El próximo 8 de febrero el escritor peruano Mario Vargas Llosa recibirá la espada que lo acredita como académico de la Academia Francesa de la Lengua en el sillón que ocupaba el filósofo e historiador Michel Serres, fallecido en 2019. Para acceder a tan alto honor, Nobel de Literatura 2010 recibió 18 votos a favor de los 22 miembros electores de la Academia, ante uno en contra, de Frédéric Vignale; dos abstenciones y uno en blanco, reportó el órgano elector.
De esta forma, el autor de “La fiesta del chivo” se convertirá en “Inmortal”, nombre con el que se conoce a los miembros de esta academia, fundada en 1635 por el cardenal Richelieu para velar por el idioma francés.
“Me hace mucha ilusión ser el primer latinoamericano que la Academia recibe en su seno. Cuando comencé a escribir, la cultura francesa era inmensamente popular en América Latina y, desde luego, tuvo muchísima influencia en mí”, expresó Mario Vargas Llosa tras conocer la aprobación de su ingreso.
Para que Vargas Llosa logrará ocupar el sillón 18 de esta Academia, la decisión debía ser aprobada por mayoría absoluta; la sesión se desarrolló de forma privada y sin la presencia de los aspirantes, como dictamina la tradición del órgano académico.
El peruano, que es miembro desde 1994 de la Real Academia Española, presentó su candidatura en octubre de 2021, tras enviar una carta a Hélène Carrère d’Encausse, la actual secretaria perpetua del célebre cónclave.
Se trató desde el principio de una candidatura fuera de lo común, tanto por la edad del escritor como por ser un autor dedicado a la escritura en español, pues según el reglamento de la Academia, los candidatos a este puesto no deberían exceder los 75 años de edad y apostar por la literatura europea, esta última condición que si cumple por la influencia de la literatura francesa en su obra. Personalidades y miembros activos como Alain Finkielkraut, Chantal Thomas, Érik Orsenna o Jean-Christophe Rufin, han manifestado públicamente su simpatía por la candidatura del Nobel.
“Cuando (Vargas Llosa) estaba encerrado en la Academia Militar (en Lima), quería vivir en una buhardilla en París. Así que entrar en la Academia es entrar en su sueño”, declaró su traductor al francés, Albert Bensoussan, quién acaba de publicar “Mario Vargas Llosa, Écrivain du monde” (Un escritor del mundo) un ensayo sobre el autor.
El deseo de Vargas Llosa de pertenecer a esa institución, fundada por el cardenal Richelieu, se remonta a su juventud, ahora su sueño se hará realidad el próximo 8 de febrero de 2023, cuando el autor reciba su espada y tan solo un día después dará lectura bajo la cúpula de la Academia a su discurso; así mismo, se ha anunciado que el órgano académico organizará la ceremonia de toma de posesión de su asiento, abierta a unos 300 invitados, en la que el literato tendrá que intervenir. Con esto, Mario Vargas Llosa se convierte en el primer escritor que, sin haber escrito directamente en francés, ingresa a esta institución.
En dicha ceremonia, el nuevo “Inmortal” portará el reconocido uniforme verde bordado, con la tradicional espada y, acogido por sus dos padrinos en el seno de la institución, debe leer un discurso y tomar posesión de su sillón, que será exclusivamente suyo hasta su fallecimiento. En ese momento recibirá, asimismo, una medalla de la Academia grabada con su nombre y el lema “A la inmortalidad”, y le será atribuida también una palabra del diccionario, como lo dicta la tradición.
Mario Vargas Llosa es considerado uno de los últimos representantes del boom literario latinoamericano del “Realismo Mágico”, el movimiento encabezado por los escritores Gabriel García Márquez, Julio Cortázar y Carlos Fuentes, quienes tuvieron un gran impacto en los autores franceses de su época.
Su obra ha sido traducida al francés desde hace 50 años por Albert Bensoussan, quien conoció a Vargas Llosa en 1971 cuando el autor le encargo una versión de “Los cachorros”; el traductor recientemente se había encargado de traducir la obra “Tres tristes tigres” del cubano Guillermo Cabrera Infante.
Bensoussan fue recibido por el escritor en Barcelona, donde vivía en ese momento, y tras revisar la traducción, le dijo: “Es mejor que el original”, así mismo el traductor declaró “En Francia nos quedamos deslumbrados. Vivíamos por entonces la época del Nouveau Roman; novelas donde no había la magia de una historia” y añade “La novela que me exigió más tiempo fue La guerra del fin del mundo, ambientada en Brasil. Necesité dos años. Tenía que entenderla... Cuando traduzco, necesito tener a mi alcance la misma bibliografía que el autor”.
Días después de que se conociera la noticia de su ingreso, un grupo de intelectuales firmó una solicitada en el diario Libération, una reconocida publicación de izquierda en la que se dan gran parte de los debates sociales y políticos de Francia, en la petición los firmantes entre quienes están el profesor universitario César Itier, la directora de investigaciones del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo Evelyne Mesclier, la profesora de la Universidad de París Valérie Robin Azevedo, la investigadora Sylvie Taussig y el antropólogo Pablo del Vall, quienes cuestionan el rol del escritor peruano en los debates políticos de Latinoamérica, su posturas cercana a las derechas y su participación en los “Pandora Papers” donde se reveló que tenía sociedades en paraísos fiscales para evadir impuestos.
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