La autora estadounidense Jessica Dore ha hecho toda una carrera en el intersticio en el que se chocan el tarot y la psicología. En su exitoso libro Tarot para cambiar, editado por V&R, la trabajadora social, escritora y profesora -con años de experiencia en el ámbito de la espiritualidad, el bienestar y la autoayuda gracias a su trabajo como editora de libros de dichos géneros-, comparte prácticas herramientas para entender mejor tus relaciones, afrontar los cambios de tu vida y profundizar en el conocimiento de esta fascinante pero misteriosa práctica.
“Por lo general, el tarot se considera más una práctica espiritual que psicológica. Pero en el fondo es intrínsecamente psicológica. Y la psicología es intrínsecamente espiritual. De hecho, la palabra psicología viene de la palabra psyche, que significa ‘alma’ o ‘aliento’ en griego. Aunque el campo de la psicología ha cambiado a lo largo de años de teoría y práctica, hasta cierto punto, siempre será el arte de llegar a conocer el alma”, escribe al comienzo del libro.
En Tarot para cambiar, Dore, que cuenta con más de 200 mil seguidores en sus redes sociales, invita a lectores y lectoras a adentrarse en el “imaginario mítico de los 78 arcanos” para emprender el complicado -pero no por eso imposible- camino de la sanación, con datos para aprender a elegir una baraja, interpretar las imágenes y cómo relacionarte con ellas.
Afirma en la introducción a su primer libro: “Al elegir no ser terapeuta ni tarotista, sino existir en algún lugar entre ambos, reuniendo palabras e imágenes que cuentan secretos y compartiéndolos, es donde me gusta pensar que me he instalado y donde permaneceré por ahora. Y este es el espacio desde el que te escribo estas palabras”.
Así empieza “Tarot para cambiar”
¿Qué es el tarot?
El tarot es un libro de 78 secretos que se revelan con el tiempo. Las cartas tienen significados pero a menudo cambian de forma, por lo que, dependiendo del contexto, una carta puede aparecer en forma de ayuda, amuleto, talismán o bendición.
Aunque se cree que las cartas tal y como las conocemos hoy aparecieron por primera vez en la Europa del siglo XV, durante el Renacimiento, se dice que los secretos y tótems se remontan al antiguo Egipto y Grecia.
Cuenta la leyenda que los místicos de Egipto escondían sus secretos para la evolución espiritual dentro de un mazo de cartas, secretos sobre cómo alcanzar el ideal de unión con el Absoluto. El hecho de esconder los secretos en forma de cartas era una forma de asegurar que la sabiduría se transmitiría, aunque fuera a través de los vicios humanos.
Confiaban más en el impulso de apostar y jugar que en el deseo de leer textos sagrados o de aprender por transmisión oral. Sabían que algunos “jugarían” al tarot sin utilizar nunca las cartas para crecer. Pero para los que se inclinaban por el crecimiento espiritual, las cartas funcionarían como 78 portales mágicos que guardaban secretos en su interior.
Esto es una leyenda, lo que significa que no es histórica ni verificable. No hay ninguna prueba física que la respalde. Pero el tarot, como verás si no lo has hecho ya, proporciona un camino para rescatar la imaginación de las garras de la duda y el racionalismo. Un camino para despertar esa parte en nosotros llena de audacia, que no necesita pruebas materiales para aprender.
Hoy en día, la gente usa las cartas por todo tipo de razones. Es una forma de convocar la sincronización, un proceso sagrado por el que experimentamos las conexiones invisibles entre el mundo interior y el exterior. Es también una práctica que activa el potencial, germina las primeras raíces de posibilidad en la tierra del corazón para que crezcan robustas. Lo suficientemente fuertes como para sostener el lento crecimiento de un fruto o una flor.
Cuando es necesario, una tirada de cartas del tarot puede ser como un tapiz en el que proyectamos nuestra vida interior de forma segura y sin perjudicarnos a nosotros ni a los demás. Dado que la proyección es una función natural y saludable de la imaginación humana, esta es una forma de aprovechar su poder y utilizarlo para el bien.
La exteriorización de la experiencia interna en un objeto físico, como una carta, crea cierta distancia que nos da espacio para respirar, cambia la forma en que nos relacionamos con nosotros mismos y ofrece un nuevo punto de vista. Las cartas nos permiten mirar y comprender con seguridad los aspectos menos agradables de nosotros.
Sea para uno mismo o para otros, una lectura del tarot puede ser un ritual cuando iniciamos una etapa o capítulo importante de la vida. Las cartas tienen una función mayéutica, o de partera: nos cuestionan como parte de un proceso de alumbramiento que dará lugar a una nueva vida. Son preguntas que amplían en lugar de reducir. A veces la nueva vida intenta salir al revés o al derecho y necesita un poco de persuasión para girar. El tarot es una herramienta para encontrar los puntos correctos que debemos presionar para que las cosas se muevan con seguridad.
A veces, después de una tirada de cartas, puedes salir con una narración expansiva y vivificante. Con visiones de los primeros brotes de un tulipán en medio de la tierra recién descongelada o de los capullos rosados en una rama. Otras veces, la historia necesitará ser despojada de lo esencial y puede que te quedes con el olor de las hojas secas y podridas. O con el graznido de un cuervo resonando en tus oídos.
En cualquier caso, es probable que salgas con más preguntas de las que tenías antes de la lectura. Lo que es bueno. Las preguntas son pasajes hacia una nueva vida. El trabajo de un lector de cartas no es predecir, porque los secretos no funcionan así. Los 78 arcanos, los misterios grandes y pequeños, deben ser abordados con el respeto que le tenemos a los ancestros, como entidades en sí mismas cuya confianza nos debemos de ganar.
Como ocurre con cualquier compañero, cuando hay curiosidad, compromiso, respeto y un auténtico deseo de comprender, con el tiempo las cartas te contarán secretos. Puedes estar seguro de ello.
Quién es Jessica Dore
♦ Nació en Massachusetts, Estados Unidos.
♦ Es escritora y profesora.
♦ Ha trabajado y estudiado en el campo de la psicología y las ciencias del comportamiento desde 2010.
♦ Ha escrito en publicaciones como The Oprah Magazine, VICE y Psych Central, y para medios como The New York Times, The Cut, Vogue, Yoga Journal, entre otros.
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