“Qué rápido pasa la vida. La casa de los espíritus cumple cuarenta años y yo cumplo ochenta. ¿Dónde se fueron las horas?”, se pregunta Isabel Allende durante el encuentro por YouTube para celebrar el aniversario de una de las novelas latinoamericanas más traducidas y leídas en el mundo. Ella siente que el tiempo ha pasado muy rápido y que su existencia está transitando su último tramo. Para la autora, la emoción de publicar esta reedición de su primera novela solo es comparable al recuerdo del nacimiento de sus hijos.
Este libro tuvo para la celebrada escritora chilena el efecto de un tifón: “Me elevó por el aire, me sacudió hasta los huesos, me arrancó de una existencia mediocre y me lanzó hacia un horizonte abierto de infinitas posibilidades”, dice, y agrega que “todo lo que me duele queda transmutado en la alquimia de la literatura”.
Allende recuerda, también, que cuando comenzó a escribir La casa de los espíritus tenía una “verdadera crisis existencial”. En ese entonces, la escritora vivía en Venezuela, desde su llegada en 1973 a causa del exilio político que sufrió por la dictadura pinochetista. Tenía trabajo y amistades, pero no se sentía en su lugar. Sus hijos ya tenían edad universitaria y su matrimonio estaba colapsando, pero ella no sentía que había realizado nada importante en la vida.
En aquella época, el gran escritor y periodista argentino, Tomás Eloy Martínez, pasó por Venezuela y le dijo: “No vas a poder publicar nada sin un agente literario”. Así fue como dio con la mítica agente literaria española Carmen Balcells, que publicó La casa de los espíritus, convirtiéndose en un enorme éxito hasta nuestros días.
Las anécdotas siguen. Durante la promoción del libro en España, Allende cuenta que fue invitada a un encuentro al que asistieron escritores, críticos literarios y periodistas, a pesar de tratarse de la primera novela de una autora principiante. Isabel rememora que, a pesar del esplendor de la escena, se cortó la luz en el momento preciso en el que Carmen iba a hacer un brindis por la publicación.
En medio de la oscuridad, Balcells bromeó diciendo que “estos son los espíritus que vienen a celebrar con nosotros la presentación del libro”, recuerda la escritora chilena. Carmen apreciaba varias cualidades de Isabel: la modestia, la ingenuidad y la falta de experiencia en estos lanzamientos de libros.
Luego, se suma a la entrevista el director de la agencia literaria Carmen Balcells, su hijo Lluís Miquel Palomares Balcells, quien felicitó a la escritora chilena por “estos cuarenta años que han sido pura magia”. Allende se emociona.
Los comentarios de los participantes del encuentro comienzan a llegar. Así, la periodista española Lara Siscar lee el mensaje de una lectora que contaba haber leído La casa de los espíritus cuando tenía 14 años y que, gracias a esa lectura descubrió el mundo. “Muchos lectores se sienten identificados, sienten que su familia era así, se meten en el libro, a pesar de que viven en un mundo totalmente distinto al que era en aquella época, en 1982″, responde Allende.
Un éxito que traspasa fronteras
La autora de Violeta, Largo pétalo de mar y Mujeres del alma mía vive en California desde 1987 y tal es su reconocimiento mundial que de este homenaje participaron lectores de Ucrania, Argentina, México, Perú, Chile y España. “Enferma de nostalgia” es la definición que da Isabel sobre cómo se sentía cuando rememora aquella época en la que se fue de Chile, y sabe que es una experiencia común con los que se exilian como ella. “Uno sale porque tiene que salir, no porque quiere, y muchas veces no puede elegir adónde ir”, señala y apunta que “la mayor parte de la gente que sale como refugiado político vive mirando para atrás, con un pie en el estribo, siempre listo para regresar a su tierra”.
“El Chile que yo dejé era un país muy dividido y sufrido. Era un país modesto, sobrio. Ahora Chile es muy distinto, con un gobierno muy joven, una generación muy joven que ha asumido el poder, y con problemas que tal vez antes no existían”, reflexiona Allende.
Según la escritora, el problema actual más grave en Chile es la inseguridad y el crimen urbano. “Antes la división era política. Hoy es un odio generalizado en que la gente se detesta una a otro, y eso es un fenómeno que también se ve en los Estados unidos, que no sé si tiene que ver con el país o si tiene que ver con el mundo que estamos viviendo”, señala.
Otro vecino y amigo chileno, también exiliado en Venezuela, se hace presente en pantalla. Se trata -ni más ni menos- que del ex presidente chileno Ricardo Lagos, cuyo mandato fue entre 2002 y 2006 en el país andino. Lagos evoca con nostalgia “la belleza que salió de esa pluma” y agrega que La casa de los espíritus le demuestra a Allende que llegó a ser “una escritora universal”.
Mujeres y feminismo
Después de 30 años de la muerte de su hija Paula, Allende cuenta que todavía recibe mensajes semanales de lectores que leen la obra cuyo título evoca a este doloroso episodio en su vida. “Esto ocurre porque cada uno está atravesando situaciones similares o quieren regalarle el libro autografiado a un conocido que está pasando por algo así”, dice. “Todos pasamos por sufrimientos similares”, concluye la autora chilena.
La conversación del encuentro toca otro tema vigente: el feminismo. Isabel señala que cuando ella era pequeña se hablaba de las “sufragistas”, ya que el término “feminismo” llegó un poco más tarde. Pero cuando Isabel cumplió los 62 años, su madre le confesó que tenía temor por ella, que algunos le respondieran agresivamente a su audacia y atrevimiento. Isabel le respondió que “es cierto que recibí mucha agresión, pero he sentido mucho gusto con la libertad que he logrado”.
La escritora chilena también felicita a la periodista y escritora chilena Elisabeth Subercaseaux, amiga cercana de Allende, que es también la nieta de una célebre escritora chilena y tataranieta de la celebre pareja de músicos Robert y Clara Schumann. Subercaseaux evoca épocas lejanas en las que las abuelas de cada una de ellas se sentaba juntas a convocar a los espíritus. Una visión del mundo y del más allá que ambas mujeres tenían en común, y que las diferenciaba de la mayoría de las personas conocidas.
De los libros a los múltiples formatos
El éxito de La casa de los espíritus no se limita a los libros, ya que la novela también cuenta con numerosas adaptaciones. Por ejemplo, la del cine, estrenada en 1993, hoy convertida en un clásico. Durante el homenaje, Siscar y Allende comparten con los participantes del encuentro algunas imágenes de la versión cinematográfica, dirigida por Billie August y protagonizada por Meryl Streep, Antonio Banderas, Glenn Close, Jeremy Irons, Winona Ryder y Vanessa Redgrave.
La primera novela -y más emblemática- de Allende también tiene sus versiones teatrales y musicales y, próximamente, agregará a esta lista la adaptación televisiva en formato de miniserie, en español, con actores latinoamericanos y españoles. La miniserie será filmada en Latinoamérica y contará con la dirección de dos realizadoras chilenas.
“A mí me gustó mucho la película, pero no parecía latinoamericana”, confiesa Allende. Por este motivo, esperamos con ansiedad la miniserie que, según ella señala, contará con un ambiente totalmente latinoamericano.
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