El novelista irlandés, ganador del Premio Booker en 2005, John Banville acaba de publicar su nueva novela, titulada “Las singularidades”, y, con ella, anunció su retiro definitivo de la literatura. En esta última historia, editada por el sello de Alfaguara traducción de Antonia Martín, el autor relata el regreso de un hombre anciano al lugar de su infancia para hacer un resumen de su propio universo narrativo, su retiro y su resistencia a seguir escribiendo su serie policiaca.
A sus 77 años, el ganador del premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2014, quien bajo el seudónimo de Benjamin Black, ha escrito una serie de exitosas novelas negras, ha declarado que este nuevo libro se trata del resumen literario de su vida y su obra; de memoria, porque le enferma leer sus anteriores libros publicados, en los que, de acuerdo con Banville, solo ve fallos y errores.
Ha declarado en reiteradas ocasiones que no volverá a escribir un libro con la envergadura de “Las singularidades”, un texto que es el resultado del trabajo de más de cinco años de su vida. Con respecto a su decisión, ha declarado sentirse demasiado mayor para comenzar un libro como este, en el que reúne sus personajes más emblemáticos y donde habla de la vida y la muerte, la nostalgia y el deseo.
“He alcanzado determinada edad y ya me observo para ver si empiezo a perder las palabras. Hasta ahora no ha sucedido, pero llegará un día en que me costará encontrarlas. Sería una tontería zambullirme en un proyecto y no poder acabarlo porque soy mayor. Eres joven y los jóvenes contempláis todo desde otro lado, pero te diré que a partir de los cuarenta años se envejece mucho más rápido de lo que cree” John Banville en entrevista con La Razón.
En “Las singularidades”, Freddie Montgomery acaba de salir de prisión y se siente como un nombre renovado, bajo el pseudónimo de Felix Mordaunt vuelve al viejo caserón de su infancia, donde ahora vive la familia del fallecido Adam Godley, un gran físico cuya teoría revolucionó la concepción del universo. Mordaunt se une a la constelación formada por el hijo, eternamente a la sombra del famoso científico, su irresistible esposa, Helen, una terca ama de llaves y un biógrafo enamorado.
En esta novela de más de 300 páginas, el autor reconstruye a la vez la historia de amor, en cuyo centro se encuentra Helen, quizá el más inolvidable personaje femenino del autor. En esta novela de suspenso, realiza una biografía apócrifa y plantea una teoría científica, en la que Banville lleva su narrativa hacia nuevos horizontes y plantea la literatura y el arte como fuente de placer.
“La literatura y el mundo literario ha cambiado en estos últimos cincuenta años. Antes la gente esperaba con ganas nuestra última novela. A la gente ahora le importa un bledo. No existe esta idea. El público ya no quiere libros difíciles. La próxima generación perderá mucho por rechazar el desafío de la dificultad. Pero la dificultad es la esencia misma del arte. No existe nada que sea realmente bueno en el arte o en la literatura que no sea difícil. Las cosas difíciles son siempre más que ellas mismas; las cosas sencillas solo son sencillas. Da igual. Mi trabajo ya está hecho.” John Banville.
John Banville ha declarado entrar en pánico cada mañana al sentarse a escribir y un pensamiento lo recorre, el que no sabrá hacerlo, pero una vez que se adentra en el proceso, se convierte en otra persona, “cuando me levanto de mi silla es Banville el escritor el que se queda en la mesa”; también cree que el mundo en la actualidad es un sitio terrible tras las tragedias de Siria o Turquía, “Si pudiéramos sentir en un segundo la angustia del mundo nos moriríamos”.
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