El 10 de diciembre de 1982 le fue entregado el Premio Nobel de Literatura al escritor colombiano Gabriel García Márquez. Ya han pasado cuatro décadas de esta premiación, y ocho años de su fallecimiento, y el sello editorial Random House ha publicado una edición especial de una de sus novelas más emblemáticas, “El coronel no tiene quien le escriba”, con ilustraciones de la artista Luisa Rivera.
Fue durante su estancia en París que Gabriel García Márquez escribió esta novela. Llegó hasta ese lado del mundo, a mediados de los años 50, como corresponsal de prensa, con la intención secreta de estudiar cine. El cierre del periódico para el que trabajaba lo arrastró hasta la pobreza y mientras hacía lo posible para sobrevivir redactaba tres versiones de esta historia, las cuales fueron rechazadas por editores y casas editoriales una y otra vez. Quién diría que aquel joven periodista se convertiría en uno de los grandes referentes de la literatura universal.
Esta novela fue su tercera publicación, tras “La hojarasca”, de 1955, y “La mala hora”, de 1961. En “El coronel no tiene quien le escriba” el autor presenta una historia llena de injusticia y violencia sobre la vida de un viejo coronel retirado que se da cita cada viernes en el mismo lugar a esperar la correspondencia; anhela la llegada de esa carta oficial que le responda a la justa reclamación de sus derechos por los servicios prestados a la patria, pero la patria permanece muda y él expectante de cualquier indicio.
Antes de convertirse en leyenda de la literatura, el autor tuvo un inició lleno de rechazos; esto se ve reflejado en la crónica escrita por Orlando Oliveros Acosta, editor del Centro Gabo y colaborador de la Fundación Gabo. En “García Márquez, un cartero que llama mil veces” Oliveros relata cómo llegó el primero de los rechazos, fue de parte de Guillermo De la Torre, presidente del consejo editorial de Losada y cuñado de Jorge Luis Borges.
“Fue en 1952. García Márquez la leyó en la sala de redacción de El Heraldo, el periódico donde trabajaba entonces. Informaba que su novela “La hojarasca” no se consideraba publicable y le sugería al joven narrador que buscara otro oficio”, escribe Orlando Oliveros Acosta en “García Márquez, un cartero que llama mil veces”.
Tan solo una década después de que su manuscrito de “La hojarasca” fuera menospreciado, el reconocido asesor de la editorial Gallimard y crítico de literatura, Roger Caillois fue el encargado de rechazar la edición francesa de “El coronel no tiene quien le escriba”, fue catalogada como “corrosiva”; en una nota escrita, el crítico exaltó que la literatura latinoamericana no tenía nada que decir. Finalmente, quien aceptó publicar, en 1962 la historia del coronel fue Julliard, una editorial con menor trascendencia en ese entonces.
Además del 40 aniversario del Nobel de García Márquez, en 2022 también se cumplen 55 años de la primera edición de “Cien años de soledad”, obra publicada en 1967 y a la que el colombiano definió como “Un vallenato de 450 páginas”, esto debido a que una de sus grandes inspiraciones para escribir este relato fueron los juglares de la música vallenata de los pueblos del Caribe; un recorrido literario al ritmo del acordeón y los sucesos de la región.
Gabriel García Márquez falleció a la edad de 87 años, el 17 de abril de 2014 en Ciudad de México, donde pasó gran parte de su vida, la fecha de su deceso coincidió con un Jueves Santo, al igual que Úrsula Iguarán, la matriarca de “Cien años de soledad”, considerada una de las grandes obras de la literatura. Ahora el hijo del telegrafista, como le gustaba presentarse, es homenajeado con una de sus grandes obras ilustrada por Luisa Rivera.
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