Qatar 2022: cinco momentos que no te querés olvidar (y este libro te va a ayudar)

Para los argentinos, el Mundial de Qatar 2022 ha sido inolvidable. Ganar la “tercera” después de 36 años, con Leo Messi levantando la Copa como capitán, figura y emblema albiceleste ha sido una sensación inigualable.

Además, la Selección jugó en el más alto nivel, haciendo prevalecer el estilo del toque y la gambeta, con mucho coraje frente a las adversidades y mucha pasión por el fútbol, como le gusta a gente.

La Scaloneta también atravesó momentos de muchísimo sufrimiento: logró revertir un mal paso luego de su debut (y sorpresiva caída) frente Arabia Saudita, pasó la primera ronda con mucha angustia y vivió escenas de dramatismo extremo sobre el final de los partidos frente a Australia y Países Bajos, en octavos y cuartos de final, respectivamente.

Luego, se afirmó con el correr de los encuentros: en semis brindó una lección de fútbol cuando aplastó a Croacia por 3 a 0 y derrotó en la final a Francia por 4 a 2 en los penales, tras un dramático 3 a 3 en los 90 minutos más los 30 de alargue.

El Mundial de Qatar quedará en la historia por la enorme actuación de Leo Messi que lo convirtió en la gran figura de la Copa, por todos los récords que ha pulverizado, y por haber vivido increíbles momentos que forman parte de la historia: las atajadas del “Dibu” Martínez, cada vez más “gigante” en los penales, Rodrigo de Paul, el “motorcito” del equipo, el partidazo que jugó Ángel Di María frente a los franceses y las enormes actuaciones de Enzo Fernández y Alexis Mac Allister, los jóvenes pilares en el mediocampo. Además de los goles de Julián Álvarez, entre las nuevas joyas del fútbol argentino.

También hubo otros episodios que quedarán por siempre grabados en la memoria y quedaron reflejados en El camino de los héroes, el flamante libro digital de Leamos, con las mejores crónicas y fotos de Infobae y también con textos exclusivos. Ya podés descargarlo gratis.

Repasamos los cinco momentos que no te podés olvidar del Mundial de Qatar 2022, acompañado por algunos textos de El camino de los héroes más un bonus tracks.

Argentina estaba con la soga al cuello tras la sorpresiva derrota por 2 a 1 frente a Arabia Saudita, en el debut inicial. Tenía que ganar sí o sí los siguientes partidos del grupo frente a México y Polonia para seguir en carrera en Qatar.

El partido frente a los aztecas se jugó con un nerviosismo al extremo: mientras los minutos pasaban, la Selección no había generado ninguna jugada de riesgo. El equipo seguía atrapado en su propio laberinto anímico y futbolístico, al borde de la eliminación en primera ronda.

Hasta que a los 19 del complemento, apareció la magia de Leo: el genio frotó la lámpara cuando recibió un pase de Di María a la altura de la medialuna del área. Tras el control, sacó un violento zurdazo esquinado que se metió en el segundo palo del arquero Guillermo “Memo” Ochoa. Argentina 1-0 México, con un golazo del crack rosarino, el líder que volvía a marcar el camino.

El gol de Messi se gritó tanto como si fuese una final del Mundial: en Qatar, en Argentina, en otros rincones del planeta y también en Bangladesh, fanáticos de la albiceleste. Era el principio del desahogo, para volver a creer en la Scaloneta.

Sobre final, llegó el golazo del ingresado Enzo Fernández, una de las figuras que brilló en la angustiosa noche en el estadio Lusail, que sirvió para despejar los fantasmas de la pronta eliminación. Sin haber jugado bien, Argentina logró superar un difícil obstáculo en busca de la recuperación.

Extracto de “Un poco de aire” (y varias lágrimas)”: Argentina 2 – México 0 (El camino de los héroes)

El gol significó mucho más que una conquista para ponerse al frente. Fue algo distinto, superior a eso: fue el impacto que derribó un dique, fue el mojón que marcó el ingreso de Argentina al Mundial. Todos se dieron cuenta de eso. Los jugadores, que gritaron el gol de manera desaforada, Aimar, que lloró desbordado en el banco de suplentes, Scaloni, que recuperó la mirada segura y México, que tuvo que avanzar en el campo pero ya sin esperanza ni convicción, sabiendo secretamente que el genio de Messi los había derrotado una vez más.

