Como la navidad también se lee, esta época es ideal para explorar aquellos títulos ambientados en ella. No siempre son los típicos relatos sobre los valores de esta festividad o aquellos con Papá Noel como protagonista; hay algunos con tintes más oscuros, incluso de terror, y otros de corte fantástico o de ciencia ficción.
Uno de los más recordados, por la influencia que supuso para una de las historias más recordadas por los lectores, ”Canción de Navidad”, de Charles Dickens, es el relato, o novela corta, “Vieja Navidad”, de Washington Irving, publicado originalmente en 1820, como parte del “Libro de escenas del caballero Geoffrey Crayon”, junto con otros relatos y ensayos, entre ellos, “La leyenda de Sleepy Hollow”.
En “Vieja Navidad”, el autor lleva a los lectores por las tradiciones navideñas. Mucho de cercano tiene con el clásico de Dickens y ya entiende uno por qué el también autor de “Oliver Twist” leyó a Irving antes de sentarse a escribir. La trama es más o menos así: un viajero solitario se encuentra una noche con un viejo conocido, de apellido Bracebridge, quien lo invita a pasar las fiestas en compañía de su familia y algunos amigos, en casa de su padre. Allí, compartirá una cena con ellos y pasará el resto de la jornada, pero antes, el viejo conocido lo pone en contexto, le habla del tipo de personas con las que se encontrará y la cálida acogida que, seguramente, le darán.
Los diálogos le dan rienda suelta a la trama y acción en sí no hay mucha. Son los detalles de las vidas de estas personas, sus historias, lo que le da fondo a este relato. Con él, Irving consigue retratar los valores de la unión y la familia, exaltando lo que, se supone, es lo fundamental en estas fechas, más allá de los regalos, las decoraciones, la comida o las canciones. Es un tiempo para compartir con los otros.
Un relato navideño, sí, pero no es lo único destacable aquí. En “Vieja Navidad”, el autor consigue hacer gala de su estilo romántico, haciendo que los lectores se reconcilien consigo mismos y lo más profundo de su condición humana. Humor y sentimentalismo y una profunda melancolía inundan estas páginas, además de un evidente elogio hacia las costumbres inglesas.
Publicado por primera vez en español en 2016, de la mano de la editorial El Paseo, este texto presenta a un Irving muy humorístico, como lo reconoce el editor David González Romero. Su acierto, apunta, yace en acercar una visión muy fresca de la Inglaterra rural de entonces. “Irving contaba al público estadounidense las costumbres de la tierra madre y fue de los primeros autores americanos que puso el pie literario en Europa”.
Debido al éxito de la historia, en Estados Unidos se le conoció como “el padre de la Navidad sentimental” y es que después de leer queda uno con una sonrisa en el rostro, por el nivel de melancolía y añoranza con que está dotado el relato. “Washington Irving es el padre de la Navidad sentimental en Estados Unidos, ya que introduce la figura de San Nicolás, la costumbre del muérdago y otros muchos elementos. Es el padre de esa especie de nostalgia y sentimentalidad en Estados Unidos”, recalca González Romero.
Si antes el referente inmediato era Dickens, queda claro que sin Irving no habría sido posible, así que a leerle. El libro hace parte de una serie que El Paseo publicará paulinamente, con el ánimo de rescatar parte de la obra del escritor norteamericano.
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