En 2013, el escritor estadounidense Joe Hill publicó su tercera novela, “NOS4A2″ (Nosferatu), un relato de una historia larga que transita entre la fantasía y el terror. El mismo año de su publicación, la obra de Hill fue galardonada con el Premió Bram Stoker a la mejor novela de horror.
La historia transporta al lector a Christmasland, una tierra con oscuros secretos donde todos los días es Navidad. Para construir este relato, Hill ancló la narrativa en su época actual, pero recurrió a diversas fuentes clásicas y a los miedos inherentes de la condición humana, esos miedos que hielan al torrente sanguíneo.
La novela presenta a Victoria McQueen, quien cuenta con el don de encontrar cosas perdidas, objetos, respuestas y hasta entradas a lugares secretos; mientras que Charlie Manx tiene el don de saber persuadir a los niños y le basta con la promesa de llevarlos en sus Rolls-Royce Wraith con matrícula NOS4A2 con destino al aterrador paraíso de la diversión, Christmasland.
Un día Vic sale en busca de problemas y se encuentra con Manx. Este dúo es el protagonista del relato, Vic, a lo largo de la historia, evoluciona de ser una mocosa hasta una adulta, al contrario de Manx, de quien no hay promesa de evolución.
Charles Manx es la personificación del mal absoluto, sin medias tintas, se diferencia mucho del arquetipo de Vic, sobre el que Joe Hill construyó un personaje estereotípico e ideal, siempre metida en líos, testaruda y llena de conflictos. En “NOS4A2″ ella deja atrás su infancia y su adolescencia. La novela se desenvuelve de manera cronológica con la pelea de los dos protagonistas a lo largo del tiempo. Vic, originaria de Massachusetts, crece en un típico matrimonio norteamericano, una familia destruida por el alcoholismo, los problemas económicos, los malos tratos y un hogar lleno de peligros, drogas, delincuencia, lo único que atesora su secreto: la habilidad de encontrar cosas.
Si Vic es especial también lo es Manx, la joven es capaz de utilizar su puente con su bicicleta y materializarse donde esté el objeto que busca; por su lado, él hace algo similar, pero no con un vehículo de dos llantas, sino a bordo de un Rolls-Royce Espectro que recorre las carreteras normales y especiales, las que dirigen a Christmasland, un parque temático de navidad al que Charlie lleva a niños elegidos para ser salvados, y salvarlos significa despojarlos de su parte humana, para convertirlos en pequeños demonios de dientes afilados que vivirán ahí para siempre.
Manx representa en “NOS4A2″ la versión clásica del vampiro, él absorbe la inocencia infantil para rejuvenecer su cuerpo, todo porque envejecer es el precio a pagar por hacer uso de sus poderes y completar su misión. Lo acompaña su fiel secuaz Bing Partridge, el hombre de la máscara de gas, quien tiene un pasado oscuro, problemas mentales relacionados con la violencia, sexo y fascinación por gasas anestésicos, es el hombre indicado para esconder los rastros de su amo. Los dos tienen un enfrentamiento con Vic para la primer parte de la historia.
Al paso del tiempo, una Victoria se define en plena adultez, atormentada por su infancia y ahora en su papel de madre, se aferra funcional y emocionablemente a Lou Carmody, uno de sus salvadores, ejerce su papel de madre frente a la constante amenaza que anuncie la aparición de Manx para llevarse a su hijo, Wayne a Christmasland. El rescatista de la protagonista, Carmody, entre su obesidad y frikismo entrega su vida a proteger a Vic; también rescata a Maggie, quien es especial, capaz de recibir mensajes a través de una bolsa infinita de fichas de Scrabble, el juego de mesa.
Fue con “NOS4A2″ que Joe Hill demostró sus amplió manejo narrativo y derribó todos los estigmas que arrastraba como escritor, solo por ser hijo de la leyenda del horror Stephen King; la novela cuenta con diversos momentos de terror como los actos de Bing, los pasajes oscuros del parque temático habitado por diablillos o el paso de Manx por la morgue, entre otros. Hill hace de este título en sus 800 páginas, una novela sombría y navideña, llena de momentos crudos y sangre. Uno de los grandes referentes de esta novela es “Drácula” de Bram Stocker y la vampírica figura del mimo Nosferatu de la película de Murnau de 1922, así que bienvenido a Christmasland.
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