Una de las películas más esperadas del año es la secuela de ‘Avatar’, la superproducción dirigida por James Cameron y protagonizada por Sam Worthington y Zoe Saldana, que en 2009 supo ser una de las cintas más taquilleras de todos los tiempos y ganadora del Óscar a Mejor Película en ese año.
Tras mucha espera, finalmente, los fans tendrán la oportunidad de ver la segunda parte de esta historia ambientada en el año 2154, en un planeta distante llamado Pandora, en donde conviven en paz y armonía con la naturaleza los habitantes del lugar, los na’vi, una especie alienígena con la capacidad de conectarse al planeta, como si fueran parte de una inmensa sinapsis.
La trama de la película, una de las más celebradas del momento, le tomó más de veinte años a su director, quien comenzó a trazas los primeros bocetos del guion en 1994. Para 2005, ya tenía clara la base, solo faltaban detalles, como la caracterización de los personajes, su lengua y su credo. Nada hubiese sido posible, sin embargo, si el director no hubiese leído nunca a la escritora Ursula K. Le Guin, una de las voces más representativas de la literatura de ciencia ficción.
Fue con uno de los libros de la norteamericana que Cameron dio con los cimientos de su película: “El nombre del mundo es Bosque”.
La novela cuenta la historia de Atshe, un planeta cubierto de bosques y manantiales donde vive una antigua raza de humanoides de un metro de estatura, de color verde, con su propia religión y estilo de vida, llamados los Atsheanos. Conviven en armonía hasta que arriban los humanos, que los esclavizan y explotan sus recursos.
Le Guin la escribió con el ánimo de realizar una crítica a la sociedad del momento. Crítica que, a día de hoy, podría seguir aplicándose. La escritora rechazaba rotundamente la explotación de los recursos naturales y el maltrato al medioambiente, así como las prácticas colonialistas y el racismo. Parte de lo que trata en la novela tiene que ver con eso. Solo basta pensar en los alienígenas como afrodescendientes o judíos, y en los invasores como todos los seres humanos.
Atshe es, pues, así como Pandora en la película, un enorme planeta repleto de islas con bosques inmensos y árboles frondosos, en el que vive esta raza alienígena con relativa tranquilidad hasta la llegada del mal supremo de todos los tiempos: los humanos.
El centro de la trama es justamente ese: el encuentro entre dos mundos. La sociedad Athsheana es un matriarcado en el que las hembras se encuentran a la cabeza del poder y la conexión con la naturaleza es lo primordial. En realidad, se trata de una conexión con la esencia, con el origen.
Los humanos, en cambio, vienen de acabar con todo en la Tierra y ahora necesitan encontrar un lugar para repoblar. Atshe parece ser el sitio ideal, pero no habiendo aprendido de sus errores, repetirán las mismas atrocidades del pasado: someter, controlar y malgastar.
La novela nos ubica bajo la perspectiva del Capitán Davidson y de Selver, quienes llevarán a los lectores al encuentro con una historia maravillosa que pone en discusión conceptos como el salvajismo, el abuso y la falta de empatía.
Esta es una de las mejores novelas que, en su momento, escribiera Ursula K. Le Guin. Quién iba a pensar que terminaría convertido en una gran película. Gracias a ella, en parte, no solo se le da continuidad a su querella, sino trascendencia a su obra.
Fallecida en 2018, a sus 88 años, la escritora norteamericana es una de las voces más transgresoras de su época y una de las responsables de que hoy millones de espectadores estén queriendo ir al cine a ver esta segunda parte de ‘Avatar’ que, dicho sea de paso, pretende superar a la primera en taquilla. ¿Lo conseguirá?
Épica, emotiva y visceral son descripciones que acompañan la mayoría de las críticas. La cinta se estrenará oficialmente en salas de cine el 15 de diciembre de 2022.
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