El camino de la selección ecuatoriana rumbo al Mundial de Qatar 2022 ha sido uno de los más exitosos de su historia. El equipo venía de un proceso previo en el que no habían conseguido clasificar a Rusia 2018, pese a que iniciaron como líderes en la Eliminatoria, y habían estado cambiando de entrenador con frecuencia. Pasaron de ser dirigidos por Gustavo Quinteros a ser conducidos por el entrenador colombiano Hernán Darío ‘Bolillo’ Gómez, quien cumplía su segundo ciclo al frente de ‘La Tri’. En el medio de los dos estuvo el argentino Jorge Célico, quien asumía las riendas cada vez que un proceso se intervenía.
La segunda etapa de ‘Bolillo’ no fue nada buena. Tras la eliminación del equipo en la Copa América 2019, la Conmebol dio a conocer su clasificación de los seleccionados sudamericanos y Ecuador apareció como la peor de todas. Esto llevó a que el presidente de la FEF tomara la decisión de rescindir el contrato del colombiano y empezar la búsqueda de un nuevo timonel.
El primer entrenador al que Ecuador contactó, y al que contrataron, fue al holandés Jordi Cruyff, el hijo de Johan, pero a raíz de la pandemia por el Covid-19, el hombre hoy vinculado al F.C. Barcelona en calidad de director deportivo, decidió renunciar a su puesto. No dirigió un solo partido, pero sí se llevó unos buenos dólares.
Ante la inminente salida del flamante entrenador, Francisco Egas, el presidente de la FEF, le hizo una oferta a un entrenador que, en ese momento, ya estaba comprometido con un club y tenía contrato vigente por un par de años más. Se arriesgó a hacerlo, sabiendo de su experiencia y del proyecto deportivo que podría llevar a cabo. Para su fortuna, el entrenador no fue renovado por su club. Recién había cambiado la junta directiva. Eso hizo que los astros se alinearan y así fue como Gustavo Alfaro, luego de haber dirigido a Boca Juniors, terminara asumiendo las riendas de la selección ecuatoriana en agosto de 2020.
Rápidamente, el sello de Alfaro se hizo presente en el equipo. El cambio fue evidente. Una derrota en el primer partido de la Eliminatoria al Mundial de Qatar 2022, ante la selección Argentina, fue suficiente para que el equipo despertara. El segundo encuentro, ante Uruguay, terminó con victoria por goleada a favor de los ecuatorianos. Fue, entonces, cuando empezó la verdadera época de Gustavo Alfaro como entrenador de la selección de Ecuador.
El equipo terminó clasificándose a la cita mundialista con el segundo mejor ataque de la Eliminatoria y por apenas unos puntos quedó de tercero en la tabla, luego de Brasil y Argentina. En total, Ecuador convirtió 27 goles y estableció una diferencia de 8 a favor, de la mano de uno de sus bastiones en la zona delantera, hoy el goleador del equipo en el certamen, Enner Valencia, el delantero al servicio del Fenerbahce de Turquía.
Sobre la manera en que impactó su filosofía en el equipo y el modo en que se enfrentaron a todos y cada uno de los obstáculos, el entrenador argentino escribió recientemente un libro en el que da detalles al respecto y evalúa el crecimiento del equipo hasta su llegada a Qatar. El título, que cuenta con prólogo de Tite, el entrenador de la selección de Brasil, fue editado y publicado por el Grupo Planeta, y cuenta con fotografías que ilustran la alegría que significó para este estratega y líder llevar a un equipo humilde al encuentro con su meta más grande: el Mundial de Fútbol.
Son alrededor de 216 páginas las que componen la historia detrás de estos Cazadores de utopías imposibles, en la que se cuenta, a manera de diario, el paso a paso de lo que fue la evolución de este conjunto de muchachos que entendieron que lo más importante era su selección, por encima de ellos mismos y sus carreras. Además, describe el día a día de lo que significa estar al interior de un equipo de fútbol, los viajes, los encuentros contra las otras selecciones, las lesiones, los días difíciles.
Según el propio DT, el libro sirve también para explicar algo que a veces parece no ser tenido en cuenta en el ámbito del fútbol: las emociones. “Es una historia que merecía ser contada por los protagonistas, mis jugadores, quienes hicieron realidad los sueños que todos tenemos. Son las herramientas de un entrenador, una federación y un país, porque captaron con mucha veracidad lo que es el sentimiento de un país”, comentó en alguna ocasión.
Sobre el título, Alfaro contó en el lanzamiento del libro que surgió un día que estaba en la cancha del Estadio Monumental, en medio del escenario improvisado tras la clasificación, ahí fue cuando vio a sus jugadores y entendió que todos eran eso, justamente, cazadores de utopías, y se incluyó a él mismo en ese calificativo, pues con esa misma intensidad entiende su pasión por el fútbol.
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