En primero de diciembre se conoció que el escritor bogotano Juan Gabriel Vásquez ganó el Premio a Mejor Libro Extranjero traducido al francés por su novela Volver la vista atrás, traducida del español por Isabelle Gugnon. Así mismo, el escritor fue seleccionado por la Bienal de la Royal Society of Literature del Reino Unido para hacer parte del programa RSL International Writers.
De acuerdo con el jurado del premio al Mejor Libro Extranjero traducido al francés, liderado por Manuel Carcassonne y Anne Freyer, en la categoría de novela se decantaron por Une retrospective (Seuil), nombre que recibió la novela en francés, pues la obra de Vásquez busca explorar las zonas oscuras de la historia de su país. La novela cuenta así el cuestionamiento de un cineasta colombiano sobre la influencia de su padre, un militante maoísta que llevó a su familia a vivir a Beijing durante la Revolución Cultural antes de enrolarlos en la guerrilla colombiana.
Por su parte, la Bienal de la Royal Society of Literature del Reino Unido, que distingue a 12 autores internacionales como parte del programa RSL International Writers, anunció que Vásquez hace parte del selecto grupo de escritores entre los que también se encuentran Anne Carson, Maryse Conde, Tsitsi Damgarembga, Cornelia Funke, Mary Gaitskill, Faïza Guène, Saidiya Hartman, Kim Hyesoon, Yōko Ogawa, Raja Shehadeh y Samar Yazbek.
Vale mencionar que el programa RSL International Writers, que en su primera edición contó con autores de la talla de Annie Ernaux, Javier Marías y Olga Tocarczuk, es un nuevo premio que reconoce la contribución de escritores de todo el mundo a la literatura en inglés y el poder de la literatura para trascender las fronteras y unir a las personas.
Volver la vista atrás, la novela que le valió el premio al Mejor Libro Extranjero traducido al francés
Reza la contraportada del libro: En octubre de 2016, el director de cine colombiano Sergio Cabrera asiste en Barcelona a una retrospectiva de sus películas. Es un momento difícil: su padre, Fausto Cabrera, acaba de morir; su matrimonio está en crisis, y su país ha rechazado unos acuerdos de paz que le habrían permitido terminar con más de cincuenta años de guerra.
A lo largo de unos días reveladores, Sergio irá recordando los hechos que marcaron su vida y la de su padre. De la guerra civil española al exilio en América de su familia republicana, de la China de la Revolución Cultural a los movimientos armados de los años sesenta, el lector asistirá a una vida que es mucho más que una gran aventura: es una imagen de medio siglo de historia que trastornó al mundo entero.
Volver la vista atrás cuenta hechos reales, pero solo en manos de u Vásquez podía convertirse en este retrato devastador de una familia arrastrada por las fuerzas de la historia. Una fascinante investigación social y a la vez íntima, política y a la vez privada, que el lector no olvidará.
Vale mencionar que con esta novela, Vásquez también logró quedarse con el Premio Bienal de Novela Mario Vargas Llosa en 2021 y fue escogido por Babelia, en España, como uno de los mejores libros de ese año.
A continuación se reproduce el inicio de la novela en español:
“Según me lo contó él mismo, Sergio Cabrera llevaba tres días en Lisboa cuando recibió por teléfono la noticia del accidente de su padre. La llamada lo sorprendió frente al Jardín de la Plaza del Imperio, un parque de senderos amplios y empedrados donde su hija Amalia, que por entonces tenía cinco años, trataba de dominar la bicicleta rebelde que acababa de recibir como regalo. Sergio estaba sentado junto a Silvia en una banca de piedra, pero en ese instante tuvo que alejarse hacia la salida del jardín, como si la cercanía de otra persona le impidiera concentrarse en los detalles de lo sucedido. Al parecer, Fausto Cabrera estaba en su apartamento de Bogotá, leyendo el periódico en el sofá de la sala, cuando se le ocurrió que la puerta de la casa no tenía puesto el seguro, y al levantarse bruscamente sufrió un desvanecimiento. Nayibe, su segunda esposa, que lo había seguido para pedirle que volviera a su silla y no se preocupara, pues el seguro ya estaba puesto, alcanzó a recibirlo en sus brazos antes de que Fausto se fuera de bruces contra el suelo. Enseguida llamó a su hija Lina, que pasaba unos días en Madrid, y era Lina quien ahora le daba la noticia a Sergio”.
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