Por primera vez la obra fundamental de Philip Larkin llega al castellano; la editorial Lumen acaba de publicar “Poesía reunida”, una antología que recorre la trayectoria del autor británico a 37 años de su fallecimiento. El escritor, antes de alcanzar la fama, fue estudiante en el St. John´s College de Oxford; allí coincidió con Kingsley Amis, autor de “La Suerte de Jim”, con quien desarrolló una larga amistad y una extensa historia de complicidades literarias.
“Escribo poemas para preservar cosas que he visto, pensado, sentido. Si puede hablarse así de una experiencia múltiple y compleja, tanto para mí mismo como para los otros, aunque creo que mi principal responsabilidad es hacia la experiencia en sí, la cual intento rescatar del olvido, por su propio bien. No tengo idea de por qué tengo que hacerlo, pero pienso que el impulso de preservar se encuentra en el fondo de todo arte”, aseguró Larkin sobre su obra.
Nacido en Coventry, fue bibliotecario, novelista y uno de los poetas capitales de siglo XX en lengua inglesa. Se caracterizó por un tono mordaz y conversacional; sus letras estaban altamente impregnadas de un espíritu urbano. Otro de sus sellos fue su peculiar uso del sentido del humor y su capacidad para detectar las miserias de la sociedad contemporánea, esto lo llevo a convertirse en uno de los poetas más leídos de todos los tiempos, incluso se volvió uno de los favoritos entre los lectores poco habituados al género.
El volumen “Poesía reunida”, como su título lo indica, reúne el cuerpo esencial de la poesía de Larkin desde “Engaños”, pasando por “Las bodas de Pentecostés” y “Ventanas altas”, dos de sus obras más representativas. El compendio también se detiene en algunos poemas finales y dispersos, como Albada, un fragmento estremecedor y considerado una de las despedidas más lúcidas que jamás se han escrito.
“No acabo de entender a esos tipos que van de universidad en universidad dando charlas y contando cómo escriben sus poemas: es como ir por ahí contándole a todo el mundo como le haces el amor a tu mujer”, sostenía Larkin.
Su obra poética se vio influenciada en sus primeros años por autores como T.S. Eliot y W.H. Auden, aunque fue la lectura de “Choosen Poems”, de Thomas Hardy, lo que le dio un giro de 360 grados a la concepción que Larkin tenía de la poesía. Philip Larkin debutó en 1945 con el poemario “El barco del norte”. Para él, el poeta irlandés W.B. Yeats fue considerado como el autor de su juventud literaria. Pese a ser un exponente de la poesía, fueron “Jill” y “Una chica en invierno”, dos de sus novelas que lo impulsaron dentro de la lista de los más vendidos.
— Casi de inmediato su «fiebre celta remitió» y su universo poético quedó trastocado. En lugar de simbolismo, encontró fidelidad a los hechos familiares; en lugar de música grandilocuente, encontró el sonido de una mente exigente pensando en voz alta; en lugar de retórica elevada, encontró una modesta atención; en lugar de un anhelo de trascender, encontró una inmersión total en las cosas cotidianas. — Andrew Motion, biógrafo del autor.
Para la mitad del Siglo XX, con la publicación de “Engaños” (The Less Deceived), fue que Larkin demostró las características más fundamentales de su poesía. La edición bilingüe de “Poesía reunida” cuenta con el trabajo del traductor Damià Alou Ramis, quién ya ha ejercido su labor en la traducción de autores como Truman Capote, John Baville o Thomas Hardy. Philip Larkin fue capaz de revitalizar a la escritora Barbara Pym e inspirar al poeta y novelista es español Antonio Colinas.
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