En la Antigua Grecia varias son las figuras fascinantes que han quedado registradas para la posteridad, pero si de personajes hablamos, Timandra es una de las más atractivas. Es de los pocas mujeres que se ganaron un lugar en los libros de historia. De belleza excepcional, prestó su casa para albergar a los mejores filósofos de su tiempo, Sócrates, Platón y Eurípides entre ellos. Trascendió por haber sido vital para el héroe Alcibíades, con quien convivió y de quien recogió sus cenizas.
Parte de su historia, lo que se alcanzó a conocer, ha sido consignado por el escritor griego Theodor Kallifatides en una novela que lleva por título el propio nombre de ella. En alrededor de 192 páginas, el autor le entrega la voz a Timandra y es ella quien cuenta su vida y brinda testimonio sobre su ciudad, Atenas, y su tiempo, en plena Guerra del Peloponeso.
La trama sugiere más o menos esto... Está la guerra, una disputa entre Atenas y Esparta que se alarga unos treinta años, y esta bella mujer, Timandra, hija de Teodoti, que va contando su historia desde una pequeña cabaña en Frigia, rodeada de campo y observando el cuerpo desnudo de Alcibíades, su amado, mientras este duerme, intentando olvidar los episodios de la guerra.
El sueño inquieto de Alcibíades le sirve de excusa para recordar su infancia, cuando tampoco podía dormir y su madre aún no la había iniciado en las artes del placer. A partir de entonces, inicia su relato.
Timandra recuerda las enseñanzas de su madre acerca del más sublime erotismo y la forma en que empezó a amar a tantos hombres y mujeres, disfrutando de sus cuerpos. Es Alcibíades quien lo cambia todo, el único del que verdaderamente ella se enamora, por quien dará la vida en caso de ser necesario.
“Lo miré vacilante, con un vago sentimiento de pudor que me hizo entornar los párpados. Muchos hombres habían yacido a mi lado con el mismo abandono; hombres famosos, ricos, poderosos. Incluso una o dos mujeres. A todos los observaba mientras dormían. Me gustaba ver la paulatina transformación de su rostro, del éxtasis del placer a la irrupción repentina de los sueños. Sin embargo, mirarlo a él me daba pudor. A mí, que con frecuencia empleaba el pudor como aderezo y de tanto en tanto con simples soldados como artimaña de seducción. ¿Quién soy? ¿Quién era el hombre que estaba junto a mí?”
Mucho más que una novela histórica, “Timandra” es una pieza sobre el amor como centro de gravedad, regalo y condena al mismo tiempo, “la entrega absoluta como forma particular de libertad”, dice ella. Sus palabras dan cuenta de la forma en que concebía el sentimiento, no tanto en relación con los otros, hombres y mujeres, sino con el mundo en general, el entorno que le rodeaba. Es a través de ello que se narra esta historia, de aquello que está por encima de todo.
El propio Kallifatides considera esta como su mejor novela. Y no hace falta leer toda su obra para pensar lo mismo. A esta conclusión se llegará de una forma u otra.
Nacido en Grecia en 1938, ha publicado más de cuarenta libros de ficción, ensayo y poesía traducidos a varios idiomas. Emigró a Suecia en 1964, y allí consolidó su carrera literaria. Ha traducido del sueco al griego a grandes autores como Ingmar Bergman y August Strindberg, así como del griego al sueco a Yannis Ritsos o Mikis Theodorakis.
Ha recibido varios premios por su trabajo tanto en Grecia como en Suecia. En España, ganó el Premio Cálamo Extraordinario 2019 por “Otra vida por vivir”. Su obra en español ha sido publicada por el sello catalán Galaxia Gutenberg, que ha traducido sus novelas “El asedio de Troya” (2020), “Madres e hijos” (2020), “Lo pasado no es un sueño” (2021), “Timandra” (2022) y “Amor y morriña” (2022).
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