Ser feminista es una decisión que se toma desde la individualidad y la autorreflexión, pero emprender la lucha contra los ecos arraigados del patriarcado no puede ser posible desde un intento aislado. La lucha requiere de una decisión y del trabajo colectivo, y esto es algo que tiene muy claro la escritora británica Caitlin Moran en su más reciente título “Más que una mujer”. Un texto editado por el sello de Anagrama en el que la autora no escatima en recursos literarios para mantener la lucha vigente y prolongar sus repercusiones ante el paso del tiempo.
En “Más que una Mujer”, propone que, si todas las mujeres dejan de lado sus múltiples diferencias y logran la unión con la formación hipotética de un único sindicato, y comprometidas con una consigna común, la de un mundo real e igualitario para hombres y mujeres, cabrían muchas más posibilidades de lograr un cambio profundo. En las páginas de su libro, Caitlin Moran exalta la necesidad de que todas las mujeres se unan a las ideas feministas, a no cumplir con los requisitos establecidos y a vivir un verdadero y real feminismo.
La escritora británica escribe este título desde la perspectiva de una mujer que ha llegado a la mediana edad, a quien nadie le dijo que este trayecto no sería fácil.
Esta no es la primera vez que Moran escribe del tema, anteriormente ya había sacado un tajante y lúcido manifiesto feminista en su libro “Como ser mujer” (2011), pero este nuevo lanzamiento, a más de una década, es la muestra de que Moran no les tiene fe a las continuaciones. Esta no es una segunda parte. Ahora, se trata de una perspectiva literaria más enfocada en las experiencias vitales que ha adquirido su autora con los años.
“Muchas veces las mujeres se casan con su techo de cristal, cuando pienso en lo más agotador de llegar a la mediana edad, es que eres la única que puede arreglar las cosas: no hay nadie a quien quejarte o donde buscar consuelo; porque tú eres la adulta ahora, y si no puedes arreglarlo, permanecerá roto”. Caitlin Moran.
En este título, Moran hace uso de la crónica personal para darle rienda suelta a lo hilarante de su manifiesto, la guía perfecta para hacerse mayor sin morir en el intento. “Más que una Mujer” está ordenado con el pasar de las horas de un día cualquiera, y hace frente a la tiranía de las listas pendientes, el sexo conyugal por mantenimiento, las dudas de ponerse Bótox y ser feminista al mismo tiempo. Los temas universales de este título se devienen entre las sesiones de yoga, la flacidez del cuerpo, las tareas domésticas.
La escritora se encarga de introducir al lector al paso de su vida cotidiana, semejante a las de muchas vidas de mujeres de mediana edad y que conciben ideas revolucionarias. Entre una colección de sus “objetos inútiles”, que van desde una máquina para hacer pasta hasta unas medias de rejilla, Moran se vale para hacer de lo cotidiano algo extraordinario, todo para culminar en una apoteósica versión en femenino del famoso poema de Kipling.
Es así como “Más que una Mujer” se constituye como uno de los textos para ampliar las fronteras de feminismo, sin descartar una verdadera igualdad de género y olvidarse de la guerra de sexos y la segmentación de los tiempos actuales. El discurso narrativo de Moran transita entre los tintes de una biografía y los de un monólogo, y logra, desde su versión más madura, exponer los problemas a los que se enfrentan las mujeres de más de 40, como la terapia, la aceptación y los roles de género por desafiar.
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