Sobre el final, Enzo Fernández, que hasta hacía unos meses ni siquiera integraba el plantel, el jugador que si River hubiera pasado de ronda en la Copa Libertadores no hubiera ido a jugar al Benfica (y por ende no estaría disputando el Mundial), Enzo Fernández, el que terminaría triplicando su cotización y convirtiéndose en el mejor jugador joven del certamen, después de amagues y gambetas, colgó la pelota de un ángulo para poner el 2 a 0.

Argentina había caminado por la cornisa pero estaba con vida.

Llegó el momento de los penales tras el infartante Argentina 2-2 Países Bajos, en busca de las semifinales.

La expectativa estaba centrada en la crucial definición desde los doce pasos. Una vez más, “Dibu” Martínez demostró estar a la altura de las circunstancias.

El gran arquero argentino se hizo “gigante” cuando le detuvo los penales de Virgil Van Dijk y Steven Berghuis, el primero y el tercero de la serie. Dibu “voló” a cada palo y atajó los remates de los “naranjas” con una mano, convirtiéndose en al gran héroe de la jornada en el estadio Lusail repleto de argentinos. Messi, Paredes, Montiel y Lautaro Martínez convirtieron para Argentina y así logró la clasificación por 4 a 3 frente a los neerlandeses en un partido de alto voltaje, para meterse entre los cuatro mejores equipos en Qatar 2022.

Extracto de “80 minutos de gran fútbol y el sufrimiento de los penales”: Argentina 2 (4) – Países Bajos 2 (3)

Para muchos era la primera gran prueba de fuego. En las entrevistas previas le preguntaban a Scaloni si con este partido empezaba el verdadero Mundial. Él, sin ironía, con algo de dolor, recordaba que había empezado el 22 de noviembre con la derrota frente a Arabia Saudita. Ese sufrimiento había sido parte del Mundial y había, también, moldeado al equipo.

La ausencia de Di María era un problema que el técnico convirtió en virtud, le posibilitó una plasticidad táctica que tal vez no se hubiera permitido.

(...)

Los penales fueron espacio para la construcción mítica de Dibu. Juegos mentales, picardías y dos atajadas soberbias. Lautaro Martínez convirtió el quinto penal y puso a Argentina en semifinales.

Esta frase ya es un clásico en Qatar 2022 y será recordada para siempre. Le pertenece a Leo Messi, quien sacó toda la argentinidad que lleva en el alma para sacarse de encima al “19″ de los neerlandeses que lo estaba provocando una vez consumada la clasificación albiceleste a semifinales, que significó la eliminación de los “naranjas” en cuartos.

“¿Qué mirá, bobo? Andá pa’ llá”, le dijo el capitán argentino en modo bien rosarino (sin pronunciar las “eses”) al polémico Wout Weghorst, autor de los dos goles de Países Bajos, quien obligó a jugar el alargue cuando Argentina tenía el resultado en el bolsillo.

El “19″ se acercó a Leo cuando estaba era entrevistado en la zona mixta. Messi mostró su carácter y rebeldía delante de Gastón Edul, el periodista de TyC Sports que lo estaba entrevistando, sin importarle que estaba saliendo en vivo.

Un rato antes. luego de haber convertido el penal para Argentina en el 2 a 0 parcial, Messi se había dirigido hacia el banco de suplentes y había descargado su furia “a lo Riquelme”, haciéndole famoso el gesto del “Topo Gigio” a Louis Van Gaal, el entrenador de Países Bajos. Tras la definición por penales volvió a buscar al DT: lo encaró y le hizo el gesto mostrándole su mano abierta y cerrada, para que cerrara la boca.

El entrenador neerlandés había calentado la previa cuando dijo que el “Diez” rosarino no había tocado la pelota en las semis en Brasil 2014. Sin embargo, ese partido terminó en victoria argentina por 4 a 2 en los penales. Van Gaal quiso tomarse revancha ocho años más tarde, en Qatar 2022: aseguró que tenía la fórmula para ganarle a la albiceleste en esa instancia, lo que desató el enojo del plantel argentino.

Tras el famoso “¿Qué mirá, bobo?” “Andá pa’ llá” salieron a la venta una infinidad de objetos de merchandising: tazas, gorras, remeras, mates, termos, banderines, posters y camisetas con la popular frase de Leo Messi. El gran generador de ventas de cualquier de productos dentro y fuera de la cancha.

Extracto de “Qué mirás, bobo”: ya es furor el merchandising con la frase del enojo de Messi

Rápidamente, el video en el que La Pulga dice “qué mirás, bobo” se volvió viral en redes, fue tendencia y se repitió hasta el cansancio en las pantallas de televisión. Y así, de forma totalmente natural y automática, entró en el repertorio popular de las frases más consagradas del país.

Ahora, la épica réplica de la noche ya está disponible y a la venta en remeras, mates, gorras y hasta accesorios para la computadora, una clara muestra de la inventiva criolla y de la veneración al Diez. En Mercado Libre hay una gran variedad de objetos ploteados con “qué mirás, bobo” y la cara de Lionel Messi disponibles para todos los gustos y con una gran gama de precios.

Por ejemplo, hay tazas de distintos tipos, mágicas, de cerámica, de plástico, sublimadas, entre los $500 y los $3500. Las remeras, por otra parte, van desde los $2000 hasta los $14.000. Hay, además, mates, gorras y hasta mouse pads. En Instagram también se vieron ofertas, como la de la diseñadora, DJ e influencer Coneja China (Ana Moreno Hueyo), que publicó una foto luciendo un diseño propio con la frase del Diez y en su página web la vende a $8500.

El stock de los objetos llega, en algunos casos, hasta 900, por lo que se puede estimar que se espera un alto volumen de venta de los objetos con la épica frase del Diez. Es que el aliento a la selección argentina y a su capitán no paran de aumentar. Una evidencia de ello fueron los multitudinarios festejos que tuvieron lugar este viernes a la noche, a pesar de la lluvia, en múltiples ciudades del país, como en el Obelisco en el microcentro porteño, donde miles de personas festejaron hasta altas horas de la noche.

Si tenemos al Messias, pues entonces podríamos decir que el “Dibu” Martínez es nuestro gran héroe, el que aparece en los momentos difíciles, cuando el equipo más lo necesita.

El arquero albiceleste fue nuevamente clave cuando le tapó el grito de gol a Randal Kolo Muani en la final del 18 de diciembre en el estadio Lusail de Qatar, la final más dramática en la historia de los Mundiales.

Argentina y Francia estaban igualando 3 a 3 en un partidazo que no daba respiro hasta que el delantero francés quedó a mano con el portero marplatense. En lugar de encararlo, eligió rematar directo al arco. Pero no contaban con la gran tapada del arquero argentino, quien extendió sus brazos, estiró su pierna izquierda y evitó la caída de su arco. El tiempo dirá si se trata de la atajada más impactante en la historia de los Mundiales.

Si no fuera por la monumental salvada de “Dibu”, Francia se hubiese quedado con su tercer Mundial en el minuto… ¡123 del partido!

Luego, ya es cosa juzgada: Argentina se impuso 4 a 2 en los penales y volvió a gritar campeón del mundo después de 36 años.

Habrá que recordar entonces que “Dibu” fue el gran héroe del partido por su inmensa tapada que por momentos hizo recordar a la gran atajada del “Pato” Fillol frente al neerlandés Rob Rensenbrink en la final del Mundial 78, y por haber atajado otro penal en la definición crucial frente al seleccionado galo. El resto ya es historia.

Extracto de “Un thriller llamado “La Gloria Eterna”: Argentina 3 (4) – Francia 3(2)”, por Matías Bauso

Faltaba muy poco. Parecía que estaba todo definido. Pero este partido frenético tenía más para ofrecer. Penal para Francia y gol de Mbappé, el tercero de Francia, el tercero suyo. Empatados en 3 goles cada uno, no había campeón definido.

En el minuto 123, Kolo Muani quedó solo frente al arquero argentino. Una volea furibunda que Dibu Martínez tapó con su pie izquierdo: tal vez la atajada más determinante de la historia de los mundiales. De ese rebote partió el contragolpe argentino que también pudo terminar en gol. Pero no.

El título del mundo se decidía por penales. Martínez atajó uno, Tchouaméni desvió otro. Para festejar, Dibu improvisó un baile que se convertiría inmediatamente en memorabilia de este glorioso Qatar 2022. Por Argentina convirtieron Messi, Dybala y Paredes. “Cachete” Montiel fue a patear el cuarto. La cruzó abajo, a la derecha del arquero francés. El resto es historia.

La tercera ha llegado: ¡Argentina campeón de mundo después de 36 años!

La imagen que todos querían ver se hizo realidad cuando Leo Messi levantó la Copa del Mundo en Qatar 2022. Después de tanto sacrificio y de tantas finales perdidas -como expresa Muchachos, el nuevo himno de los hinchas- el crack argentino logró cumplir su mayor sueño a los 35 años, con cinco mundiales disputados y con todos los récords pulverizados: máximo goleador argentino en los Mundiales con 13 tantos, el único en anotar goles en todas las instancias -desde partidos de primera ronda hasta la final- y el único jugador del planeta con mayor cantidad de partidos disputados (26), entre otras plusmarcas que ha dejado hasta llegar a la gloria. Por su fútbol, amor propio y entrega, el Mundial de Leo en Qatar ha sido memorable.

A Messi se lo vio más sonriente que nunca en el momento de la coronación tras la victoria por penales frente a Francia, el último campeón. Luego, paso por al lado de la Copa, la misma que le estaba siendo esquiva en cuatro oportunidades, y la besó. De pronto, estadio Lusail estalló en una estruendosa ovación.

Luego, vino la coronación. El emir qatarí Tamim bin Hamad Al Thani le colocó el bisht, la túnica semitransparente que lleva los colores negro y dorado. Esta prenda se usa exclusivamente para una ocasión oficial y se usa para las celebraciones en las culturas árabe y musulmana. Su uso y origen tiene más de 2.000 años.

“En Qatar solo una persona puede llevarla siempre: el emir Al Thani, que es la autoridad suprema del país”, reveló la BBC de Londres. Precisamente, Messi la usó el domingo 18 de diciembre, Día Nacional del emirato, cuando fue elegido el mejor futbolista del Mundial. Por eso, el bisht es una manera de reconocerlo como el máximo exponente del planeta fútbol.

Luego, el presidente de la FIFA Gianni Infantino le entregó el trofeo dorado. Con el atuendo puesto, el capitán argentino se dirigió hacia el plantel argentino para celebrar el mayor título. Messi levantó la Copa junto con sus compañeros.

Después vino la vuelta olímpica con Leo Messi llevado en andas por el Kun Agüero, mostrando la Copa bien en alto mientras los hinchas argentinos invadían el estadio Lusail para inmortalizar el momento a pura selfie con el “Rey” del fútbol.

La fiesta albiceleste se expandió por todo el planeta y llegó al Obelisco, el epicentro de los festejos en Buenos Aires. Mientras, en Qatar, los flashes registraban el festejo albiceleste. Ya es un hecho: Argentina es campeón del mundo y los jugadores son eternos.

Extracto de “Del souvenir que se llevó Thiago Messi a la emotiva frase de Rodrigo De Paul a su madre: lo que no se vio de la celebración de los campeones del mundo con sus familias”. Por Federico Cristofanelli

Un detalle curioso: a los jugadores casi se les pasa por alto dar la vuelta olímpica. Hubo fotos con la Copa, hubo festejo en el escenario, hubo saludo protocolar, pero faltó una de las cosas más importantes en una gala de este tipo. La recorrida perimétrica de los vencedores con el grito de fondo “dale campeón, dale campeón”. Un grupo de hinchas advirtió sobre ello a varios futbolistas que estaban cerca del arco de los penales de forma vehemente: “¡Que den la vuelta, la p... que los parió, que den la vuelta, la p... que los parió”. Ahí recién se formaron, alzaron a Messi en andas y arrancaron la vuelta inmortal.

Argentina campeón del mundo en Qatar 2022, con Leo Messi como capitán y figura. La alegría es infinita tras la conquista argentina.

Millones de hinchas salieron a festejar en todo el país la consagración albiceleste. Un festejo colectivo tan masivo que no se veía desde hace 36 años, cuando Diego Armando Maradona levantó la Copa en México ‘86.

La misma escena del domingo 18 se repitió el martes 20 de diciembre, cuando el gobierno de Alberto Fernández decretó feriado nacional para continuar con los festejos y recibir a la Selección Argentina, que volvía al país con la Copa del Mundo.

El plantel albiceleste eludió el balcón de la Casa Rosada y prefirió extender el festejo en una imponente caravana por todo Buenos Aires, con Messi y compañía mostrando la Copa arriba de un ómnibus descapotable.

Primero, partieron desde el predio de Ezeiza y pensaban que podían atravesar la 9 de julio pero eso fue imposible ya que quedaron atrapados frente a una marea de hinchas que germinaba por todas partes.

Pese al calor sofocante, una multitud se fue al Obelisco para recibir al plantel argentino, lo que dificultó el traslado de los integrantes de la Selección.

Los festejos superaron todo lo imaginado. Al final, los campeones del mundo recorrieron unos 10 kilómetros en micro. Luego, fueron llevados en helicópteros para continuar la celebración desde el aire, ya que era imposible avanzar por tierra en cualquier parte.

La fiesta de los campeones del mundo se extendió por todo el país: Rosario, Córdoba, Mar del Plata y Mendoza y otros lugares recónditos, una celebración interminable. Se calcula que unos seis millones de hinchas argentinos festejaron el título solamente en Buenos Aires.

Argentina campeón del mundo, un festejo que eriza la piel desde el cualquier fanático y replica en aquellos que, pese a su escaso apego por el fútbol, tampoco quisieron perderse semejante acontecimiento.

Con Messi, De Paul, “Dibu” Martínez y Scaloni a la cabeza, la Selección hizo posible esta histórica celebración que fundió a los argentinos en un abrazo interminable y que por momentos hizo olvidar la grieta.

Extracto de “Fervor popular e improvisación: el reencuentro de los hinchas con los campeones del mundo que terminó en helicópteros sobre Buenos Aires”

A medida que pasaban las horas, la expectativa por ver a los integrantes de la Scaloneta aumentaba. Y las calles AMBA se iban llenando con ilusión. Fueron cerca de cinco millones de personas las que salieron a las calles para buscar el rincón ideal para ver pasar al micro que trasladaba a los heroicos futbolistas.

La caravana fue extensa y no logró llegar al destino deseado. El objetivo de los organizadores era llegar al Obelisco, pero el paso lento que consistió poco más de 15 kilómetros en cuatro horas y media no lo hizo posible. El cambio de planes hizo mover a la masa albiceleste. Aquellos que aguardaban en Avenida Corrientes y 9 de Julio se trasladaron de inmediato hacia la Autopista 25 de Mayo cuando se enteraron que Lionel Messi y compañía iban a llegar a la zona de Constitución.

Mientras tanto, los protagonistas continuaban celebrando con fernet con cola, champagne y otras bebidas frescas para apaciguar las altas temperaturas y mantener la euforia de la conquista. La efervescencia del público fue tan grande como la de los propios deportistas. Imágenes improvisadas y llamativas causaron sensación en las redes sociales, como cuando el Papu Gómez tomó un fajo de billetes y generó una lluvia de euros que sobrevolaron el cielo bonaerense que cayó sobre los simpatizantes más cercanos.

Los hinchas no tardaron en responder. Entre tantas ofrendas, como banderas y camisetas de equipos locales, una mujer arrojó su corpiño hacia el bus descapotable que aterrizó en las manos de Nicolás Otamendi. Y el defensor no tardó en continuar con la celebración: sin pensarlo se acercó a Lionel Scaloni y le colocó la prenda íntima en la cabeza. Una escena de humor dentro de tanta pasión.

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