En algún momento de nuestras vidas, todos nos hemos sentido invisibles, ya sea porque sentimos que no encajamos en algún sitio, o porque nos han apartado de algo. Del rechazo nadie se salva, en mayor o menor medida.
Ser invisible no es cool, pero a veces trae sus ventajas; por ejemplo, entre invisibles hay apoyo, casi que hermandad. Si alguno necesita algo, el otro hará lo posible por ayudar. Si bien a los invisibles nadie los ve, o no los quieren ver, entre invisibles hay visibilidad y, a veces, está muy bien que te miren.
Le puede interesar: Alice Kellen está de vuelta: la prolífica bestseller de identidad secreta publicó casi 20 libros en 10 años
En las páginas de este libro, escrito por el español Eloy Moreno, ser invisible es un poder. Alguna vez todos lo hemos querido ser, pero no es fácil desaparecer. Otras, en cambio, no sabemos cómo hacer para que nos vean. Controlar la invisibilidad no es cosa sencilla. A veces, cuando más ganas tenemos de ser invisibles, es cuando más nos miran; otras, en cambio, cuando deseamos que todo el mundo nos deje en paz, que no nos encuentre, simplemente sucede lo contrario.
La historia que se cuenta es la de un chico que desde hace un tiempo despierta en las noches con dolores intensos y un pitido en los oídos que lo enloquece. Él piensa que está en su habitación, pero lo cierto es que se encuentra internado en un hospital. Hace mucho que no consigue dormir más de cuatro horas seguidas y su madre, que permanece a su lado, lleva ya varias noches durmiendo en un sillón de lo más incómodo, preocupada por su hijo, aferrándose a la idea de que se reponga en algún momento y todo vuelva a la normalidad.
Entretanto, una chica, Kiri, se pregunta si es momento para visitarlo en el hospital, pero no se siente preparada. Su amigo ha estado un buen tiempo con sondas, vendajes y el pelo quemado. No lo quiere ver en esas condiciones. Comienza a dibujar todo lo que esto le provoca. Ella está enamorada de él en secreto. No acepta que algo malo le haya sucedido. Y mientras ella se debate si entrar al sitio o no, otro chico, Zaro, intenta conciliar el sueño tras el accidente, pero no lo consigue. Necesita a su amigo más que nunca y se siente culpable porque lo ha dejado tirado. Mientras él está mal, ha preferido mantenerse al margen.
Le puede interesar: El libro de Joan Didion que cuenta el momento exacto en que se cancela la normalidad de la vida
En la habitación del hospital, este chico reflexiona sobre muchas cosas que le han sucedido en la vida y llega a la conclusión de que todos en este mundo tenemos poderes. Algunos tienen la capacidad de ver en la oscuridad, otros cuentan con la habilidad de escuchar a largas distancias, o captar olores irreconocibles. Él, en su condición, con quienes creía que eran sus amigos estando lejos, puede volverse invisible.
Para él, la invisibilidad no es algo malo. De hecho, así puede huir de los monstruos y resguardarse. No le interesa que lo vean, en absoluto, no si eso va a hacer que MM aparezca. No nos gusta MM, porque es quien le causa más terror al chico invisible.
“Un amigo no dejaría al otro tirado así, sería el primero en ayudarle, en defenderle… pero ¿y él? ¿Qué pasará con él si entra en esa guerra? ¿Dónde está el límite entre ayudar y ponerse uno mismo en peligro? Quizá son preguntas demasiado grandes para alguien tan pequeño (...) Se da cuenta de que le ha fallado en todo, desde el primer día, desde que decidió quedarse en un segundo plano, desde que decidió marcharse de su lado” - (Fragmento).
Le puede interesar: Un libro para celebrar la herencia afro: “Rosa la Crespa”, de la actriz colombiana Indhira Serrano
Intensa y reflexiva, así es “Invisible”, la novela del español Eloy Moreno que ha sido publicada por el grupo editorial Penguin Random House, a través de su sello Nube de Tinta. A lo largo de 320 páginas, el lector se verá acogido por esta historia narrada con suma emotividad por la voz de un niño que ansía, ante todo, volverse invisible.
Si bien la novela está pensada para un público juvenil, la fuerza de la historia termina por acoger a cualquier lector. En últimas, ¿a quién de nosotros no se nos ha dado por hacernos invisibles en algún momento? ¿A quién de nosotros no se nos ha ocurrido que, de repente, el mundo no es tan bello como dicen?
El libro problematiza el tema del acoso escolar y lo lleva a sus expresiones más intensas. La realidad del chico invisible, con el correr de las páginas, se convierte en la nuestra y ya no es solo él quien llora, sino todos nosotros, en medio del papel y la tinta.
Seguir leyendo: