Quizá sí exista, pero lo cierto es que aún no hay una respuesta única; si la hubiese, habría muchos escritores millonarios por ahí. La fórmula para convertirse en un autor bestseller no está fijada. Esto pasa de repente y les pasa solo a algunos. ¿Cuál es el secreto?
Escritores y escritoras como J.K. Rowling, Dan Brown, Stephenie Meyer, Paulo Coelho y otros que ya no están, como Gabriel García Márquez o, yendo mucho más hacia atrás, Miguel de Cervantes Saavedra, hacen parte de este listado de autores que han gozado, en vida o de manera póstuma, de ser los más consultados, leídos y vendidos en algún momento de la historia y de sus respectivas carreras literarias.
No existe la fórmula, es cierto, pero sí se puede afirmar que hay una serie de atajos para lograr estar al frente del mercado editorial y muy pocos logran descifrarlos. Uno de los que lo ha conseguido en el último tiempo es el español Juan Gómez-Jurado, quien es hoy el autor más vendido de España y ha gozado de tal título durante tres años consecutivos, gracias a su saga “Reina roja”, con más 2,5 millones de ejemplares vendidos, y los 60.000 ejemplares de su última novela publicada “Todo arde”, que supera en ventas, casi por un poco más del doble, a su libro anterior, “Rey blanco”.
El español ha señalado que no tiene idea de cómo ha sucedido esto y afirma que, cada vez que publica un nuevo libro, se llena de miedo. Una parte tiene que ver con la recepción que pueda tener, y otra con los cerca de 275.000 ejemplares que su editorial imprime en la primera edición. Algo de presión sí siente y esa es la razón por la que desde hace unos años ha decidido alejarse de todo el ruido.
“Es que es (...) llenar dos veces y media el Santiago Bernabéu con una fila de libros de dos metros de altura. Son números tan inasumibles que lo mejor que puedes hacer es desaparecer de tu propio universo, abstraerte, porque, cuando ya lo que queda es la espera ante el pistoletazo de salida, entonces, te mueres de miedo”, comentaba el autor en una entrevista.
La pregunta que surge alrededor de Gómez-Jurado es cómo lo ha hecho, de qué manera ha llegado hasta este punto. Basta recordar que la carrera literaria del español se remonta al 2016, con la publicación de “Espía de Dios”, título con el que se lanzó a probar suerte aquel año y que, naturalmente, no se vendió bien.
El español destaca que, de aquel episodio al día presente, es muy poco lo que se ha preocupado por cambiar. Ha pulido su estilo, sin embargo, y cultivado nuevas herramientas. Tiene la certeza de que no es y no será, al menos por un tiempo, un escritor de las tertulias, de los círculos de artistas, de los que aspiran a premios mucho más cimentados en lo estrictamente literario. Lo único que quiere es contagiar con su entusiasmo por la lectura a cuantas más personas pueda.
La pregunta vuelve a cuento, ¿cómo lo logra? En conversación con Paula Corroto para El Confidencial, Gómez-Jurado afirmó que lo que hace al inicio de cada libro es plantearse dónde está la historia que quiere contar y modificar casi de inmediato la forma en la que está acostumbrado a hacerlo. “Si quisiera escribir el mismo libro me sería más fácil, pero no lo hago nunca”, sostiene. “Me siento y pienso: ¿esta historia cómo se cuenta? ¿Es un triángulo equilátero como Todo arde que va subiendo de volumen sin pausa? Todo eso tengo leerlo desde un punto de vista emocional. Lo veo así rodeado de papeles y ordenadores donde apunto cosas”.
El novelista, cuya formación también es como periodista, revela que se fija minuciosamente en los detalles y, por ejemplo, al momento de la diagramación del libro, para él es muy importante que las palabras queden maquetadas de forma precisa. “Cuando la persona con la que trabajo se pone a maquetar el libro vemos juntos dónde acaban las frases, dónde terminan los capítulos, para que el lector mantenga la emoción hasta pasar la página o, si le interesa mucho, acabar algo muy emocionante al final de la hoja y dejar lo otro para la siguiente”, revela.
La caracterización de los personajes le lleva un gran porcentaje del proceso de escritura. Pueden ser alrededor de 16 horas al día intentando meterse en la cabeza de cada uno e intuir cuál puede ser su rumbo dentro de la historia. “Soy incapaz de trabajar sin saber a dónde estoy yendo. El final de la historia marca todo lo demás”, comenta.
Gómez-Jurado es un tipo creativo, naturalmente, pero también tiene pensamiento de creador de contenido, o vendedor. Entiende a la perfección que debe estar del lado de la vanguardia, de las coyunturas y las tendencias, de las modas. Si es con la novela histórica que puede conseguir éxito, pues incorporará a su libro elementos de esta. Si es con el thriller, lo mismo. Hasta el momento no ha tenido que hacerlo con la poesía.
Los temas también importan: la conciencia política, los conflictos de poder, las guerras, las mujeres y la decadencia de los países. Todos entrarán a funcionar, o al menos uno de ellos. No se trata de reconvertir una historia para hacer que funcione con estas cosas, sino tomar elementos de todo esto y echarlo a andar. De manera que, si la tendencia es feminista, allá hay que ir. Del mismo modo con todo lo demás que se esté moviendo.
Después viene lo más complejo de todo y lo único que está por fuera del control del autor: la interacción con los lectores. Lo que se hizo ya quedó como se hizo y no hay vuelta atrás. Es aquí cuando deberían funcionar las estrategias aplicadas. Si no lo hacen, pues ya está. Hay que seguir probando.
Al español lo leen millones de personas, entre jóvenes y adultos, hombres y mujeres. Lo único que él procura es no decepcionar, por ello tiene presente que si piensa en todos sus posibles lectores, la tarea sería dispendiosa. “Es imposible gustar a todo el mundo. La única forma de hacer bien tu trabajo es escribir para ti mismo. Eso es lo que te permite tener los pies en el suelo”.
Los atajos le han funcionado a Gómez-Jurado, pero ha tenido que tropezarse en un par de ocasiones para averiguarlo. No tiene una fórmula, pero sí una respuesta a la pregunta sobre cómo consigue vender tanto: Trabajando mucho.
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