Para su tercera novela, el escritor mexicano Alberto Chimal (1970) decidió desarrollar una historia de corte policiaco y político con elementos fantásticos bajo el título de “La visitante”. En este texto, el autor se encarga de narrar la vida de una víctima de asesinato, descubriendo reveladoras experiencias aparentemente sobrenaturales, entre recuerdos olvidados.
La historia de “La visitante” transcurre en el México de 1972, los años del miedo, en los cuales aun se sentía la represión contra los estudiantes tras la tragedia del Tlatelolco (2 de octubre de 1968). Gabriela es una joven recién llegada a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para cursar la carrera de contaduría, aunque termina dedicando su tiempo al grupo de teatro experimental.
El grupo universitario al que se une es dirigido por Teodoro, una joven promesa de la escena artística. Tan pronto como se integra a los ensayos, Gabriela se entera de la misteriosa desaparición de una de las antiguas actrices de la compañía, que aparentemente fue vista por última vez el día de la matanza estudiantil del jueves de Corpus.
“En la cultura mexicana, mucho antes de aquella fecha, tenemos esa reunión entre lo ritual y lo religioso. Están los rituales, muy ligados al teatro, de acercarse a lo divino, a lo trascendente. Ese es un tema que ha aparecido en mi obra porque me fascina. Gabriela, con esa hipersensibilidad, antes de entrar a la compañía de teatro, tiene raptos religiosos”. Alberto Chimal en entrevista con Milenio.
Al principio todo parece marchar bien con su llegada al grupo teatral, pero entre sus filas esta asociación protege más de un secreto y una serie de perturbadoras pesadillas comienzan a atormentar a la protagonista, y se ve obligada a encarar un horror inexplicable, aparentemente ligado al brillante director, a su nuevo grupo de amigos y una fuerza oculta que rodea a todos y es persistente tras bambalinas.
Como ha comentado Chimal, la historia de “La visitante”, se encuentra ligada muy poco a lo convencional y es un texto no muy ajeno a literatura mexicana, la cual cuenta con uno de los ejemplos más famosos, la novela de Pedro Páramo, un relato político e histórico en medio de una revolución plagada de fantasmas. Chimal, con esta historia, recrea algo parecido, valiéndose de la reunión de lo ritual y lo religioso.
“Ciertos episodios que le suceden a Gabriela, me pasaron. Digamos, su encuentro con las llamadas religiones carismáticas en las que se busca una especie de éxtasis o abandono de la conciencia; sus primeros encuentros con el teatro. La fascinación que puede darse al descubrir un mundo tan diferente del cotidiano” Alberto Chimal.
Esta combinación de dogmas rituales y religiosos para acercarse a lo trascendente, se han convertido en el motor y prosa de Alberto Chimal, un tema al que el escritor ha abordado a lo largo de su obra cuentística, con la que ha publicado poco más de una veintena de libros. Ahora en “La visitante” se encarga de darle vuelta de tuerca a su argumento mediante los recursos del género policiaco, mediante un feminicidio en que su protagonista, no descubre el hilo negro, sino que comienza a recordar algo había olvidado.
El escritor originario de Toluca, en este título se encarga de entretejer la violencia, el poder y lo fantástico, elementos inquietantes para esta su tercera entrega novelada. Alberto Chimal para 2009 publicó su primera novela “Los esclavos”, un thriller; anuque el autor es mejor conocido por su trabajo como cuentista, y en este nuevo lanzamiento plasma algunos de sus pasajes personales, un ejemplo cuando perteneció unos años en el teatro universitario en Toluca.
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