Kim Thúy es una de las voces más interesantes de la literatura asiática en los últimos años. La autora, nacida en Vietnam en 1968, ha sabido cultivar una obra que se adentra a profundidad en los abismos de la condición humana.
Habiendo iniciado su carrera literaria en 2009, ya cargaba consigo varios años de escritura, alternando el oficio con otros trabajos e intentando descubrir su voz a merced de un constante movimiento. Al igual que la mayoría de sus personajes, Thúy fue inmigrante desde muy joven. Con 10 años, tuvo que huir de Vietnam junto a su familia y se asentó en un campo de refugiados en Malasia. A partir de entonces, vivió repartida entre dos mundos. Llegada la recta final de la década del setenta, finalmente se instaló en Canadá, en donde consiguió hacer su vida.
Una de sus novelas más icónicas, y probablemente una de las más intimistas, explora su relación con el país norteamericano, su llegada en calidad de refugiada y el vínculo con la cocina. Thúy, en medio de las muchas actividades que realizó antes de dedicarse de lleno a la escritura, fue traductora, intérprete, costurera y cronista gastronómica. De hecho, escribiendo sobre comida fue que consiguió nutrirse de más elementos para su posterior obra narrativa.
La editorial Periférica publicó en marzo de 2014 la primera versión en español de “Mãn”, la historia sobre una mujer refugiada que llega a un país completamente distinto al suyo, luego de que su familia concertara su matrimonio con un hombre al que ella ni siquiera conocía, el propietario de un restaurante vietnamita en Canadá, llegado allí también en calidad de exiliado.
Mãn ha aprendido a crecer sin sueños, a vivir sin necesitar apenas nada en apariencia. Pero en la cocina, cuando reinterpreta las sencillas recetas de su infancia, las emociones se desatan: el jugo del tomate recuerda el sufrimiento de un pueblo, un postre acerca dos culturas distintas, el modo tradicional de cortar un pimiento tiene mucho que decir sobre el arte de la seducción.
Su nueva realidad es bastante privilegiada en comparación con lo que tenía en su país. Encuentra su propósito cuando toma las riendas del restaurante que regenta su marido. Con ello consigue probarse a sí misma y descubrirse en una situación que antes le era ajena: la de tomar decisiones.
Le puede interesar: “Brillo”, de Raven Leilani: por qué fue el debut literario más sorprendente de los últimos años en Estados Unidos
Narrada en primera persona, “Mãn” es una novela sencilla y ágil que aborda muy bien el tema de la migración. Dividida en capítulos muy cortos, cuyos títulos sugieren nada más que un concepto, asociado a un recuerdo, o a un suceso en concreto, en vietnamita o en español (el original era en francés), esta pieza da cuenta de la finura de su autora para decir mucho en muy poco, (el libro no tiene más de 136 páginas), y la capacidad que tiene para transportar a los lectores a este limbo entre oriente y occidente.
La historia de Mãn va alternándose con fragmentos de la vida de su madre. En esos pasajes, los lectores consiguen adentrarse en la realidad de una época, entre Canadá y Vietnam, siendo testigos de cómo ha cambiado el mundo, si es que ha cambiado en algo, y encontrando, de la mano de estos personajes, las posibles respuestas a las preguntas sobre el origen de nuestras reacciones.
Le puede interesar: Belén López Peiró acusó a su tío de abuso, escribió sobre eso y ahora llegó la justicia: “La sentencia confirma todos los hechos”
En un sutil vaivén entre pasado y presente, entre el aquí y el allá, Kim Thúy, haciendo uso de un lirismo intenso, retrata asuntos como el desarraigo, la pérdida, el abandono, la maternidad, el amor, los choques culturales y el rol de la mujer en la sociedad, y consigue trazar un mosaico precioso en el que se dan cita la memoria, el amor y ese extrañamiento que produce el vivir muy lejos del lugar del que procedemos.
Una novela de sensaciones, con una prosa bella, delicada y muy poética, que fluye, como un río, y está ahí para leerse lentito, con calma, disfrutándola en todos los sentidos.
Seguir leyendo: