“La vida del inmigrante es un limbo que va cambiando constantenmente”, dice Pedro Medina León. Lo dice desde su casa en Coral Gables. Sabe de qué habla: es peruano y llegó a Miami, para instalarse, el 11 de septiembre de 2002. Es escritor y está a punto de leer, para el podcast La oreja que lee, un cuento de Santiago Roncagliolo que tiene mucho que ver con él aunque se llama Todos adoran a los argentinos (y se puede escuchar clickeando acá).
Roncagliolo también es peruano, también es escritor y tampoco vive en su país. Hace rato que cruzó el charco y se instaló en España. Escribió para otros, hizo de modelo publicitario pero se instaló como escritor. En 2006 había ganado el Premio Alfaguara por Abril rojo, una novela donde vuelve a Sendero Luminoso, la sangre, la corrupción.
Ahora, Roncagliolo sacó Lejos, un libro con doce relatos que tienen que ver, como decía Medina, con la vida de los inmigrantes en España. Allí no siempre el eje es ser inmigrante: puede ser el amor, la inmadurez, el vínculo con los hijos. Pero a quienes les pasan esas cosas son inmigrantes y eso nunca se deja de lado, entre cosa y cosa hay que hacer papeles, mudarse, conseguir otro trabajo, ir y volver a ver a los padres. Se camina con la condición de inmigrante pegada.
“Retrata el tema de los inmigrantes, de la condición del inmigrante, unos aspectos fabulosos de la condición del inmigrante. Obviamente está la lucha por los papeles, pero también la relación entre inmigrantes, la vida del inmigrante es un limbo que va cambiando constantenmente hasta que un inmigrante llega adonde quiere, adonde tiene que estar. En el camino, lo que tengas en común con tu pareja lo dejas de tener al día siguiente porque tu vida cambió: estamos unidos y esto es como un sálvese quien pueda”, dice Medina León.
Y adelanta algo del cuento que va a grabar: “Estos personajes arrancan igual, de lo chiquito, pero uno empieza a crecer, a crecer... y los camino se separan”.
Efectivamente, se es inmigrante todo el tiempo. Dice el narrador en otro cuento: “Vine al consulado a preguntar si no importa que mi permiso de residencia español esté en renovación. El trámite dura ocho meses y cuando te lo conceden ya tienes que renovarlo de nuevo.”
¿Quién sabe, a quién le complican la vida esas cosas sino a quienes han cambiado de país? De esas experiencias, de las internas, de las emocionales y de las prácticas se ocupa Roncagliolo en un libro que va más allá de la nacionalidad y los motivos de quien ha dejado su patria.
Todos adoran a los argentinos
En ese cuento resuena el “vos” con que hablan los personajes y aparece “la crisis argentina” que deja en bancarrota a su familia. La pareja protagónica está ligada al cine pero hace cualquier trabajito. Se meten en teatro independiente -que, dice el narrador, era “simplemente teatro pobre” y aparece una idea que puede sorprender: los argentinos como “clase VIP de la migración”.
“En la televisión española, los actores peruanos hacían de pobres y los colombianos de narcos, pero los argentinos hacían de profesores o arquitectos”, escribe Roncagliolo. “Nadie les preguntaba por qué hablaban raro. Hasta en el reality show del Gran Hermano salía un argentino y, para colmo, se acostaba con todas las españolas.”
En el libro de Roncagliolo hay argentinos desparramados por todas partes: algún turista, un road manager, compañeros de fiesta. “A mí me preguntan si soy argentino”, dice el narrador de otro cuento, Tierra de libertad. “Creo que lo dicen como un elogio”.
Pedro Medina León (Lima, 1977) publicó varios libros pero uno de ellos, La chica más pop de South Beach, también es una colección de cuentos y se ven en él personajes análogos a los de Roncagliolo: gente de distintos países que se junta, armando una comunidad cuya principal característica es que ninguno es local. Los que se destacan, los que triunfan, los que pierden y la pasan mal, los que vuelven.
Por eso, a pedido de La oreja que lee, piensa los dos libros en paralelo: “De repente los inmigrantes luchan contra los papeles o luchan contra el idioma (no tanto en el de Santiago, porque están en España), luchan con la precariedad laboral, luchan con la marginalidad, luchas con las viviendas: los personajes se mudan de un momento a otro”.
¿Haber dejado su país influye en la escritura de Medina León? “Si no, sería otro escritor, la inmigración surca mis libros de principio a fin”, dice.
Entre otros libros, Santiago Roncagliolo (Lima, 1975) es autor de Memorias de una dama, cuya circulación fue restringida porque se refería a una familia poderosa del Perú, de El amante uruguayo y de Y líbranos del mal, sobre abusos sexuales en la Iglesia, que también tuvo un intento de censura.
Pedro Medina León ganó el Florida Book Award 2017 por su novela Varsovia y es autor de los libros Mañana no te veré en Miami, Marginal, Tour: una vuelta por la cultura popular de Miami, Americana, La chica más pop de South Beach, Callejeros y Bandidos.
Escuchás la lectura de Todos adoran a los argentinos clickeando acá.
Más de Medina, Roncagliolo y la inmigración
Hay mucho para contar sobre los dos libros que muestran la vida de los inmigrantes, uno en España; el otro en Miami.
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Antes, en La oreja que lee
Por La oreja que lee ya pasaron Martín Kohan, Cristian Alarcón, Marcos López, Alexandra Kohan, Florencia Canale, Agustina Bazterrica, María Kodama, Claudia Piñeiro, Luciano Lutereau, Lorena Vega, Eduardo Mileo, Rafael Spregelburd, Selva Almada, Enzo Maqueira, Sylvia Iparraguirre, Franco Torchia, Ezequiel Martínez, Guillermo Martínez, Gabriela Cabezón Cámara, Martín Caparrós, Mariela Gal y Gabriela Saidon.
Ellos leyeron cuentos de Jorge Luis Borges, Mariana Enríquez, Horacio Quiroga, Juan José Saer, Fleur Jaeggy, Chica Unigwe, Samanta Schweblin, Ignacio Molina, Flor Monfort, Julio Cortázar, Roque Larraquy, Diego Angelino, Liliana Heker, Sara Gallardo, Néstor Perlongher, Gabriel García Márquez, Daniel Moyano, Sylvia Molloy, Italo Calvino, Gabriel Goldberg y Abelardo Castillo.
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