Argentina se ha coronado campeón del mundo en Qatar 2022. Todo el país está bailando de alegría y dicha, después de 36 largos años de estar acariciando el sueño de volver a alzar una Copa del Mundo, algo que se nos había negado durante unos cuantos mundiales.
Hay algo épico en esta victoria que recuerda a aquellas gestas heroicas que han costado sangre, sudor y lagrimas pero finalmente los protagonistas consiguen llegar a buen puerto, mostrando un temple, actitud y madurez que resultan un ejemplo para todos los argentinos. Frente a rivales poderosos como Países Bajos, Croacia y Francia, quienes no dudaron en rebajar la calidad del seleccionado argentino, haciendo comentarios por momentos descalificadores, este equipo global (Cuerpo técnico + selección + ayudantes) ha mostrado una actitud heroica que ha conquistado a todos los países del mundo. Prácticamente todos los medios, figuras famosas, y naciones están rendidos a los pies de Messi y la selección argentina.
Para los argentinos esta puede ser una oportunidad bisagra para aprender de esto que ha sucedido en el Mundial 2022 y extrapolarlo al país, bastante maltrecho y golpeado por la inseguridad, la inflación y la pésima gestión política. O bien puede ser nuevamente la historia repetida en la cual reforzamos nuestro ego desequilibrado, creyéndonos que somos especiales, únicos y tocados por la mano de Dios.
El problema de esta última postura colectiva es que después que desciende la efervescencia maníaca de haber ganado la Copa nos volvemos a encontrar con una inflación cercana al cien por ciento anual, inseguridad creciente, falta de diálogo constructivo político para dar resolución a los problemas fundamentales de la ciudadanía y sobre todas las cosas, una población bastante pasiva, que cree que es pasional porque su selección ha mostrado garra.
Por ello, pasando por el tamiz este triunfo deportivo que tanto nos alegra y apasiona, he aquí unas lecciones para políticos y ciudadanos que podemos aplicar y comenzar a transformar nuestro país de una vez por todas, tomando como ejemplo a una selección que verdaderamente se ha ganado esta Copa con esfuerzo, pasión, trabajo y dedicación.
1) Actitud vs Aptitud
No es lo mismo actitud que aptitud. Comencemos definiendo la aptitud como la capacidad de una persona para realizar adecuadamente una tarea. En tanto que la actitud es la manera que tenemos de estar dispuestos a comportarnos y obrar. Muchas personas poseen aptitud para ciertas tareas pero su actitud no está a la par. Mientras otras todavía no han desarrollado ciertas competencias y talentos pero manifiestan una actitud disponible y adecuada para aprender y comportarse de manera moral y disciplinada.
Esta Selección ha mostrado aptitudes y actitudes a la altura de sus desafíos, que la han llevado a lo más alto. De hecho tiene jugadores muy buenos, junto a uno que está entre los tres más talentosos del mundo. Pero lo que ha hecho que el mundo caiga a sus pies es la actitud sin igual, esa mezcla de pasión, garra, entrega y potencia, en pos de un mismo objetivo.
¿Qué aprendemos de esto y podemos extrapolar a nuestro hermoso país?
Decimos que el mérito es el eje de esta selección, por la combinación de sus talentos combinados y actitud para utilizarlos de manera óptima con su pasión característica. Los políticos que elijamos, deben combinar aptitud y actitud. Deben tener capacidades para gestionar y fundamentalmente actitud de servicio en su trabajo. En definitiva, deben tener y refrendar méritos permanentemente para desempeñar sus cargos.
¿Cómo nos hemos acostumbrado a normalizar que personas ineptas y sin méritos ocupen cargos importantes? Olvidarnos como ciudadanos de que alguien debe acreditar aptitudes y actitud acordes a su cargo implica que Argentina siga condenada a los cantos de sirenas de sus políticos, quienes repiten promesas vacías que luego no son capaces de cumplir, sostener.
En relación a los ciudadanos, la única manera de progresar es trabajando nuestras aptitudes en equilibrio con actitudes morales, de servicio y entrega. De hecho, si la población desarrollase estos atributos, difícilmente consentiría en dejarse maltratar de manera grotesca por sus políticos. ¿Cuáles son las aptitudes que precisás desarrollar en tu vida para crecer? ¿Cuáles son las actitudes que elegís tomar de esta selección para aplicar a tu vida a fin de crecer, prosperar y evolucionar?
2) Confianza basada en capacidad, madurez y temple
Si escuchamos detenidamente la conferencia de prensa que ha brindado el técnico Lionel Scaloni, él comenta que cuando los franceses habían empatado el partido, él seguía confiando en la selección y sus recursos para ganar el partido. Lo suyo no fue una típica afirmación arrogante al estilo de Van Gaal sino la confianza consecuente de una forma de pensar, encarar y haber trabajado a este equipo desde lo físico, grupal y psicológico.
La confianza basada en la capacidad, pasión y temple que ha mostrado esta Selección argentina es ejemplar porque no proviene egocentrismo y el narcisismo sino de hechos concretos y de un entrenamiento grupal donde se han afianzado el factor humano y el técnico. ¿Cuántas veces hemos votado políticos argentinos creyendo que su confianza impostada era real para darnos cuenta al cabo de unos meses de que simplemente son ególatras y personas ineptas?
De esta selección aprendemos el valor de desarrollar la confianza personal -y como nación- basada en aspectos reales y no fantasiosos. Cuando la confianza se basa en un proceso donde entrenamos nuestras capacidades, coraje , madurez y temple, desarrollamos la seguridad de lograr las metas desde el principio de realidad. Cuando lo hacemos desde la arrogancia, viveza criolla, egocentrismo y la sensación que somos VIP, la realidad nos da múltiples cachetazos y culminamos con los pésimos indicadores que hoy se ven en Argentina a nivel social, económico político y educativo.
¿Qué aprendemos de esta Selección para extrapolarlo al país? Es imposible que la Argentina se desarrolle si no cultivamos la madurez para dialogar y escuchar, las capacidades para liderar y producir de manera eficiente y el temple para aprender de las adversidades. Todo esto lo hemos presenciado a microescala durante las últimas tres semanas, observando a la selección enfrentar a sus últimos tres rivales muy poderosos.
Es hora de dejar de admirar e idolatrar a Messi y la Selección y comenzar a aplicar sus conductas a nuestra propia vida. Lo que la selección ha vivido también puede volcarse a nuestra vida diaria. ¿Cómo podés volverte una persona más adulta, capacitada y valiente para afrontar tus desafíos? ¿Cómo podés convertirte en un ciudadano responsable con la capacidad de aportar a este país y su desarrollo? ¿Cuáles son los pasos para volvernos personas más concientes y maduras en nuestras propias vidas?
3) ¿Sufrimiento como forma de vida?
Todos repetimos hasta el cansancio una frase que parece terminar siendo un dogma: “Ser argentino es sufrir”. Esta selección ha jugado con el alma y todos hemos sufrido, sobre todo en los partidos con Países Bajos y Francia. Argentina consiguió salir adelante pero seguramente a cientos de miles de personas se les habrá disparado la presión arterial por el estrés vivido durante esos partidos.
Lamentablemente esto que hemos presenciado a través de los partidos de nuestra Selección refleja una realidad del país desde hace por lo menos 25 años, donde vemos una inflación, inseguridad, inestabilidad, pobreza, desigualdad, injusticia y corrupción que ha crecido exponencialmente, sumiendo a la población en altos índices de dolor, malestar e infelicidad.
¿Estamos condenados al sufrimiento de por vida por ser argentinos? ¿Tenemos que adaptarnos a esta creencia colectiva porque somos argentinos y se supone que debemos resignarnos con esta realidad tan triste?
Personalmente considero que un país puede cambiar su autoestima global cuando se atreve a desafiar sus supuestos colectivos de manera adulta. Esto lo han podido transformar diversas naciones. ¿Por qué debo aceptar pasivamente que por ser argentino el sufrimiento es normal?
Parece increíble pero detrás de toda esta pasión por el fútbol que nos ha valido la admiración del mundo entero se esconde un pueblo resignado a ser maltratado por sus políticos. Un pueblo que acepta y normaliza un proceso decadente como si esto fuese parte del ser argentino y tener que sufrir.
Desde la mirada psicológica, esta relación masoquista solo puede existir si ambos o uno de los protagonistas consiente permanecer pasivo. No se trata de una rebelión contra los lideres sino de asumirnos como personas pensantes y autovalidadas que reconocemos nuestro derecho de tener una buena vida en todos los aspectos.
De hecho, existe un segmento de la población que está realizando este ejercicio psicoemocional y el resultado es que deciden irse del país para encontrar mejores oportunidades. Pero también existe otro segmento mucho mayor de personas que es trabajador, tiene valores y quiere progresar en un contexto social que sea justo, armónico y con cierta decencia. No es idealismo. Es una realidad que podemos lograr. Sin embargo es imposible hacerlo si persistimos en adormecernos diciéndonos que por ser argentinos debemos sufrir.
¿Estás de acuerdo en que ser argentino es sufrir y resignarte a una realidad como la actual? ¿Estás disponible para confrontar tus creencias y ensanchar tus perspectivas como ciudadano argentino? ¿Cuál seria una nueva creencia global empoderadora que podría reemplazar a la que nos marca que debemos sufrir por ser argentinos?
<br/>
4) Procesos largos con trabajo de equipo
Esta selección venia enamorando a los argentinos y el resto del mundo desde mucho antes que este Mundial. La razón mas importante es que Scaloni se dedicó a construir un grupo humano e integrarlo con los talentos futbolísticos que ya traían.
