Irene Vallejo, quién se ha convertido en una de las principales exponentes de la literatura española, y el autor argentino Alberto Manguel, fueron los encargados de abrir el Salón Literario, en el marco de celebraciones del segundo día de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2022. Los escritores, quienes han puesto en las manos de lectores piezas sobre la historia de los libros y la lectura, mantuvieron una conversación en la que enaltecieron el poder de la lectura y el contrapeso político que ésta representa y al terminar fueron investidos con la medalla Carlos Fuentes, de la mano de su viuda, Silvia Lemus.
Durante la conversación, moderada por la escritora y coordinadora cultural de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) Rosa Beltrán, se le realizó reconocimiento a dos de sus principales obras, “El infinito es un junco”, de la española Vallejo, escrito que desde su publicación en el año de 2019 a la fecha ha superado las treinta ediciones y ha permanecido en la lista de los más vendidos por casi 60 semanas consecutivas, y “Una historia de la lectura”, del argentino Manguel, por los aportes que representa para el mundo literario desde su publicación en 1996.
“Estos dos ensayistas, narradores, eruditos, extraordinarios seductores, portentosos, han construido los dos grandes relatos sobre el libro y la lectura, maravillándonos a propios y extraños; leer es una actividad que muchos llevamos a cabo todos los días, pero el secreto de Alberto Manguel e Irene Vallejo fue explicarnos, que significa este proceso y como se han transformado, tanto la lectura como el libro y porque en ese acto simple y complejísimo se encierra la memoria de los que somos y hemos sido los humanos, desde hace seis mil años de palabra escrita”, expresó Rosa Beltrán en la FIL Guadalajara 2022.
Beltrán señaló que Irene Vallejo y Albero Manguel, con el caso particular de sus dos libros antes mencionados, se han vuelto clásicos perdurables de la literatura. Los autores expusieron por queé el Libro es el poder que incomoda. Por su parte, la escritora española explicó que el libro es un arma, que muchas veces pone en riesgo los intereses de quienes ostentan otro tipo de potestad, que no es tan imperecedera como la de los libros.
“El libro ha vivido siempre en peligro, la vida de los libros ha sido peligrosa desde el primer instante. Por eso quise empezar El infinito en un junco como una novela negra o de suspenso, porque creo que la biografía del libro sería una novela negra, siempre llena de enemigos acechantes en la sombra que están buscando la forma de controlar, de mantener silenciados ciertos libros, sobre todo de elegir quiénes son las personas que leen”, aseguró Irene Vallejo.
En la conversación, los tres escritores, llegaron a la conclusión de que durante la última década, gracias a la literatura, se han reivindicado figuras femeninas y letras contemporáneas. Vallejo refirió que para ella es muy importante el ensayo escrito por Rosario Castellanos, una mujer que sabía latín y lo que su abuela le decía —Mujer que sabe latín no tiene buen fin —, un refrán que hacía alusión a un contexto histórico en el cual para las mujeres lo más importante era conseguir marido y la cultura y el conocimiento se convertía en un obstáculo para este objetivo.
“Yo leo literatura, a mí no me interesa ni la nacionalidad, ni el sexo, ni la lengua del autor. Y me parece un insulto, decir que leo un libro de Irene Vallejo, de Rosa Beltrán o de Gioconda Belli, solo porque son mujeres, yo creo que es un insulto hacia los autores de esa obra y la obra misma. Como decía Margaret Atwood —Toda la literatura tendría que ser anónima—”, expresó Alberto Manguel.
En el cierre del conversatorio, Silvia Lemus subió al estrado para imponer la Medalla Carlos Fuentes a los dos autores, este reconocimiento lo han recibido otras figuras influyentes de la literatura, entre ellas Margo Glantz en la edición pasada de la FIL, Leonardo Padura, Luisa Valenzuela, Orhan Pamuk, Sergio Ramírez y Mario Vargas Llosa entre otros.
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