Borges se había quedado ciego. Eso pasaba. Al escritor se le apagaban irremediablemente los ojos. Pero no en cualquier momento: Borges, el curioso, el amante de los mitos, ese lector incomparable, no podía ver y entonces lo nombraron director de la Biblioteca Nacional. Todos los libros soñados al alcance de la mano... y a la vez inaccesibles. Fue entonces cuando escribió el poema que ahora la cuenta Memes Borgeanos usó para reírse de Kylian Mbappé, el magnífico jugador francés que, de hecho, le complicó la vida a la Selección argentina en la final del Mundial de Qatar. Los tres goles de Francia hizo Mbappé y así el partido quedó empatado y hubo que ir a penales.
“El año 1955 el gobierno de la Revolución Libertadora me hizo director de la Biblioteca Nacional”, contó Borges, explicando el Poema de los dones. “Yo acababa de perder la vista. Recordé inevitablemente que el más ilustre de mis antecesores, Groussac, había sido ciego y director de la Biblioteca, como yo. Pensé que nuestro destino era el mismo. Paul Groussac, más valeroso que yo, no señaló la contradicción entre la cercanía de 800.000 volúmenes y la ceguera. Yo escribí el poema y señalo que sin duda que ese poema, aunque escrito por mí, fue sentido también por Groussac”.
¿Qué tienen que ver Borges, la ceguera, un montón de libros, con Mbappé?
Bueno, hay que leer un poquito de ese poema y se va entendiendo. Empieza así: “Nadie rebaje a lágrima o reproche/ esta declaración de la maestría/ de Dios, que con magnífica ironía/ me dio a la vez los libros y la noche.”
Por ahí viene la idea del meme: alcanzar algo muy deseado -¡tres goles en una final del mundo!- y que eso en vez de alegría traiga desdicha. Los libros y no poder leerlos. Los goles y perder el Mundial. Uno, Borges, había imaginado que el paraíso era una biblioteca. El otro, Mbappé, debe haberlo soñado parecido al triunfo en la Copa del Mundo.
Eso es, en definitiva lo que señala el meme que compone Memes Borgeanos. “Este meme lo hicimos con mi amigo, el poeta místico Diego Zeziola”, dice la cuenta, que es creación de un profesor de escuela secundaria, Alfredo de Jorge.
Entonces muestran a Mbappé abatido tras la derrota y escriben: ““Nadie rebaje a lágrima o reproche/ esta declaración de la maestría/ de D10s, que con magnífica ironía/ me dio a la vez tres goles y la noche.” Lo titulan Poema de los goles.
Entre los comentarios al meme se alude a otro cuento conmovedor -sí, conmovedor- de Jorge Luis Borges, La casa de Asterion, donde el Minotauro, ese monstruo que devora hombres en su laberinto espera a quien lo libere de su destino. Entonces llega Teseo, el héroe que lo mata y al salir y dice: “—¿Lo creerás, Ariadna? —dijo Teseo—. El minotauro apenas se defendió”. En las respuestas a Memes Borgeanos @drawingsfromhell dice: “¿Podrás creerlo Antonela? Mbappé apenas se defendió”. Tal vez esta idea dé cuenta de qué poderoso se considera al francés.
El Poema de los dones fue escrito, entonces, en 1955. Salió en 1959 en un libro llamado Poemas, de edición privada, en 1950 y Emecé lo editó en 1960 en El hacedor. En el poema, Borges desmenuza “la ironía de Dios”: “De esta ciudad de libros hizo dueños/ a unos ojos sin luz, que sólo pueden/ leer en las bibliotecas de los sueños/ los insensatos párrafos que ceden/ las albas a su afán”, escribe. Y se compara con un rey que muere de hambre y sed entre jardines y fuentes de agua (el rey Midas, que según el mito convertía en oro lo que tocaba): “De hambre y de sed (narra una historia griega)/ muere un rey entre fuentes y jardines;/ yo fatigo sin rumbo los confines/ de esta alta y honda biblioteca ciega”.
