La Navidad ha sido siempre un tema presente en la literatura. Escritores y escritoras en todo el mundo han inspirado sus ficciones en esta época del año. Así como el cine ha explotado el concepto hasta más no poder, los libros también representan una gran producción. Se han escrito novelas, cuentos, poemas, crónicas, ensayos, obras de teatro... Muchas son las piezas que han retratado la Navidad, bien sea como marco para contar una historia o como tema principal.
En la literatura colombiana, sin embargo, no ha sido muy explorada, pero basta con escabullirse en la biblioteca para dar con uno que otro texto de gran factura. Lo que existe es poco, pero es bueno. El tema abunda, especialmente, en cuentos y poemas, pero también hay otros registros.
Voces como las de Gabriel García Márquez, Álvaro Mutis, Tomás Carrasquilla, José Asunción Silva, Ricardo Silva Romero, Sergio Ocampo Madrid, Héctor Abad Faciolince, Fanny Buitrago y Carolina Sanín, entre otras, han escrito a partir de la Navidad, o la han mencionado aunque sea en sus trabajos de ficción.
Los escritores antioqueños, especialmente, han sido bastante fructíferos en este sentido. A Carrasquilla se le suman nombres como los de Francisco de Paula Rendón, Efe Gómez y Manuel Mejía Vallejo. El poeta Gonzalo Arango también supo escribir a partir de la figura de la Navidad. El bogotano Daniel Samper Pizano tiene uno que otro cuento, el caleño Jotamario Arbeláez también registra producción, así como Eduardo Escobar y otros muchos autores.
En Infobae hemos seleccionado algunos de los textos, dos libros, una columna periodística y un poema, con el ánimo de calentar motores para la Navidad de este 2022. Casi todos ellos se pueden conseguir fácilmente, aunque uno que otro requerirá de la ayuda de un buen librero.
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NAVIDAD EN LA MINA, TOMÁS CARRASQUILLA
(CUENTO)
Tomás Carrasquilla fue uno de los grandes escritores de la literatura colombiana durante el siglo XIX. Cronista, novelista y, especialmente, cuentista, es uno de los autores clásicos de la tradición letrada en el país. Suya es “La marquesa de Yolombó”, y este cuento, “Navidad en la mina”, en el que recrea las noches del nordeste antioqueño:
“Ignacita, en medio de las novenas y las jornadas, tiene que andarse en mil conciliábulos con los despensores y toda la aristocracia del hollín para aquella nochebuena con que la Empresa obsequia a la peonada y la pobrecía. Eso sí es la epopeya del buñuelo y la natilla. Cuáles lotes sean en especie, cuáles preparados, lo sabrá Ignacita por inspiración del Espíritu Santo. Por eso están aquellos tres cochinos que se revientan de gordos; para eso las dos cargas de quesitos sanvicenteños, las tres maletadas de huevos, las cumbres de panela, los almudes de maíz capio y amarillo. Casualmente que la natilla de quesito les gusta más que la de leche. Hartos platones y bateas se han comprado en estos días para que en ellos se endurezca y amolde “la más sabrosa de todas las comidas de la tierra”, según Gutiérrez González. Haga usted el cálculo”.
EL SUICIDIO DE PAPÁ NOEL, GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ
(COLUMNA)
El 5 de diciembre de 1952, el autor de “Cien años de soledad” escribió esta columna en El Heraldo sobre un hombre que se quita la vida porque ya no tiene fuerzas para seguir aparentando, cada Navidad, que es Papa Noel. Su nombre es Adrian Claude, vive en París, y lleva 45 años siendo el personaje del traje rojo a las afueras de la mejor juguetería de la ciudad. Durante el resto del año, Adrian tiene que ver cómo hace para llegar a fin de mes.
Escribía el Nobel de Literatura:
Adrian Claude se suicidó el domingo en París. Tenía setenta y tres años de edad y cuarenta y cinco de estarse disfrazando de Papá Noel. Adrian Claude, según eso, no era nadie durante once meses. Pero en diciembre era uno de los hombres más importantes de París. Con todo, nadie lo conocía; porque su importancia empezaba cuando aparecía en una luminosa vitrina llena de juguetes, y entonces la roja y resplandeciente indumentaria y las barbas y bigotes postizos impedían que se supiera quién era Adrian Claude y permitían, en cambio, que todo el mundo reconociera al mejor Papá Noel de la mejor juguetería de París. Así todos los años, durante cuarenta y cinco, hasta cuando se sintió demasiado viejo para todo. Hasta para disfrazarse de viejo.
Esta terrible historia de Adrian Claude parece una prueba evidente de que los adultos creen más que los niños en Papá Noel. De no ser así, el verdadero Adrian Claude –el que vivía en un miserable rincón de Notre Dame des Champs– no habría llegado a los setenta y tres años de su vida en el estado en que llegó, ni había tenido la necesidad de acostarse junto a las llaves del gas, «porque ya era muy viejo para disfrazarse de Papá Noel».
EL FESTÍN DE BALTASAR, ÁLVARO MUTIS
(POEMA)
Uno de los poemas que componen el libro de “Los elementos del desastre”. Con un toque de surrealismo, toma como marco la época de la Navidad. Es una especie de poema en prosa cuya historia es brumosa.
EL FESTÍN DE BALTASAR
En la sombra de las altas salas de casta piedra,
murmura aún la bestia del banquete su rezo interminable.
Un quieto polvo reunido por los años, apaga la música
de los amargos cobres que anunciaron las últimas palabras.
Descansa su débil materia en el perfil de las bestias
detenidas en el amplio gesto del león que se debate
contra las duras lanzas del día, contra las aguas de la muerte.
Sus fauces dicen aún de la violenta grandeza del pasado,
cuando los mulos de dura carne coceaban indefensos
en los patios interiores y los sirvientes salían
a contemplarlos en los intermedios obligados del festín.
En la vasta oquedad de los aposentos, un ruido seco y extendido
de madera con madera, de agua con hollín en los vertederos del puerto,
despierta los ciegos insectos y ondea las telarañas
como banderas en la niebla de una emboscada matutina.
Con sus pasos que perduran, el ruido de sus armas,
el crujir de sus ágiles huesos de guerrero,
el parpadeo febril de sus ojos,
su tacto seguro sobre las cosas cotidianas,
ese moverse suyo sobre la tierra, como quien llega
para dar una orden y parte de nuevo.
(Fragmento).
NUEVE NOCHES PARA LA NAVIDAD, CAROLINA SANÍN Y POWERPAOLA
(HÍBRIDO)
Señala la editorial que “Nueve noches para la Navidad” es una invitación a reencontrar una comunidad en la lectura. En este libro de expectativa y celebración, Carolina Sanín y Powerpaola exploran los sentidos del nacimiento de Jesús mientras cuentan las noches para que acontezca.
RELATO DE NAVIDAD EN LA GRAN VÍA, RICARDO SILVA ROMERO
(NOVELA)
En el parqueadero del centro comercial Hacienda Santa Bárbara, Pablo Uribe toma por equivocación el carro de la familia Silva Romero, idéntico al suyo, que el chofer había sacado sin permiso. Después de dejarlo en casa de sus dueños ingresa al apartamento vacío -los Silva están de vacaciones- donde teje de manera digital, en el computador que allí encuentra, el texto de la novela que después Ricardo Silva, cuando llega, glosa y completa con notas a pie de página, para darnos cuenta, con humor e ironía, de su antigua y juvenil visión del mundo, desde una soledad irredimible.
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