La playa, el sol, la pileta, estar debajo del aire acondicionado descansando. Son esos pequeños momentos de libertad que los más jóvenes disfrutan en su período de descanso antes de volver a la rutina. Muchos padres y familiares buscan que durante estos tres meses esos jóvenes no estén detrás de una pantalla y encuentren alternativas de recreación. No es poco frecuente, entonces, que las Fiestas o las vacaciones funcionen como excusa para regalar algunos libros con la esperanza y expectativa de que los chicos los lean, los disfruten, pidan más y conozcan el hermoso hábito de la lectura.
Infobae Leamos les trae cuatro recomendaciones para los jóvenes lectores del hogar. En estos libros el verano es el protagonista y sus tramas subsecuentes hablan de amistad, amor, hermandad y de todo lo que puede pasar en la estación más calurosa de todas como para cambiar la vida de los protagonistas… Y también de los lectores.
“La novela del verano”, de Emily Henry
January Andrews es una escritora de novelas románticas. Una verdadera soñadora que ha tenido la desgracia de tener dos golpes que la han impactado mucho: una separación y la muerte de su padre, para luego descubrir que hace tiempo él mantenía una relación amorosa en paralelo a la que tenía con su madre.
La desesperanza llegó a la vida de January pero el duelo tenía fecha de caducidad. Su editora le puso una fecha límite para entregar su nueva novela y, además, la protagonista necesitaba el dinero ya que las deudas se estaban acumulando. Es por esta razón que January decide irse por un tiempo a vivir a la casa secreta que tenía su padre para poder desconectarse, terminar su novela, entregarla, vender la casa y seguir adelante. Claro que nunca pensó que su vecino sería Augustus Everett, antiguo compañero de la universidad y quien se autodefine como un autor más “serio” a comparación de la literatura de January.
A pesar de que el primer encuentro comienza con el pie izquierdo, el tiempo les permitirá a January y a Augustus compartir charlas, ideas, salidas y un proyecto en común. Ambos deberán ayudarse mutuamente para salir del bloqueo de escritor y así poder terminar con sus novelas pendientes. En este camino descubrirán que las apariencias engañan, que no hay que juzgar antes de tiempo y que la vida siempre da una nueva oportunidad.
Lo más atractivo de esta novela es que es una combinación interesante entre una historia juvenil y una un poco más adulta. Los personajes dejaron la universidad y se están enfrentando a los conflictos de la vida adulta sin perder esa chispa jovial que los hace todavía inmaduros y maduros al mismo tiempo. Son interesantes las relaciones secundarias que también hacen a la historia, como por ejemplo la de January con su madre, con su padre e incluso con la amante de ese padre.
Creo que todas las pequeñas historias secundarias tienen un porqué bien logrado que provoca que los protagonistas vayan creciendo al mismo ritmo en que la historia va madurando, logrando una novela rica en cuanto al desarrollo del amor, la verdad, la familia, el perdón y el seguir adelante. ¿El condimento esencial? El amor por la literatura, la escritura y el deseo de ser alguien en el campo literario sin dejar que la ambición tome fuerza por encima del amor.
“Ocho veranos atrás”, de Juli Vazquez
Ámbar es una joven presa del bullying que la acompaña desde su niñez, al igual que la soledad. Su único escape posible es asistir verano tras verano a un campamento de Escritura Creativa para perderse entre la magia de la poesía y la naturaleza. Evelyn, por otro lado, carga con el peso de ser hija de un escritor de renombre. Ella ama la escritura pero también sabe que está atada a la sombra de su padre. Es por eso que decide aceptar la sugerencia de su terapeuta y se enlista en el mismo campamento que Ámbar para desarrollar su escritura e ir detrás de sus sueños.
Un intercambio de miradas en medio de la naturaleza, separadas por la distancia, hará que de a poco dos chicas con conflictos internos se conozcan, intercambien opiniones, problemas de vida y secretos; para luego ir desarrollando una amistad sincera y un poderoso cariño que romperá los límites. Acá la relación más importante es la del desarrollo de una amistad. Luego irán creciendo otros senderos que recorren ambas protagonistas, pero el inicio es lo más lindo e importante de estos dos personajes ya que necesitan un salvavidas y cada una de ellas cumple esta función para la otra.
Una historia que trabaja mucho el deseo de los jóvenes por escribir y su interés por la literatura. Aquí hay novela, romance, poesía, ficción y hasta fantasía. Dos mundos que están a punto de colisionar y que sin embargo se encuentran para fusionarse y darle una nueva oportunidad a la vida, a la amistad y al amor. Un romance LGBT que invita además a leerse junto a los padres ya que tranquilamente puede ser un libro para toda la familia.
