Como prolongación del ciclo que le dedicó el año pasado el Centro Cultural Kirchner al cumplirse el centenario de su nacimiento y del rescate de su libro Río de las congojas que realizó hace unos años Ricardo Piglia para Fondo de Cultura Económica, la obra de Libertad Demitrópulos vuelve a circular de manera dispersa, en su mayoría a partir de iniciativas de sellos universitarios, que reeditaron las novelas Sabotaje en el álbum familiar y La mamacoca. A esa recuperación se suma ahora la publicación de su primera novela, Los comensales, a cargo de la editorial de la Universidad de Buenos Aires.
Se trata del primer libro de esta escritora, docente y militante de la resistencia peronista que se había publicado originalmente en 1967 y que la editorial universitaria Eudeba, en su Serie de los Dos Siglos, vuelve a poner en circulación.
A cargo de esa colección, los investigadores y docentes Sylvia Saítta y José Luis de Diego analizan esta historia en la que toma dimensión una perspectiva de los conflictos sociales que pone a la organización y al conflicto laboral como eje, siendo las mujeres personajes claves.
“En nuestra colección a menudo recibimos propuestas o sugerencias para editar títulos; en este caso, la propuesta provino de Jorge Bracamonte, el autor del prólogo. Se trata de la primera novela que Demitrópulos publicó, en 1967, en una edición de muy poca circulación y plagada de erratas. Es una de sus obras que nunca había sido reeditada”, cuenta De Diego.
El autor de Los autores no escriben libros: nuevos aportes a la historia de la edición define a Los comensales como “breve, con una trama elíptica y condensada” y sostiene que es “una novela que, si bien tiene marcas de época, como toda novela, no ha envejecido, y aún hoy se nos presenta como original, disruptiva, desafiante”.
En ese sentido destaca que a lo largo de 2022 en la Serie de los Dos Siglos publicaron tres títulos: El informe de Brodie, de Jorge Luis Borges, “un autor consagrado que prestigia la colección”; Querido Zeitlin, de César Tiempo, “un prolífico escritor, inmigrante de origen judío, ligado al grupo de Boedo”; y Los comensales, de Demitrópulos, “una mujer jujeña, militante peronista, cuyas obras tuvieron, en su momento, una muy discreta visibilidad”.
Un secreto que no estaba guardado
“Quiero decir que la heterogeneidad de los tres títulos de 2022 representa bastante bien los criterios con los que vamos incorporando nuevas obras”, define sobre el criterio de selección de la serie en la que también están reeditados El oído absoluto, de Marcelo Cohen; Un dios cotidiano, de David Viñas; y Construcción de un abismo, de Clara Obligado.
Para Saítta, la literatura de Demitrópulos no es “un secreto injustamente guardado”. La autora de Regueros de tinta argumenta: “Así funciona la literatura: se lee siempre desde el presente y, por lo tanto, la obra de escritoras o escritores de muy alta visibilidad en un momento determinado puede pasar al olvido en otro período, y viceversa”.
“En el caso de Libertad Demitrópulos en particular, creo que hay varias hipótesis en juego, que van desde su militancia peronista -dos de sus novelas, La flor de hierro (1978) y Río de las congojas (1981) se publicaron durante la dictadura, y la cuarta, Sabotaje en el álbum familiar (1984) en los comienzos de la democracia - , hasta el carácter de fuerte denuncia social y política de una narrativa contraria al clima de ideas abierto por el neoliberalismo de los años noventa”, continúa.
De Diego agrega que “las obras de Demitrópulos han tenido una circulación restringida” pero eso no implica que no hayan sido reeditadas. “En 2012 Elisa Calabrese reeditó una de sus novelas en la Universidad Nacional de Mar del Plata; en 2013 Eduvim publicó una novela inédita, La mamacoca; en 2016 reeditó otra novela la Untref”, grafica.
“Como se ve, se trata de un interés mayoritariamente académico que se plasma en ediciones universitarias. La excepción es, como se sabe, Río de las congojas, publicada en 1981 por Sudamericana y reeditada en 2014 por Piglia desde el Fondo de Cultura Económica: es la única de sus obras que tuvo una visibilidad mayor”, precisa.
