La vida política de Martha Hildebrandt ha sido el origen de diversas polémicas, pero igual de resaltante es su aporte al campo de la lingüística, área al que le dedicó la mayor parte de su existencia y a la que se entregó con pasión. Dicho fervor se materializó en diversas publicaciones periódicas y académicas que resultaron condensadas en dos libros que se han convertido en clásicos de cualquier biblioteca peruana.
En el 2003, Martha Hildebrandt reunió en una sola publicación más de cien artículos que habían sido publicados en diarios limeños entre los años 1996 y 1999. “El habla culta o lo que debería serlo” llamó la atención por incluir neologismos que entonces no habían sido incluidos por la Real Academia Española. Entre estas se encontraban ‘beige’ y ‘ecran’.
El texto también reúne palabras y expresiones que se consideran inaceptables en lo que ella calificó como el habla culta en América y España mientras que otro grupo de palabras se caracterizaban por ser de uso defendible en el habla culta familiar de los peruanos. El origen y descripción de palabras como ‘antípodas’, ‘bividí’, ‘cantaleta’, ‘dintel’, ‘espúreo’, ‘grama’, ‘irrestricto’, ‘lumpen’, ‘metete’, ‘peliculina’, entre otros aparecen en este libro.
Hildebrandt era consciente de lo incómodo que podía resultar ser toparse con alguien que defiende las normas del español dictados por la Academia. Ella señaló que la lengua culta “está entre dos antieméticos peligros: la pobreza y la incorrección, en un extremo, y la afectación y la pedantería, en el otro. Entre esos dos escollos debe navegar el barco de la expresión culta hacia su meta, que es la comunicación eficiente”.
Español peruano
Alejada de la vida política, Hildebrandt continuó indagando en la etimología de las palabras, pero esta vez en aquellas que nacieron en el Perú y aquellas que fueron adoptadas por la mayoría de sus compatriotas. Es así que en el 2011 publicó “1000 palabras y frases peruanas”, libro que le valió el reconocimiento de muchos y la crítica de figuras especializadas como Marco Aurelio Denegri, quien cuestionó el resultado de sus investigaciones.
Si bien entre ambas figuras los unía una mutua admiración, Denegri dedicó minutos de su programa ‘La función de la palabra’, en criticar no solo el contenido del libro de Hildebrandt, sino también su portada. “Este libro desde el título está mal porque contraviene una prescripción académica, según la cual se escribirán con letras los números que se puedan expresar con una sola palabra”, señaló en referencia al mil escrito con números.
Sobre el libro, la autora señala que “los mil casos incluidos corresponden esencialmente al nivel del habla culta, entendida - por una útil convención - como la que es común, o debería serlo, a toda persona que ha tenido acceso a una educación - por lo menos en teoría - superior”. El lector se topará con términos como ‘ajiaco’, ‘bajetón’, ‘caballazo’, ‘datero’, ‘encinta’, ‘florear’, ‘gringo’, ‘jamonearse’, ‘mamarrachento’, entre otros.
‘Léxico de Bolívar. El español de América del siglo XIX’ es uno de los primeros trabajos de Hildebrandt que hoy es extremadamente complicado encontrar en librerías. La autora escoge algunos escritos del libertador para analizar los términos empleados. Una reseña señala que el texto está “dedicado al léxico de Bolívar, que puede considerarse como típico del hispanoamericano culto de la época de la emancipación”.
Si bien la vida de Martha Hildebrandt está repleto de episodios cuestionables, de ella quedará su trabajo académico, el mismo que si bien estuvo ceñido a un uso conservador de la lengua española, fue de gran ayuda para conocer los orígenes de uno de los idiomas que predominan el Perú y el resto de la región.
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