El pasado 25 de noviembre 2022 se anunciaba el fallecimiento de la escritora y filóloga española Begoña Huertas, una novelista y ensayista premiada por sus reconocibles obras. Hace pocos días vio la luz su obra póstuma, “El sótano”, una novela negra abstracta que transita entre lo lírico y lo filosófico en la que afronta la necesidad de elegir entre aferrarse o dejarse ir y que Huertas dejó como herencia literaria.
En las notas que se encuentran en la contraportada, la escritora ya anuncia el argumento de la historia, con el pasar de las líneas Begoña Huertas se descompone para unirse a ellas, al ritmo de las páginas hace un ejercicio sobre sacar las fuerzas, cuando ya no se tienen o se quieren.
En la novela, Begoña Huertas presenta a la narradora, quién decide ingresar en una clínica de lujo eficazmente diseñada para restaurar cuerpos enfermos, tras el cansancio crónico que la aqueja, fruto de una inespecífica dolencia. Allí se rodea de un selecto grupo de pacientes, que como ella se entregan a los tratamientos, algunos bajo el secretismo y otros experimentales, que son suministrados en el sótano del edificio.
Entre sus compañeros se encuentra, Rubén, que actúa como maestro de ceremonias, y Dolores, su mujer y con la que la protagonista entabla una amistad incierta. Entro del grupo también se encuentra la señora Goosens y su sobrino Adolfo, un par que respectivamente parecen sanar y empeorar de forma sospechosa. Todos tienen una máxima en común “Las miserias nos las callamos todos por dignidad”. Y cuando la mejora no llega, los recelos emergen.
Begoña Huertas presenta, en esta novela, a las dinámicas de del grupo que parecen obligar a sus residentes a elegir entre la soledad y la tiranía. La protagonista se da cuenta de una situación recurrente en la clínica, lo raro que parece ser estar sano, y la autora profundiza en el lastre en el que el cuerpo puede convertirse con la pesadez, al tiempo que la protagoniza atraviesa entre aceptar u oponer resistencia.
En la clínica, la doctora Múñoz convierte un cáncer testicular y otras enfermedades en belleza escondida y en el sótano, tienen lugar las exploraciones, los tratamientos médicos y experimentales, pero también es un lugar donde la culpa sale a flote acompañada de la enfermedad, el grupo se convierte en algo parecido a la semilla del diablo, a la vez es un relato sobre el cuerpo propio, ajeno y el de la autora.
La novela “El sótano” se encuentra envuelta en una perturbadora atmosfera, entre la trama médica, la sordidez y de resonancia criminal. En la historia, Huertas, revela una narración anómala a la que tenía acostumbrados a sus más fervientes lectores, con sus obras publicadas en vida. Aquí escribe con total libertad sobre las oscuras e imprevisibles vivencias, como un mal en extensión.
Esta herencia literaria, Begoña Huertas renuncia a fingir y roza de cerca las ganas de dejarse ir, la soledad del cuerpo, la distancia de la enfermedad y el relato, la culpabilización y el castigo como pena a cumplir por dejarse enfermar. Aquí la escritora, saca todo el repertorio narrativo con el que contaba, para trasferir el collage de pasajes que pasaban por su cuerpo y mente, al tiempo que escribía las peripecias de una protagonista enferma.
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