiño Cedré.
Con buen clima y en medio de fiesta, aunque siendo conscientes de la situación de ambas naciones, los representantes de los dos países que hicieron posible la presente edición de la feria, despidieron por lo alto el evento cultural y dejaron sentadas buenas relaciones para el futuro. Ahora, entre Cuba y Colombia, libros, cine, arte, y también, la vida.
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