¿Quién no ha visto una película basada en alguno de los libros de Julio Verne? ¿Quién no lo ha leído en la escuela? Al célebre autor francés, así sea de nombre, casi todos lo conocen. Más de uno ha viajado al centro de la tierra, o la luna, o ha hecho las 20.000 leguas de viaje submarino; probablemente, no todos han dado la vuelta al mundo en ochenta días, pero sí que se habrán perdido en la isla misteriosa, o se habrán topado con Miguel Strogoff.
A Julio Verne, como a Shakespeare o a Cervantes, es imposible pasarlo por alto. El escritor nació en febrero de 1828. Su nombre de pila era Jules Gabriel Verne. Fue un importante escritor, dramaturgo y poeta que se destacó, especialmente, por sus novelas de aventuras y de anticipación científica. Se le considera una de las plumas fundadoras del género de ciencia ficción.
Le puede interesar: Julio Flórez: cien años de la muerte de un poeta maldito
Criado al interior de una familia burguesa, desde muy niño se vio atraído por la literatura. Su padre, Pierre Verne, era un apasionado. Su ejemplo sirvió que el joven Jules siguiera sus pasos, y no solo los siguió, sino que los superó.
Verne es considerado uno de los escritores más destacados de la literatura francesa en toda su historia. Su influencia en Europa y todo el mundo es incalculable. Desde 1979 es uno de los autores más traducidos del mundo. Su obra comprende más de una veintena de títulos y la mayoría de ellos han sido adaptados al cine y al teatro.
Entre sus obras más recordadas es posible mencionar “Cinco semanas en globo” (1863), “Viaje al centro de la Tierra” (1864), “Veinte mil leguas de viaje submarino” (1870), “La vuelta al mundo en ochenta días” (1872), “La isla misteriosa” (1874).
Inició su carrera literaria en 1850, impulsado por Alejandro Dumas, y no paró de escribir hasta su muerte, en el año 1905. En todo ese tiempo, gozó de gran popularidad y llegó a ejercer cargos públicos. En sus últimos años fue el concejal del Ayuntamiento de Amiens y se esforzó en conseguir mejoras para la ciudad.
Le puede interesar: Por medio de Inteligencia Artificial se reveló una pieza inédita del dramaturgo español Lope de Vega
Han pasado ya 195 años desde su llegada a este mundo y mucho se ha dicho y escrito sobre él. Películas y videojuegos se inspiran en sus ficciones y los lectores, aun sin conocerlo del todo, gozan de sus invenciones en la literatura.
Con el ánimo de recordarlo, en Infobae Leamos hemos seleccionado algunos datos curiosos alrededor de su biografía. De repente, puedan ser útiles para los lectores que no se han animado a leerlo. Hay de todo un poco, y son cinco:
Segundo autor más traducido
Es bien conocido que mientras estuvo vivo, Julio Verne escribió demasiado. Era una máquina. Se estima que producía una novela por año. De todo lo que hizo, muchos son los títulos que han trascendido la lengua francesa. En su tiempo, Verne fue el segundo autor más traducido del mundo, después de Agatha Christie. Un dato no menor, pues no es suficiente estar disponible en las lenguas principales para hacerse universal.
Le puede interesar: Barbra Streisand prepara sus memorias: romances silenciosos, pánico escénico y Broadway a sus pies
Presidente del club de esperanto
Mientras estuvo comprometido con la vida de la gente de Amiens, Julio Verne se relacionó demasiado y muy bien con la comunidad. En algún momento se vio muy interesado con aprender el esperanto, lengua que lo fascinó a tal grado que dijo que escribiría una novela únicamente apoyado en ella. El trabajo no pudo ser completado debido a su enfermedad y posterior muerte. Lo que se publicó después no tenía nada que ver con el original. ¿Qué título era? “La impresionante aventura de la misión Barsac”.
Un auténtico viajero imaginario
Los libros de Julio Verne están repletos de referencias al viaje. De hecho, ficciones enteras se construyen alrededor de esta figura. Es curioso porque, aunque le encantaba, el autor apenas si salió de Francia.
Hay anecdotarios sobre el francés que dicen que, pese a atraerle el concepto y la experiencia del viaje, apenas si soportaba unas cuantas horas en un tren o subido a un globo.
De niño intentó marcharse a India, persiguiendo su ansia de aventuras. Estuvo a punto de embarcarse, pero su padre lo descubrió a buen tiempo.
<br/>
Padre de un hijo sin remedio
Julio Verne fue padre de tres hijos: Michel, Valentine y Suzanne. Las últimas dos no fueron biológicas. Con Michel tuvo una relación compleja durante casi toda su vida. En la infancia de este, el escritor decidió internarlo en un reformatorio, pues era un niño complicado y esperaba que en este lugar se educara. Al salir, recayó en una correccional para menores. El niño, como se suele decir, no tenía remedio.
Pese a que el autor de “20.000 leguas de viaje submarino” tenía la esperanza de que cambiara, Michel no mostró mejoría alguna o un cambio radical de conducta. Por esta razón, Verne decidió recluirlo un tiempo en un manicomio. Aquello terminó de romper la relación entre los dos. Cuando el joven salió, no pudo perdonar a su padre. Nunca consiguieron llevarse bien el uno con el otro.
Autor visionario
Verne estuvo siempre atento de los avances de la ciencia en su época. Sus obras están repletas de referencias a la física o la química. Le interesaba sobremanera la aeronáutica y, de hecho, varios de los modelos que describía en sus obras sirvieron de ejemplo para las posteriores construcciones de transbordadores espaciales. ¿Habrá visto Verne el futuro?
Seguir leyendo: