La historia de una familia refleja la historia de un país, sus valores, sus cambios, sus evoluciones y sus violencias. Es allí donde se desarrollan nuestras relaciones más cercanas, aquellas que moldearán nuestra personalidad; que definirán quiénes seremos y qué vínculos crearemos con los demás.
Esa es la idea central, tal y como está señalada en la contraportada, del libro más reciente de la abogada bogotana María del Pilar Roa López, conocida por ser una de las defensoras más notables de los últimos años en Colombia en el terreno de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. Además, su trabajo alrededor de la despenalización del aborto en América Latina es uno de los más reconocidos del último tiempo.
Son alrededor de 200 páginas las que componen “Elefantes en la sala”, el título en el que Roa López aborda la figura de la familia como espacio en el que se viven los silencios, los secretos y los conflictos que habrán de perseguirnos toda la vida. “Esos elefantes en la sala, enormes, aplastantes y que no se nombran”, reza la contraportada.
En este ensayo, la autora reflexiona acerca de cómo la composición de las familias y su funcionamiento influyen en el devenir del entorno social, pues su realidad va más allá de sí mismas. Si bien cada hogar es diferente, la sociedad consigue acogerlos a todos.
¿Qué define a una familia? ¿Su origen está necesariamente asociado a un vínculo de sangre? ¿Por qué se dice que la familia es la base de la sociedad? Estas son algunas de las preguntas que, durante la lectura, pueden presentarse en la cabeza de quien acoge este ensayo sin mayor pretensión que comprender esta idea de los elefantes que propone la autora.
Residente desde hace varios años en España, Roa López regresa en sus recuerdos a la historia de su familia y a partir de sus propias experiencias engendra este “manual de educación sentimental” que, entre otras cosas, se ocupa de repasar los lazos entre generaciones y las posibilidades existentes en torno a la conversación sobre contexto familiar, social e histórico.
El libro sugiere que el árbol genealógico debe ser tratado con cuidado, abonado, podado y regado, con el fin de que se mantenga sano. Este árbol hace referencia, evidentemente, al constructo familiar, y conforme avanza en sus ideas, Roa López llega a la conclusión de que si este constructo está incompleto, la mayoría de familias no tienen un padre o una madre presentes, por diversas razones, la sociedad en sí misma se verá intervenida.
En una de sus columnas en El Colombiano, Ana Cristina Restrepo señala que “Roa rinde homenaje a aquellas personas que cambiaron su forma de ver el mundo, como su amiga Janet, del Center for Reproductive Rights. Los pies de página del libro tienen una intención pedagógica: remiten a instituciones y vías para continuar la conversación sobre las familias, incluyendo la plataforma ciudadana encabezada por Roa, Familias: Ahora”.
La periodista reseña que la mirada compasiva que dedica la autora a la familia ausculta los lazos que unen y a veces asfixian sus propios cimientos.
“Elefantes en la sala” está escrito como si de un libro de relatos se tratara. Construido de tal manera que el lector puede abordarlo de la forma que prefiera. Se puede empezar por el final, luego ir a la mitad, regresar al final e ir al inicio, o viceversa. Lo mejor de un ensayo, en ocasiones, es que no someta al lector y lo agobie. Y este en particular, escrito con gran tino por la bogotana, lo cumple a cabalidad.
Seguir leyendo: