Desde hace mucho, el escritor colombiano Juan Gabriel Vásquez ha reconocido que Joseph Conrad se encuentra entre sus autores predilectos y que para él, obras como Nostromo, Lord Jim o El corazón de las tinieblas ocupan un lugar especial dentro de la memoria colectiva de los lectores y son, en sí mismas, grandes piezas de la literatura universal.
Tras haber escrito una semblanza biográfica de Conrad en 2004, la cual tituló El hombre de ninguna parte, Vásquez vuelve a trabajar la obra del británico con la traducción de su novela más emblemática.
De la mano de Angosta Editores, el sello dirigido por el también escritor Héctor Abad Faciolince, el autor de El ruido de las cosas al caer da a luz su traducción de El corazón de las tinieblas, la novela en la que Conrad, a través del personaje principal, narra su experiencia como expedicionario en el Congo.
El libro fue publicado originalmente en 1899 y ya sirvió de base para el guion de la película Apocalypse Now, del director Francis Ford Coppola.
Cuando Conrad la escribió, si bien utiliza personajes de ficción, se basó en un hecho de su propia vida que tuvo lugar en 1890. En aquel entonces remontó el río Congo como capitán de un barco, mientras trabajaba para la SGB, y fue testigo de la explotación y los maltratos por parte de los colonos contra la población del Estado Libre del Congo. Queda tan marcado que narra el horror de esta experiencia en la novela que, pese a beber de su propia vida, es completamente una obra de ficción. No hay mención ni a personajes ni a lugares reales en ningún momento.
El libro es una crítica declarada al colonialismo europeo en África en el que Conrad emprende la ardua labor de explorar de manera profunda los límites de la condición humana, el salvajismo en el que parece caer el hombre cuando se rebasa a sí mismo, la ausencia de civilización y la fragilidad de la moral.
La historia es narrada por Charlie Marlow, el protagonista de la misma, quien relata la travesía que ha realizado antaño por el río tropical, a bordo de un barco, con el propósito de localizar a un explorador llamado Kurtz que, según se cree, se encuentra atrincherado en lo profundo de la selva. La travesía, que empieza con un fin específico, se le impone compleja a Marlow, quien deberá sortear múltiples obstáculos para conseguir su cometido.
“Habré leído El corazón de las tinieblas una docena larga de veces, y eso sin contar esa lectura privilegiada, esa lectura que vale por otra docena, que es la de un traductor”, escribe Vásquez en el prólogo a esta edición. “Con los años, la novela ha pasado a ser una de mis ficciones predilectas a convertirse en algo más temible: una verdadera metáfora de su género”.
Cuenta el escritor colombiano que la lectura de esta novela ha sido capital no solo para su formación como lector sino también como novelista. Recuerda que el primer ejemplar que tuvo de El corazón de las tinieblas lleva anotada la fecha en que la leyó por vez primera: junio de 1997, y que no recuerda nada de esa lectura, salvo el hecho de que no entendió nada. Un año y medio más tarde la volvió a leer y ese fue el momento justo. “Levanté la mirada y vi el mundo como si nunca antes lo hubiera visto”, escribe.
La traducción de Vásquez hace parte de la colección Delta de Angosta Editores, junto a obras como Pálido cielo, de Alonso Cueto, y Cándido o el optimismo, de Voltaire, en una traducción hecha por el mismo Abad Faciolince.
Esta versión del también autor de La forma de las ruinas es probablemente una de las más valiosas que se han hecho de la obra de Conrad en los últimos años, no tanto por la calidad del ejercicio de traducción, que es muy bueno, sino porque ha sido gestada por un verdadero lector y apasionado de las ficciones de Joseph Conrad. Basta leer las primeras líneas de la novela para entender que, no solo es el británico el que habla, sino también el colombiano.
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