La Universidad de Groninga, único lugar donde se puede obtener un título en lengua frisia, ya no emplea a ningún profesor de frisón; reflejo de que el segundo idioma nacional en Países Bajos pierde atracción por la competencia internacional en las facultades, lo que empieza a afectar al propio neerlandés, amenazado por la expansión del inglés en el país.
Tras la jubilación de Goffe Jensma, profesor de Lengua y Literatura frisia, la Universidad de Groninga (RUG) no ha contratado a un profesor de frisón, a pesar de que le obliga el acuerdo para los 110.000 euros de subvención que recibe de la provincia de Frisia para la conservación del idioma, según el contrato publicado esta semana por el diario nacional neerlandés NRC.
El frisón juega un papel importante en la sociedad de Frisia, donde un 60% de la población lo habla en su día a día, según una investigación de 2019 realizada por la provincia, y más de la cuarta parte de los no frisones que residen allí lo han aprendido.
“El frisón es menos popular en la vida cotidiana que en la década de 1950, pero el idioma es mucho más sólido que el catalán o el galés, por ejemplo. Este último solo lo hablan el 30 % de los galeses”, asegura Jensma.
La provincia de Frisia, en el norte de Países Bajos, tiene una emisora y dos periódicos en frisón, idioma oficial de la mayoría de las instituciones gubernamentales, y puede usarse en los tribunales nacionales. Si el idioma desaparece de la RUG, no habrá posibilidades de estudiar frisón a nivel universitario, ni mantener así su integración académica en las investigaciones.
Eutanasia lingüistica
Jensma, que tiene 67 años y 14 años de cátedra a sus espaldas, se jubiló el año pasado, y con él el último profesor de frisón en Países Bajos. “La preocupación está justificada porque el frisón tiene un estatus protegido como segundo idioma nacional”, denunció el profesor en NRC.
La universidad nombró a un profesor asistente dos días por semana, a pesar de que el programa frisón solo se puede seguir en la RUG, donde se incluye en el programa de licenciatura en Minorías y Multilingüismo, seguido este año por cuatro alumnos. En los últimos años, una media de cinco a quince estudiantes ha estudiado frisón cada año.
La decisión de no sustituir a Jensma ha provocado malestar en el país: setenta escritores, científicos y políticos firmaron una carta abierta en la que critican la decisión de la RUG, y se plantearon preguntas parlamentarias sobre la preservación del frisón en la universidad.
La RUG justifica su decisión en la falta de candidatos, pero Arjen Dijkstra, director del centro histórico de Frisia Tresoar y coiniciador de la carta, cuenta al menos diez candidatos disponibles dentro de la “frisística” (estudio científico de la lengua y la literatura de Frisia).
Jensma, que fue testigo de cómo el frisón pasó de ser un estudio independiente a tener un papel cada vez menos destacado, responsabiliza a las “políticas neoliberales” de varios gobiernos de la pérdida de interés por este idioma entre alumnos y profesores.
“El frisón fue absorbido por la competencia internacional”, lamenta Jensma, quien teme una “eutanasia lingüística” del idioma.
Internacionalización
El número de estudiantes universitarios en Países Bajos ha aumentado en los últimos años debido a una mayor afluencia de alumnos extranjeros, lo que era una buena noticia para el país, pues su estrategia para atraer universitarios internacionales habría funcionado, hasta que empezaron a visibilizarse los efectos, como la escasez de vivienda, el aumento de los costes de la educación superior y la decadencia del neerlandés en las universidades nacionales.
Solo el 28 % de los universitarios en Países Bajos han seguido un programa impartido íntegramente en neerlandés, según denunció Taalunie, la unión para la lengua neerlandesa, en un informe. Casi la mitad de los estudiantes de habla neerlandesa utilizan también inglés en su programa de estudios y un 14,3% solo estudia en inglés.
También ha habido una disminución en el uso del neerlandés para comunicarse con profesores y compañeros de clase, en comparación con 2016, mientras que más del 60 % de los estudiantes neerlandeses (un 76% solo en Frisia) opina que no hay problema en el uso de otros idiomas para enseñar en la universidad.
Sin embargo, muchos catedráticos advirtieron en los últimos años sobre la decadencia del neerlandés a nivel académico a medida que los universitarios usan más el inglés para sus estudios e investigaciones, e instaron a frenar la internacionalización de las facultades.
Fuente: EFE
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