Una ficción a once años de extinción de la ETA en la novela “Hijos de la fábula”, del español Fernando Aramburu

El también autor de “Patria” relata la historia de Asier y Joseba, quienes viajan a Francia para enlistarse en las filas de la organización terrorista

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"Hijos de la fábula" - Fernando Aramburu
"Hijos de la fábula" - Fernando Aramburu

El escritor español Fernando Aramburu acaba de publicar su más reciente título “Hijos de la fábula”, editado bajo el sello editorial de Tusquets, en este libro el autor regresa a los años del plomo de ETA, etapa en la que la banda terrorista cometió el 29 % de los asesinatos de la historia española entre 1978 hasta 1980, es autor emplea a lo largo de este texto una elaborada técnica narrativa de ecos alternos e inmerso en las sensaciones misteriosas de aquella realidad no tan lejana.

En “Hijos de la fábula”, el escritor compone el retrato de una sociedad vasca inmersa en medio de los tiempos convulsos en los que domino la ETA. Esta historia la formula con la que detalló “Patria” una de sus anteriores obras. Ahora en esta obra de ficción, trata al terrorismo desde la perspectiva del humor sarcástico y pícaro que ha caracterizado al autor en sus anteriores trabajos.

“Mi novela es un drama, pero contado con elementos humorísticos dirigidos a parodiar al agresor, lo que me permitía respetar un criterio ético. Yo jamás me permitiría mofarme de quienes han sufrido, pero sí de quienes planean agredir a otros. En ese sentido no tengo freno a la hora de recurrir al esperpento, la parodia o la situación cómica”. Fernando Aramburu.
Portada de "Hijos de la fábula" (Tusquets).
Portada de "Hijos de la fábula" (Tusquets).

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El relato es protagonizado por Asier y Joseba, dos jóvenes exaltados que se marchan en 2011 al sur de Francia con la intención de enrolarse en las filas de la organización terrorista. Esperan instrucciones en una granja de pollos, acogidos por una pareja francesa con la que apenas se entienden, por no compartir las mismas habilidades en su idioma. Allí se enteran que la asociación ha decidido abandonar la lucha armada.

Tras el fallido intento, y el desconcierto de la apresurada decisión, deciden no renunciar a sus aspiraciones épicas. así uno asumirá el papel del jefe y disciplinado ideólogo, y el otro de subalterno más relajado. Pero el contraste entre el afán de gestas y las peripecias más ridículas, bajo la lluvia el relato y su aventura se torna cada vez más cómica.

Entre sus diálogos, Asier y Joseba tienen algo de Quijote y Sancho, pero sobre todo más del Gordo y el Flaco, poco después conocen a una joven que les propone un plan, que les hará cambiar el escenario desafortunado que les trajo su aventura. Fernando Aramburu, presenta en esta nueva novela un arrastre hasta un desenlace de inesperadas situaciones, y así vuelve a demostrar que es capaz de hacerle a realidad en sus páginas.

ETA (Foto: BBC)
ETA (Foto: BBC)
“Algún tipo de fábula que se les ha inoculado en el cerebro, que determina sus comportamientos y que hace que vean el mundo desde su perspectiva ideológica. En ese sentido sí son un poco quijotescos. La gran diferencia con el Quijote es que este sale al mundo a desfacer entuertos. Ellos salen a lo contrario y consideran legítimo liquidar a quien piensa de otra manera o entorpece su proyecto”. Fernando Aramburu en entrevista con El País.

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La novela de Aramburu, transita entre el despliegue de patetismo y las aventuras narradas con humor, aunque sin dejar de lado la seriedad del adoctrinamiento de esta asociación terrorista que sometió a muchos jovenes a sus filas durante un periodo sangriento que no solo dejó una herida en el recuerdo de la sociedad española y francesas, si no daños colaterales que no serán olvidados por la historia.

La historia de “Hijos de la fábula” llega 11 años transcurridos desde el final de la ETA, al paso de cada hecho conviven la ironía y la auto ironía de una supuesta lucha heroica con la que Asier y Joseba sueñan. Pero los sueños se esfuman al ritmo que el narrador da cuenta de la peripecia entre lo directo y lo campechano, el autor no escatima en puntualizar lo herida que dejó la ETA, algo parecido a lo que hizo con el panóptico político de “Patria”.

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