Con la necesidad de comprender el origen y lo que viene antes de este, la escritora y filóloga española Violeta Gil construyó su primera novela bajo una narrativa poética y un lineamiento casi autobiográfico. Esta obra, recién publicada bajo el título de “Llego con tres heridas”, desarrolla su historia a partir de una presurosa despedida de una hija al padre que acaba de conocer. Se trata de una obra que, de acuerdo con la autora, explora el relato íntimo de una mujer y la historia de todo un país.
En “Llego con tres heridas”, la verdadera historia se oculta y se aleja tajantemente de su protagonista. Cuando apenas comenzaba a entender una vida con su padre, este decide suicidarse y, a partir del fatídico suceso, la hija comienza un viaje interno para comprender por qué el suicidio tiene que ver con el amor.
Violeta Gil ha revelado que esta novela es, más que la historia en sí, el reflejo de un dolor personal con el que convivió durante los últimos años.
La escritora española vacía toda su experiencia como creadora escénica para presentar y describir los fragmentos de “Llego con tres heridas”, una historia compuesta y diseccionada en una estructura de tres partes. En la novela, la vida, la muerte y el amor, son los tres círculos en los que gira la herida. Así mismo, Gil evoca en esta novela argumentos narrativos y contextuales de época para hablar de una España vaciada.
“El origen de este libro está en hacer una pieza dramática que tuviera que ver con la historia de mi padre. Donde estaba muy presente la idea de usar la canción de Serrat y la de Joan Báez. Una pieza escénica que comenzó a emerger en el Centro de Arte y Tecnología de Zaragoza. Invité a Elena López Riera y Víctor Iriarte que encarnaron en la presentación pública que hicimos el diálogo entre la hija y el padre. Fue bastante fundamental también para continuar la escritura del libro”, Violeta Gil.
El libro ha sido publicado por el sello editorial Caballo de Troya. En él, Violeta Gil hace uso de su experimental narrativa para contar la historia de esta mujer, la de su familia, de su abuelo, y de su padre, vidas que, como heridas abiertas, buscan ser cauterizadas y curadas, pero la sanación es algo muy lejano y todo deja cicatriz, entonces el cierre es algo muy difícil de lograr.
La novela transcurre entre Cheles, en Extremadura, Segovia y Guinea. Tres escenarios que marcan a toda la familia. En esta historia, Violeta Gil se pone en la piel de la protagonista y como voz narradora, hace que este relato sea más directo, más sutil e íntimo. Narra desde la ficción algunas de sus memorias en Cheles, de donde es oriunda, y a lo largo de toda la ficción persiste el dolor, la sentencia y la tragedia.
Violeta Gil hace de los personajes de esta novela un reflejo de lo que representan para ella y el pensamiento colectivo estas tres ciudades, los primeros vínculos familiares se ven ligados a Cheles y Guinea. El abuelo, un personaje fuera de serie y que parece el criado en un pueblo, llega a convertirse en topógrafo, movido por su ambición.
“Es muy personal, muy íntimo, pero al final se abre como un árbol de grandes ramas para hablar también de la historia de nuestro país. La novela entera se trata de un éxodo del campo a la ciudad y de la ciudad a las colinas”, dijo Violeta Gil en entrevista con RTVE Radio.
De estas tres heridas, Violeta Gil hace la reconstrucción de una historia íntima y emocionante, mediante un ejercicio en el que ella misma se transparenta de manera valiente, con su propia voz, transmuta su cuerpo, alma y memorias a las páginas de “Llego con tres heridas”, y se encarga de retomar caminos olvidados, conversaciones familiares, documentos reales y sucesos inventados para encontrar así la razón de ser.
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