Como ya se había anunciado, el escritor de origen rumano Mircea Cărtărescu recibió el máximo galardón de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara en su edición número 36, su regreso de forma presencial. El autor de “Cegador” recibió el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances, un reconocimiento que le fue entregado por Ricardo Villanueva, rector de la Universidad de Guadalajara. Cărtărescu recibió con entusiasmo este premio y le brindó a los presentes un discurso en el que resaltó la importancia de la poesía como expresión de la libertad de expresión.
“El artista, en especial el poeta, se ha opuesto siempre al orden, a la disciplina. Se ha alzado siempre en contra de todo aquello que asfixie la libertad humana. La poesía es, de hecho, otro nombre para la libertad. La poesía es el gato muerto del mundo consumista, hedonista y mediático en el que vivimos. No se puede imaginar una presencia más ausente; no se puede imaginar hoy un destino más dramático que el del poeta, que decide consagrar toda su vida al arte. La descentralización posmoderna ha producido una cultura sin arte, un arte sin literatura y una literatura sin poesía; no he sido nunca otra cosa que un poeta”, expresó Cărtărescu tras recibir el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances.
Mircea Cărtărescu es considerado el escritor vivo más destacado en la literatura rumana, ha pulido su narrativa, al tiempo que sus escritos han llegado al público hispanoparlante; en sus apariciones públicas ha estado acompañado por Marian Ochoa de Eribe, quien ha sido traductora al español de buena parte de su obra.
Tan solo hace dos meses se anunciaba que el escritor era acreedor al Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances, por su obra, plagada de escenarios oníricos, delirios, mundos interiores y ciertos elementos autobiográficos, una obra plagada de andanzas en la frontera de la fantasía y la realidad.
Cărtărescu explica en cada oportunidad la teoría que maneja, desde un poco más de siete años, sobre la caducidad de los poetas. En 1993 hizo un pequeño giro hacia la narrativa con la publicación de “Nostalgia”, un libro de relatos que le concedió fama internacional; años más tarde publicó “Solenoide” y “Cegador”, dos obras consideradas el epítome de su creación literaria.
“Nos enfrenta con la extrañeza, con la inocencia, con la visión casi extasiada de la realidad. Toda su obra es de una tremenda carga poética. Se lanza a un torrente expresivo que podría ser una especie de enorme poema”, expresó Enrique Rebel, editor en español de Cărtărescu.
El autor de “Nostalgia”, al subir al estrado para recibir este galardón expresó: “He escrito para los que leen poesía y para los que jamás leen poesía”, el escritor rumano recordó en su discurso enfocado en este género, que ha enfrentado grandes desafíos no solo para cautivar a lectores, sino a la industria editorial en general, un discurso en el que resaltó su presencia pese a los retos vividos, que se ha mantenido más vivo y presente que nunca.
Hoy, cuando la civilización del libro agoniza y cuando penetramos con voluptuosidad en los espantosos desfiladeros de lo virtual, la poesía es menos visible aún; los poetas no tienen ya estatuas, como en el siglo XIX, ni reputación, como en el siglo XX. Obsesionadas por las ventas y la rentabilidad, las editoriales huyen de la poesía como alma que lleva el diablo”.
Cărtărescu (Bucarest, 1956), fue elegido entre 80 candidaturas en siete idiomas “por su prosa imaginativa y deslumbrante”, detalló Sáez Delgado. El jurado consideró que el rumano “es un escritor multifacético, de estilo maximalista que se inserta plenamente en la tradición de la literatura mundial, interpelando desde lo onírico y existencial a sus lectoras y lectores en todo el mundo”
El reconocimiento de Cărtărescu fue una de las actividades inaugurales de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, un encuentro de la literatura global en el territorio mexicano que se extenderá hasa 4 de diciembre, con la participación de 600 escritores de 45 países invitados y un reconocimiento a la cultura árabe.
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