La ceguera fue un tema crucial para Borges, a quien desde entonces le tuvieron que leer, tuvo que dictar lo que escribía -lo que según muchos influyó en la manera y el tipo de textos que podía componer. Su madre, Leonor Acevedo, contó: “Georgie siempre fue muy miope; una vez había en la mesa un frasco de pickles ingleses en vinagre; le pregunté qué decía en el papel del frasco y contestó que era un papel en blanco”. Lo operaron varias, veces. Contó la madre -y se recoge en el libro Memorias de Leonor Acevedo de Borges, de Martín Hadis- “Un día se tomó un tren a Mar del Plata y se pasó el viaje leyendo con mala luz. Iba sentado al lado de la ventanilla y estuvo leyendo todo el viaje. Cuando llegó a Mar del Plata veía luces por todos lados, de todos los colores. Y después nada, la oscuridad”.
Memes Borgeanos se viene ocupando del Mundial hace días. Arrancaron con el video de Messi Qué mirás bobo y le pusieron la inscripción: “Borges cuando se cruzaba a un incorregible”. Y es que el escritor había dicho que los peronistas no eran “ni buenos ni malos” sino “incorregibles”.
Luego tomaron una imagen de Román Riquelme haciendo su Topo Gigio, le pusieron debajo a Lionel Messi citando ese gesto ante el holandés Van Gaal y agregaron una oración tomada del cuento El sur: “A la realidad le gustan las simetrías y los leves anacronismos”.
Días después, con un Cristiano Ronaldo musculoso y pensativo le inventaron la idea: “¿Cuál es mi frase preferida de Borges?”.
Se volvieron a reír de Mbappé con una foto de la premiación, esa en la que el francés tuvo que pararse junto al Dibu Martínez, Messi y Enzo Fernández, cada uno con un trofeo en la mano. Sobre esa imagen Memes Borgeano escribió: “Cuando se juntaba el Grupo Sur” (por Sur, la revista literaria que fundó Victoria Ocampo). Entonces identificaron a los argentinos como Silvina Ocampo, Adolfo Bioy Casares y Jorge Luis Borges, tres escritores muy unidos. Y a Mbappé le pusieron Ernesto Sabato, quien aunque colaboró con la revista era sin duda más distante y fue muy criticado por la dupla Bioy-Borges.
Pero más allá de los chistes y de la agudeza del meme, cómo no sentir el peso de esa oscuridad en los ojos de Jorge Luis Borges. Aquí, el Poema de los dones.
Nadie rebaje a lágrima o reproche
esta declaración de la maestría
de Dios, que con magnífica ironía
me dio a la vez los libros y la noche.
De esta ciudad de libros hizo dueños
a unos ojos sin luz, que sólo pueden
leer en las bibliotecas de los sueños
los insensatos párrafos que ceden
las albas a su afán. En vano el día
les prodiga sus libros infinitos,
arduos como los arduos manuscritos
que perecieron en Alejandría.
De hambre y de sed (narra una historia griega)
muere un rey entre fuentes y jardines;
yo fatigo sin rumbo los confines
de esta alta y honda biblioteca ciega.
Enciclopedias, atlas, el Oriente
y el Occidente, siglos, dinastías
,símbolos, cosmos y cosmogonías
brindan los muros, pero inútilmente.
Lento en mi sombra, la penumbra hueca
exploro con el báculo indeciso,
yo, que me figuraba el Paraíso
bajo la especie de una biblioteca.
Algo, que ciertamente no se nombra
con la palabra azar, rige estas cosas;
otro ya recibió en otras borrosas
tardes los muchos libros y la sombra.
Al errar por las lentas galerías
suelo sentir con vago horror sagrado
que soy el otro, el muerto, que habrá dado
los mismos pasos en los mismos días.
¿Cuál de los dos escribe este poema
de un yo plural y de una sola sombra?¿Qué importa la palabra que me nombra
si es indiviso y uno el anatema?
Groussac o Borges, miro este querido
mundo que se deforma y que se apaga
en una pálida ceniza vaga
que se parece al sueño y al olvido.
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