La actriz Guillermina Valdés está haciendo su primera temporada de teatro en Mar del Plata, en donde protagoniza la obra Los 39 escalones con Facundo Arana, Fredy Villarreal y Maxi de la Cruz. En distintas entrevistas televisivas desde la Costa Atlántica contó que está “feliz, encantada con esta nueva aventura” y con que su hijo menor, Lolo, vaya y vuelva entre la ciudad balnearia y Punta del Este, en donde veranea su padre, Marcelo Tinelli.
En diálogo con Infobae Leamos, cuenta que, no importa qué trabajo esté haciendo o a dónde esté viajando, siempre tiene con ella un libro para sus ratos libres, que nunca le puede faltar un ejemplar en la cartera, junto con un resaltador, porque tiene la costumbre de marcar frases que le gusten o en las que se sienta representada.
En el último año, por ejemplo, ha leído El libro tibetano de la vida y la muerte, publicado en 1992 y escrito por el lama (un maestro o guía de la doctrina budista tibetana) y conferenciante Sogyal Rimpoché. Esta obra se basa en el Bardo thodol, más conocido en occidente como El libro tibetano de los muertos, del siglo XIV.
La adaptación moderna y casi homónima de Rimpoché apunta a un público general, más allá de la religión o bagaje cultural del lector, y desarrolla las visiones de su tradición respecto a la transformación de la vida y la aceptación de la muerte propia y ajena. “Es muy bueno y lo súper recomiendo. Es un libro pesado, en el sentido de que es complejo, pero es un antes y un después, por lo menos para mí”, dice Guillermina.
También ha leído, en la misma línea, Zen y el arte de cambiar el mundo, del monje budista, escritor y activista vietnamita Thich Nhat Hanh, fallecido a principios del año pasado. Con el subtítulo “Meditaciones, historias y reflexiones para salvar al planeta y a la humanidad”, este libro trata temas como el cambio climático, la pandemia y las nuevas enfermedades, la desigualdad económica y otros desafíos globales. Frente a éstos, el autor propone un análisis y una respuesta desde lo espiritual para transformar hábitos y costumbres, tanto en la vida personal como profesional.
“No quiero ponerme muy mística”, aclara la actriz con una sonrisa. “Es un libro más meditativo, más como quien dice de autoayuda, pero habla del mindfulness y de lo que tiene que ver con estar en el momento presente, acá” y luego lee en voz alta: “La calidad de nuestro ser depende de esta libertad”.
A la hora de compartir la lectura, elige regalar libros que también tengan que ver con el empoderamiento y los cambios de ciertas conductas. “Mujeres que corren con los lobos es un libro que le regalé a muchas amigas porque siento que está bueno leerlo. Habla de la mujer salvaje, un montón de cuestiones que tienen que ver con la mujer, con la sociedad, con la cultura, con estos tiempos y con todos los tiempos y la mujer en sí y el lugar y el rol en la sociedad”, describe.
Este bestseller, escrito por la psicoanalista estadounidense Clarissa Pinkola Estés en 1992, estuvo más de tres años en la lista de los más vendidos de The New York Times. A través de relatos, mitos e historias reales (algunas de ellas, de la propia autora, de su familia e incluso de sus pacientes), plantea que la sociedad restringe a las mujeres y las limita a papeles rígidos que anulan sus instintos de, como la llama la autora, “mujer salvaje”.
Pero la actriz no siempre se enfocó en libros ensayísticos y relacionados con el bienestar personal. De hecho, entre los que más la marcaron, menciona a una novela: Mi planta de naranja lima, de José Mauro de Vasconcelos, publicado en 1968 y una de las más famosas y populares novelas brasileñas.
“Es el primer libro que me regalaron”, recuerda Valdés, “cuando tenía 12 años. Y lo leí. Fue muy triste, muy, muy, muy porque es la historia de un niño en las favelas de Brasil, su vida, todo lo que él va viviendo en su niñez. Y me marcó mucho, primero porque es el primer libro que leí y también porque la historia es muy fuerte”.
El presente la encuentra más alejada de ese tipo de historias. Después de pasar por dos largometrajes (Tokio, de 2015, y El hilo rojo, de 2016), además de participaciones en ciclos televisivos como conductora, actriz, concursante y jurado, Los 39 escalones es su tercera obra de teatro. Está basada en el thriller homónimo de Alfred Hitchcok, estrenado en cine en 1935. Esta adaptación tiene más humor que la original y aparecen en escena unos 150 personajes interpretados por tan sólo cuatro actores.
Con tanto trabajo y en plena temporada marplatense, Guillermina Valdés aun logra hacerse tiempo para leer. Antes lo hacía en formato digital, una propuesta que, dice, le encanta: “Me parece que está buenísimo, que es lo que se viene. Pero en lo particular, me pasa que me gusta el olor a libro y me gusta el papel y esa cosita de tener mis libritos ahí y mirarlos y marcarlos y abrir y leerlos. Así que volví al papel”.
Más allá del formato que elija, algunos de los libros que ha leído marcaron un antes y un después en su vida. Y lo sabe, por eso siempre tiene uno cerca.
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