Muriel Spark falleció en abril de 2006. Para entonces, alcanzó a ver la mayoría de su obra publicada y a gozar de la recepción de los lectores hacia su trabajo, pero fue tras su deceso que la influencia de su literatura comenzó a trascender a nivel internacional. La atención de la industria editorial en España y Latinoamérica fue mayor, en términos comerciales, una vez ya no estuvo presente la escritora, su nombre comenzó a ser mucho más valorado.
La escritora británica, una de las grandes amigas de Graham Greene, escribió más de treinta títulos, entre novela, cuento y otros géneros. Inició su actividad literaria en 1957 y se mantuvo activa hasta el año de su muerte. De manera póstuma se han publicado algunos títulos y las reediciones de sus libros más icónicos no han parado de producirse.
Precisamente, el sello Blackie Books, perteneciente al catálogo del grupo editorial Penguin Random House, ha publicado en español una de las reediciones más recientes: “Las voces,” con traducción de Laura Ibáñez, uno de los primeros libros de la autora que vio la luz, originalmente a finales de la década del 50.
En esta novela, Spark narra la historia de Caroline Rose, una naciente escritora, recién convertida al catolicismo, que oye voces, especialmente la de una mujer que parece narrar su vida. Rose es consciente de que su vida es una ficción, que ella es un personaje y cada cosa que sucede surge de las teclas de una máquina de escribir.
Sabiendo que su devenir no depende de sí misma, en ocasiones, se resiste e intenta cambiar el curso de las cosas. Los personajes que la acompañan no comparten la misma suerte de clarividencia que ella y viven a merced de la trama. Laurence, su esposo, descubre que su abuela pertenece a una banda que trafica diamantes escondidos en hogazas de pan, por ejemplo.
En las novelas de Spark nada es nunca lo que parece ser y eso es lo que sucede con estos personajes, incluida la misma Rose, que llevará a los lectores por un camino impensado y extremadamente divertido que, de repente, llega a ser turbulento. ¿Spark es la misma Rose? En algunas cosas sí se parecen, como en el hecho de que las dos escriben y las dos se han convertido al catolicismo. Lo de escuchar voces, incluso, podría ser un guiño a las crisis nerviosas que en repetidas ocasiones sufrió la británica, pero, ¿es esta novela una trama cuasi testimonial? El lector tendrá que decidirlo.
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Con prólogo de Ali Smith, uno de los grandes aciertos de esta novela que trata de la escritura de otra novela, es hacerle creer al lector que la historia es irrelevante en sí misma, mientras aparecen un montón de situaciones, en apariencia, insignificantes que, a la larga, se entrelazan y, con el correr de las páginas, adquieren una importancia capital. Los recursos narrativos son brillantes e ingeniosos. El sarcasmo a flor de piel.
La escritura de esta novela obedece a la manera en que la mente distorsionada o confundida podría llegar a operar, con un poquito de locura e instantes de inmensa lucidez. En su interior, las atmósferas, los personajes, las reflexiones... La extrañeza, la religión, la moralidad, la sociedad y sus mecanismo de control, algunos de los temas que, con buen tino, trata Spark en estas páginas.
“Las voces” es una historia cargada de humor, apuntes extravagantes, misterio, personajes memorables y una prosa que consigue vincular al lector de manera profunda. Soltar el libro no es una opción.
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