Desde hace unos años, la escritora Alyson Richman goza de buena fama y una más que aceptable economía gracias a las ventas de sus libros en todo el mundo, tras haber conseguido gran éxito con títulos como “El secreto de las nubes”, “El amante de Praga” y “El jardín italiano”.
Sus novelas le han permitido ganar lectores en distintas lenguas y se espera, en este cierre de año, que vayan en aumento. O, al menos, eso es lo que su editorial en español desea.
En la recta final de 2022 llega a librerías “Los custodios del tiempo”, la más reciente novela de Richman. Una ficción histórica que recapitula lo ocurrido en la Guerra de Vietnam, se sitúa en el año 1979, y retrata a profundidad las crueldades de la época, a partir de dos personajes y su historia de dolor y anhelo.
Cuando Grace encuentra a un niño perdido en las calles del suburbio donde vive en Bellegrove, no imagina que ese hallazgo tendrá el poder de cambiar su vida y la de aquellos que la rodean, reza la contraportada. Es 1979, hace años que el conflicto de Vietnam terminó, pero sus heridas se mantienen abiertas. Bao es un niño vietnamita que huyó de su país perdiendo a sus padres y Jack es un veterano del ejército que fue gravemente herido. Ambos han sido víctimas de la guerra, pero junto a Grace, quien carga con su propio pasado doloroso, aprenderán que hay encuentros que nacen de tragedias y que tienen el poder de enseñarnos a mirar nuestras propias cicatrices con otros ojos. ¿Cómo seguir adelante después de una pérdida inimaginable? A veces son las amistades más inesperadas las que nos curan.
La novela está repleta de personajes cuyas cicatrices profundas no han conseguido sanar. Están Grace y Tom, y también Jack y Bao. Sus destinos se enlazan por esto que tienen en común, el haber perdido y sufrido.
Grace es católica, de origen irlandés. Tom es judío e hijo de un veterano que combatió en la Segunda Guerra Mundial; Jack quedó desfigurado por una granada durante la Guerra de Vietnam y Bao es un niño refugiado que ha tenido que huir con su familia a una tierra lejana en la que hablan otra lengua y todos se ven diferentes a él.
La historia inicia con Grace encontrándolo a Bao, solo y acurrucado. Es huérfano de padre y madre, vive con su tía Ann en una casa de acogida. Es la única familia que le queda. De entrada, Grace se presenta como un personaje tremendamente maternal, sensible y valiente. Su encuentro con el niño le cambia la vida para siempre.
Jack y Tom trabajan juntos. De alguna forma, el primero le ha salvado la vida al segundo. Y, de algún modo, sus vidas juntas terminan siendo una cadena de salvamentos. Tom lo salva a Jack, pero también Jack a él, y lo mismo sucede con Grace, que salva a Bao, él a ella, y luego Bao lo salvará a Jack. Cada uno, a su manera, intenta reponerse de los fantasmas del pasado.
“Los custodios del tiempo” es una novela sobre el dolor, sí, pero también sobre la esperanza, sobre la perpetuidad de la vida, más allá de los obstáculos. A veces, parece ser la lección que deja el libro, desconocemos el impacto que pueden llegar a tener las personas en nuestras vidas. En ocasiones, pueden salvarnos de nosotros mismos.
Este es un libro que se lee de un tirón, que somete al lector, lo compromete. Aquí, el tiempo es uno, la guerra, pero la condición humana es lo más destacable, sus facetas, su complejidad.
Este es el noveno título de novela que publica Alyson Richman, quien inició su actividad literaria en 2001. Su obra ha sido traducida a más de dieciocho idiomas y, en su mayoría, combina su profundo amor por el arte, la historia y los viajes. Actualmente, la autora vive en Long Island con su esposo y sus dos hijos.
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