El libro “Dorsal”, de la poeta mexicana Nadia López García, sigue con su camino de ascenso en el panorama actual de la literatura mexicana; fue considerado uno de los textos más relevantes de la Feria internacional del Libro de Culiacán, con sede en Sinaloa, en el norte del territorio mexicano, un evento organizado por la Educal y el Fondo de Cultura Económica, bajo la dirección de Paco Ignacio Taibo II.
Los poemas de “Dorsal” le valieron a la escritora náhuatl convertirse en la primera mujer en ganarse el XVI Premio Mesoamericano de poesía Luis Cardoza y Aragón en el año 2021. Este título también es su primera publicación, un libro en el que enfrenta al olvido con sus versos, López García aborda varios temas que cuestionan quiénes somos y cómo vamos cambiando o modificando nuestra identidad mientras avanzamos en la vida.
Nadia López García explora cómo la poesía puede convertirse en el medio para recordar el pasado, hacer una retrospectiva y ponerle nombre y apellido al dolor que a veces se desea tanto olvidar. “Dorsal” cuenta la historia de Apulina Estrella, una mujer trans que creció en el mismo pueblo de la autora y la cual sufrió el desprecio de su familia tras expresar su verdadera identidad.
“Me tocó ver cosas muy violentas, como Apulina siendo bañada con mangueras de agua helada y aunque era muy pequeña siempre hubo en mí esa pregunta de ¿por qué?, ¿por qué había tanta saña hacia su cuerpo y hacía su vida?”, declaró Nadia López García en entrevista con Debate.
A los siete años de edad Nadia conoció a Apolinar; desde la periferia observaba cómo este joven transitó por un camino solitario hasta lograr convertirse en Apulina Estrella, una joven que sufrió rechazos, agresiones verbales, físicas, psicológicas y emocionales, y cuyo cuerpo fue encontrado un día en un lago. Nadia nació en Oaxaca, pero sus padres la llevaron a vivir a San Quintín, en Baja California, donde conoció a Estrella, una mujer con quién la autora consideraba tener una deuda.
Después de una temporada fuera de San Quintín, la escritora regresó y, aunque preguntó reiteradamente por Estrella, para todo el pueblo era como si ella jamás hubiera existido, se la había tragado la tierra. La aparente amnesia colectiva sobre la mujer trans fue una idea que comenzó a rondar la cabeza de la escritora, quien se cuestionaba cómo los pobladores fueron capaces de, aparentemente, suprimir la existencia de una persona que rompía los esquemas de lo que suponía tenía que ser.
“El libro navega entre la exploración del origen y de la muerte, vacilando entre las certezas y los huecos de la memoria, jugando con lo onírico, el descubrimiento y la aceptación del ser, el duelo por la pérdida, el cuestionamiento de lo atroz que la humanidad puede cometer contra sí misma”, dijo Nadia López García en entrevista con El Heraldo.
Fue la necesidad de plasmar los abusos que se vivieron en aquella comunidad lo que originó “Dorsal”. Primero, la autora buscaba sanarse, darle cierre a los sentimientos de impunidad e injusticia y poder continuar. “Escribí este libro como un acto contra el olvido, al abrazo que no le di, a las palabras que nunca le pude decir, a mi voz silenciada como una niña”, explicó López García.
La narrativa de “Dorsal” reflexiona sobre el paso de la vida y también tiene que ver con la trata de personas, el tráfico de órganos, la comunidad trans, las desapariciones forzadas y las realidades que se viven en las fronteras, de acuerdo con lo que ha declarado Nadia, desde la publicación de su poemario. La autora expresa en esta obra cómo la poesía puede ser usada como una herramienta de sanación, el medio para conectar con lo más profundo del ser y buscar la vuelta de hoja que se necesita.
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