Serie Cabana: “Aquel último verano”, de Susanna Herrero
Si hay un libro que va a sacar muchas carcajadas no duden por un segundo de que va a ser este. Los hermanos Cabana son todo lo que está bien dentro de las novelas juveniles que hablan de amor y la familia. Priscila y Alex se conocieron en la década de los 90 cuando él dejó Londres para instalarse con su familia en una casa juto frente a la de Priscila, en el mediterráneo.
Él tenía ocho años y ella cinco. Dos veranos más tarde, siendo aún niños, se dieron su primer beso. Esto marcó el destino de ambos para siempre. De vecinos a amigos, de amigos a un romance juvenil y de romance juvenil a un romance que parecía que iba a durar toda la vida pero que terminó de manera abrupta con dos corazones destrozados y una familia en el medio que no sabía qué hacer. Un día Priscila se fue a Estados Unidos y Alex quedó desarmado, esperando entender qué había sucedido, qué había cambiado y por qué ella se había ido.
Cuatro años después, Priscila vuelve a su ciudad natal para asistir al casamiento de uno de sus hermanos e inevitablemente se encuentra con Alex, quién no dejó para nada ser atractivo, pero al cual le cambió la mirada. Ya no tiene esa chispa divertida y atrevida. Ambos muchachos crecieron, maduraron y tendrán que lidiar el uno con el otro por unas cuantas semanas. Este tiempo los ayudará a investigar el pasado, ver qué falló en su relación y buscar una lógica a un resentimiento que deberán entender si tiene o no un motivo de ser.
Aquel último verano es una historia de amor y odio pasional entre dos protagonistas que se enamoraron desde muy jóvenes y que deberán descubrir si existe posibilidad de que ese amor dure para toda la vida. Los hermanos de Priscila son los personajes secundarios más divertidos y ocurrentes de cualquier historia de romance juvenil. Hacen una combinación explosiva y le aportan una cuota de humor que a veces supera el género romántico de la novela, lo que termina provocando que la historia sea fresca, divertida y dinámica. ¿Lo mejor? La serie de libros continuará narrando la historia de cada uno de los hermanos Cabana. Así que hay risas para largo.
“Sucedió un verano”, de Tessa Bailey
Piper Bellinger es una típica influencer estadounidense que vive en y para las redes sociales mostrando lujos, fiestas y ropa de alta costura, como así también mostrando amigos de poca credibilidad en la ciudad de Los Ángeles. Su verdadero origen es humilde: Piper vivía en Westport (Washington) con su mamá, su hermana pequeña y su papá, quien era marinero.
Hasta que la tragedia golpea a la familia y con la pérdida del patriarca, la madre de Piper las toma a ella y a su hermana para no volver. Con el tiempo, la madre de la protagonista conoce a un productor de películas (Daniel Bellinger) con quien se termina casando y la nueva familia bajo el apellido Bellinger comienza a mejorar su calidad de vida y hasta malcriando un poco a la protagonista de esta historia.
Es a raíz de una fiesta desenfrenada y una ruptura amorosa catastrófica que Piper termina encarcelada. Cansado de siempre estar pagando los platos rotos de su hijastra, Daniel Bellinger decide que es el momento clave para que Piper abra un poco los ojos y salga a la vida real. Así que como castigo decide enviarla a Westport, para que se haga cargo del antiguo bar de su difunto padre: sin lujos, sin dinero de más, sin contactos. Por suerte para ella, Piper no se embarcará en esta aventura sola, sino que su hermana Hannah irá junto a ella para ayudarla a cumplir el deseo de Daniel así ambas pueden regresar a L.A.
Será en Westport donde Piper conocerá a Brendan, un barbudo y corpulento capitán de barco, quien no solo la ayudará a reformar el antiguo bar de su padre, sino que además la hará vivir la historia de amor más apasionada que haya podido imaginar alguna vez. Piper se dejará llevar y de a poco irá dejando atrás sus malas costumbres, para darse cuenta de que su vida necesita cambiar y que tranquilamente podría quedarse en Washington y darle una oportunidad al amor.
¿Pero podrá hacerlo? ¿Qué pasará cuando termine el plazo dado por Daniel? ¿Piper elegirá a Brendan o volverá a su vida de lujos en Los Ángeles? Sucedió un verano es una historia divertida, con escenas hot y con una pequeña cuota de emoción que divertirá a los lectores desde la primera hasta la última página.
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