El 30 de noviembre de 1835 el mundo vio nacer a Samuel Langhorne Clemens, en Misuri, Estados Unidos. Su nombre de pila, sin embargo, no sería el que años más tarde lo haría mundialmente conocido. Cuando se hizo escritor empezó a firmar con el seudónimo que lo ubicaría en el radar de todos, el mismo al que seguimos recordando aún, habiendo pasado 187 años de su natalicio: Mark Twain.
El célebre autor de libros como Las aventuras de Tom Sawyer o El príncipe y el mendigo, trabajó inicialmente como aprendiz de impresor y poco a poco comenzó a escribir, primero como reportero, encontrando en sus artículos y notas una gran inclinación por el humor como formato para contar las historias, y luego como novelista. Fue también piloto de navío y recorrió el río Misisipi, y exploró como minero en canteras de oro, sin mucho éxito. Cayó en bancarrota varias veces, debido a su carente espiritu financiero y fue calificado, en su momento, como el padre de la literatura norteamericana. Ernest Hemingway dijo una vez: “La literatura estadounidense nace con Twain. No había nada antes. No hahabido nada igual de bueno desde entonces”.
De su autoría se han publicado alrededor de una treintena de libros, algunos de manera póstuma, entre novelas, conjuntos de relatos, ensayos, libros de viaje y cuentos infantiles. De sus muchas obras las que mayor resonancia han tenido entre los lectores, con el paso de los años, han sido Las aventuras de Huckleberry Finn y Un yanqui en la corte del Rey Arturo, además de las ya mencionadas, que constituyen, de alguna manera, el recuerdo del autor sobre sus experiencias en la ciudad de Hannibal, durante su infancia junto a su hermano Orion.
Sin embargo, para entender su universo narrativo son también necesarios otros títulos, importantes para dimensionar su influencia en la literatura universal. Los libros aquí sugeridos dan cuenta de otras facetas suyas y son, en sí mismos, grandes piezas literarias: una novela, un libro de viajes y una colección de cuentos.
El conde americano (1892)
Esta novela es digna de figurar entre las mayores creaciones de Mark Twain. En ella, el autor no sólo vertió su genio narrativo y su capacidad para el humor paródico, también supo darle espacio a sus avanzadas preocupaciones sociales apuntando algunos de los temas que aún hoy se encuentran en el centro del debate de nuestra sociedad contemporánea.
El libro cuenta la historia del joven Berkeley, primogénito del muy noble y orgulloso conde de Rossmore, quien viaja a Estados Unidos con la pretensión de devolver su título y sus riquezas a quien considera el legítimo heredero de la fortuna familiar, el coronel Mulhtrry Sellers, un buscavidas estrafalario que ejerce de vidente, asesor financiero e inventor de cosas inútiles. Un incendio fortuito cambia los planes del aristócrata que tendrá que adoptar una nueva identidad y afrontar la experiencia de ganarse la vida con sus propios medios. Mientras tanto, y en espera de la herencia que no acaba de llegar, Sellers intenta mudar su mala fortuna por todos los medios: desde la captura de un peligroso atracador de bancos a la materialización de espíritus para convertirlos en mano de obra barata. Para ello cuenta con la impagable ayuda del comandante Hawkims, congresista de tercera categoría y discípulo fiel del imaginativo conde americano. Las peripecias de estos personajes darán lugar a toda una serie de situaciones equívocas que arrancarán auténticas carcajadas al lector.
Fuente: Lecturalia.
La vida en el Misisipi (1883)
Después del gran éxito de Las aventuras de Tom Sawyer (1876-1878), Mark Twain publicó La vida en el Misisipi (1883), fruto de sus experiencias como piloto en un vapor fluvial antes de la Guerra de Secesión. Se considera el primer original mecanografiado que llegó a un editor. Sus páginas, al alcance de todos los públicos, están repletas de anécdotas de la no siempre sencilla vida en el río, recuerdos personales de Twain y numerosos hechos históricos, como la expedición de Hernando de Soto. Pero quizá lo más importante del libro sea que Twain contribuye, si acaso no inventa, a la creación del mito del Misisipi como el gran río de Estados Unidos de América.
Fuente: Traficantes.
Cuentos selectos (1970)
[The Choice Humorous Works of Mark Twain, 1874; Mark Twain’s Sketches, New and Old, 1875; Merry Tales, 1892]
Este volumen reúne los mejores relatos de Mark Twain, un género con el que afiló su narrativa y ganó lectores a millares. Sus cuentos se caracterizan por estar hábilmente tramados, por su inventiva inagotable, por sus personajes inolvidables y por un tratamiento del lenguaje que retrata a la perfección la vida en Norteamérica. Genio y figura, el propio Twain los defendía así: “Me gusta una buena historia bien contada. Por esa razón, a veces me veo obligado a contarlas yo mismo”.
Fuente: Penguin Libros.
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