Siempre fue consciente de que este resultado actual de campeones era la consecuencia inevitable de un proceso largo de trabajo en equipo. No fue la suerte, alineación de planetas o cualquier excusa externa, que tanto nos gusta invocar. El trabajo en equipo requiere siempre un proceso para construir un alma, unificar a las personas detrás de un objetivo y generar el clima emocional apropiado para que estas colaboren de la mejor manera posible. Si lo hacen con alegría, buen humor y compañerismo, como ha sido el caso de esta Selección, la vivencia grupal se vuelve un viaje increíble y transformador.
¿Qué aprendemos del liderazgo de Scaloni para nuestra vida? Creo que este proceso de construcción de equipo debería ser estudiado como caso de éxito por los políticos que asumen cargos, sobre todo por aquellos que ocuparán ministerios y por el mismo presidente. De esa forma nos ahorraríamos dolores de cabeza y problemas socioeconómicos que podrían evitarse y afrontarse eficazmente.
Es imposible que la Argentina se vuelva un país mínimamente serio ante los ojos de la comunidad internacional, si no desarrolla procesos consistentes, planificados de trabajo en equipo. Hasta ahora Argentina se ha guiado por políticas de corto plazo que han sido inmensamente dañinas para el país. Esto mismo aplica para nosotros, los argentinos, cuando pretendemos hacer goles de manera inmediata sin atravesar un proceso adecuado de preparación.
Toda organización, institución o país requiere de procesos con sus tiempos apropiados para ir construyendo una dinámica adecuada para lograr objetivos, enfrentar desafíos y crecer. Muchos políticos llegan a sus cargos, borran los procesos anteriores que pueden ser exitosos, con la idea arrogante de asumir una nueva gestión desde cero y ser los únicos protagonistas de un triunfo que nunca llega.
De esta Selección aprendemos el inmenso valor de planificar, sostener procesos y dar el tiempo necesario para consolidar un equipo eficiente y colaborativo. De esta manera se obtiene un Copa, se saca adelante un país y se ayuda a transformar la vida de millones de personas.
5) Ego desmedido vs Ego equilibrado
Finalmente llegamos al punto más delicado en Argentina. Su talón de Aquiles como país. Al respecto contaré un chiste que me ha narrado un amigo colombiano…”Dos argentinos están en un camping contemplando una tormenta eléctrica y uno de ellos le pregunta al otro que está sucediendo , a lo cual el segundo responde… ‘Dios nos está tomando fotos’ “.
Muchos argentinos hemos sido criados con la creencia distorsionada de que somos los europeos sudamericanos y, como tales, príncipes y acreedores de un trato VIP por parte del resto de mundo. El resultado final hasta la fecha es que como nación tenemos una de las inflaciones más altas del mundo con sus gravísimas consecuencias, mientras que países vecinos a quienes solíamos mirar con desdén principesco han afrontado este flagelo de manera óptima.
Esto mismo se traslada al ámbito político donde no paramos de contemplar espectáculos grotescos de egos desmedidos que tanto daño ocasionan a nuestro país. Un ego equilibrado es aquel que hemos notado en esta selección, sobre todo en la figura de Messi, quien, a diferencia de Maradona y su ego desmedido, ha mostrado al mundo lo que es mantener un perfil bajo, sensible, trabajador y presente como líder de esta selección exitosa.
¿Podemos reconocer estos atributos en los políticos argentinos? Desgraciadamente los argentinos seguimos aferrados al estilo de liderazgo mesiánico de Maradona, conocido en sus últimos años por sus innumerables conflictos familiares y sus problemas personales. De esta selección aprendemos el valor de apoyar líderes con egos equilibrados y dejar de apostar por aquellos cuyo ego desmedido los vuelve arrogantes, narcisistas y escasamente receptivos a intercambiar en pro de un futuro mejor. Para ello ¿qué mejor referencia que mirar a Messi? ¿Cómo desarrollas un estilo de liderazgo en tu vida diaria que refleje valores y actitudes de Messi y la Selección argentina?
Hasta aquí hemos desarrollado cinco lecciones que podemos extraer de esta Copa obtenida por nuestra Selección. Podríamos hablar de muchas más. Mi anhelo profundo como profesional de la Salud Mental es que esta Copa obtenida en Qatar 2022 sirva para que los argentinos podamos pensarnos y volvernos ciudadanos más conscientes, colaborativos y maduros en vez de seguir alimentando nuestro ego futbolístico desmedido, que tanto daño nos ha ocasionado como nación, llevándonos a elegir políticos afines a esa arrogancia.
Como país tenemos todos los recursos necesarios para prosperar en conjunto, y lograr éxitos similares a los que ha logrado esta selección argentina que tanto orgullo nos brinda. Desde la humildad podemos disponernos a aprender de este caso de éxito que es la Selección, que tanta alegría y pasión nos genera y comenzar a aplicar sus éxitos a nuestra vida diaria.
Seguir leyendo