En el prólogo, el investigador Jorge Bracamonte dice que Demitrópulos logra con sus personajes redescubrir el rol de las mujeres en la dinámica histórica. Desde esa clave de lectura, ¿cómo impactan las condiciones de circulación de su obra en esta coyuntura?
Una mirada nueva desde el presente
“Creo que nuestro presente, signado por los debates feministas y las perspectivas de género, que se suman a la búsqueda de modelos alternativos al del realismo más tradicional para dar cuenta tanto de las injusticias de clase como de las diversas formas de la violencia sobre las mujeres, ubican a la literatura de Libertad Demitrópulos en otro contexto de recepción y de circulación. En este sentido, estoy convencida de que Los comensales, su primera novela de 1967, reintroduce en la literatura argentina la experimentación formal de los años sesenta junto con la dimensión ideológica de los conflictos sociales y la violencia política del norte argentino como cifra de la historia nacional”, responde Saítta, profesora de Literatura Argentina en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA.
Para su compañero en la dirección de la serie, la autora de la biografía de Eva Perón reeditada por Ediciones del Dock fue “mujer, jujeña y peronista: triplemente marginada” aunque considera que “la exactitud de esta fórmula es tentadora pero tiene sus matices. Demitrópulos, como muchos otros intelectuales peronistas, sufrió a partir de 1955, persecución, ostracismo, silencio forzoso. Sin embargo, también es cierto que ninguna de sus obras fue publicada en los años del peronismo de los setenta”.
“La reivindicación es, como puede verse en su historia editorial, muy posterior, y a menudo proviene de ámbitos académicos. Creo que en su visibilidad reciente ha tenido que ver, sobre todo, la iniciativa de Ricardo Piglia de publicarla en la Serie del recienvenido (FCE). Piglia, como sabemos, ha sido uno de los grandes lectores (en el sentido editorial del término) en el sistema literario argentino”, analiza.
Homenajeada en agosto de 2022 en el Centro Cultural Kirchner, cuando hubiera cumplido 100 años, la escritora, quien estuvo casada con el poeta Joaquín O. Giannuzzi, supo construir personajes fuertes que tomaban la trama de sus ficciones a fuerza de conflicto y tenacidad para pelear adversidades.
En ese punto el investigador y docente apunta: “Desde María del Rosario Valero (Los comensales) hasta María Muratore, su más reconocido personaje (Río de las congojas), las obras de Demitrópulos ficcionalizan episodios históricos a través de personajes femeninos que condensan la trama con personalidades fuertes, ambiguas, desbordantes”.
Sin embargo De Diego advierte que “es menoscabar el valor de su legado literario si solo nos interesa su obra porque se adecua con cierta comodidad a las demandas de la agenda feminista, o de la agenda peronista, o regionalista”.
“En este sentido, no sería descabellado leer su obra en diálogo con las mujeres de su generación que sí obtuvieron en su momento reconocimiento y éxito de público -Silvina Bullrich (1915), Beatriz Guido (1922), Marta Lynch (1925), Martha Mercader (1926)-, y advertir que la prosa de Demitrópulos es la que con mayor vigor y originalidad mantiene su vigencia”, señala.
Quién fue Libertad Demitrópulos
Demitrópulos nació el 21 de agosto de 1922 en el departamento jujeño de Ledesma, a los 18 años se convirtió en maestra de escuelas en Jujuy hasta 1940, cuando viajó a Buenos Aires para estudiar letras. En 1940 se estableció en Buenos Aires y en 1951, se casó con Giannuzzi.
Más tarde llegó la publicación de su narrativa: en 1978 se conoció la novela La flor de hierro y, tres años más tarde, Río de las congojas. Un año antes de su muerte, en 1998, recibió el Premio Boris Vian por Río de las congojas.
Trabajó en el hogar escuela Eva Perón, donde conoció a Evita, cuya biografía publicó en 1984 y fue una activa militante peronista que enfrentó la proscripción y la violencia impuesta por la autodenominada Revolución Libertadora de 1955. Sus inquietudes gremiales la llevaron por ejemplo a fundar en 1943 la Asociación Radial Argentina (ARA) que luego presidió.
Sus protagonistas son mujeres pobres y/o racializadas y, como se puede leer en Los comensales, en sus tramas siempre bulle la pasión política como herramienta para pelear contra la explotación económica y sexual a la que se ha sometido a la población femenina de las clases populares.
Fuente: Télam S.E.
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