La crueldad de la violencia en “Historias de un país invisible”, de la colombiana Pilar Lozano

En el arranque de 2023, una de las novedades que se toma las librerías colombianas es el libro escrito por Pilar Lozano e ilustrado por Daniel Rabanal, cuyo título “Historias de un país invisible” no podría venir mejor en estos tiempos, cuando más de uno intenta que el gobierno nacional no olvidar.

En aproximadamente 50 páginas, la también autora de títulos como “Era como mi sombra” y “Colombia, mi abuelo y yo”, se adentra, como si fuera una pintura, en el mundo rural de Colombia, ese mundo olvidado donde tantos niños no tienen acceso a la educación y su única opción de “crecer” es a través de las armas.

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Con buen tino, Lozano reúne sus conocimientos como periodista para narrar la dura realidad sobre la que ha querido llamar la atención y así dirigirse al público infantil, de una manera similar, aunque más profunda, a como lo había venido haciendo hasta el momento en sus libros, todos surgidos de sus experiencias en el periodismo y basados en sus técnicas para contarles a los más pequeños lo bueno, lo malo y lo feo de su país.

Al interior de “Historias de un país invisible”, que fue originalmente publicado en 2017 y en este año ha sido reeditado por Panamericana Editorial, Pilar Lozano busca hablarles a los lectores de aquello que solo le había contado a los adultos en el periódico, que una escuela de Toribío, en el departamento del Cauca, adaptó sus contenidos para evitar que los niños fueran a la guerra; que el fútbol también puede servir como estrategia de paz y puede enseñarles a los niños la importancia de las reglas; que las historias, por más dolorosas que sean, pueden contarse como películas de lo más fantásticas.

En una reseña publicada por El Tiempo, el periodista cultural Sergio Alzate escribe, a propósito del libro, que estaría bien dejar de repetir que somos un país fragmentado y que es la Colombia rural la que se ve azotada por la violencia.

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La realidad es que es todo el país el que debe, de una u otra manera, hacerle frente a su presente. La violencia no toca a unos pocos, sino a todos. En ese sentido, apunta la autora, tanto el profesor en Toribío, como el entrenador de fútbol en Medellín, o el padre en Bogotá, pueden todos hacer su parte para que la violencia no sea el punto de referencia de la sociedad colombiana.

En “Historias de un país invisible”, la autora explora a lomo de mula cuatro municipios hostigados por la guerra y que reciben otra vez a los hijos que esta les robó, apunta Alzate. En el libro, los “héroes de verdad” —como se refiere la autora a los profesores de Toribío (Cauca), Granada, (Antioquia), Belén de los Andaquíes (Caquetá) e Istmina (Chocó)— idean planes para ahuyentar la sombra de la guerra de las manos de los niños que alguna vez llegaron a empuñar un fusil.

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“Historias de un país invisible” es un libro necesario para acercar a los más pequeños a la realidad de lo que somos como país, una herramienta agradable para hacerles entender lo que, día a día, tantos quieren ignorar.

Pilar Lozano lleva varios años trabajando en este tipo de contenidos. Ya son varios los títulos que ha publicado y muchos los años que se ha destacado como promotora de lectura, ayudando a los más jóvenes a descubrir la magia de la literatura.

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