Hay muchos hábiles declarantes en la Argentina: en el mundo artístico, en el político, en el deportivo. Hay, en el universo de esos hábiles declarantes, algunas lenguas más filosas que otras. Como si se fuera armando un podio de quiénes son mejores para empaquetar en una frase un efecto entre el knock out y la fascinación absoluta. Alcanza con pensar en que los periodistas Marcelo Gantman y Andrés Burgo publicaron Diego Dijo, un libro que compila “las mejores mil frases” de Diego Armando Maradona. Entonces: hay muchos hábiles declarantes, hay algunas lenguas filosas y hay, en ese mismo universo, una sola lengua karateka. La de Moria Casán.
Hablamos de la artista que, por su trabajo como actriz, como conductora y también como panelista de honor en algunos jurados de los más taquilleros de la televisión argentina, logró conseguir -y sostener- un apodo: La One. Y de la mujer que, a fuerza de todo eso, se convirtió en un ícono pop: alcanza con pensar que Lali Espósito -otro ícono pop- estrenará una canción hecha de los sampleos de algunas frases “casanescas”.
¿Cómo se entrena en el arte de golpear y cautivar con la lengua? A través de un intercambio por WhatsApp, Moria habló sobre sus lecturas a Infobae Leamos, y tal vez, en una de sus elecciones haya una gran pista sobre esa pregunta.
-¿Cuál es el libro de tu vida, el que te marcó y más recordás?
-El libro de mi vida que me está marcando en esta nueva era es el Zohar, la biblia de los cabalistas. Me lo envió de regalo un centro de Kabbalah por mis características de elevada espiritualidad y liderazgo. Así me lo hicieron saber. “Zohar” significa “esplendor” y el libro me tiene coptada. No salgo a la calle sin él y comencé a estudiar hebreo bíblico para entenderlo, aún más allá de la metafísica.
-¿Qué libro te gusta regalar?
-El libro que regalo siempre que logro conseguirlo es Historia de la estupidez humana. Es de Paul Tabori y lo regalo por el flagelo que no se puede derribar, que es precisamente aquello a lo que alude su título.
Publicado en 1959, el libro del novelista y periodista húngaro que firmó otras obras como Peter Stafford es un tratado sobre la torpeza, la tontería y, como dice su título, la estupidez. A lo largo de su obra, Tabori contrasta esa estupidez -sobre la que Einstein decía que los humanos podían repetir infinitamente- con la sabiduría. El estúpido es, para Tabori, quien ignora la causa de las cosas. El sabio, al contrario, las conoce.
“Creo en el amor a mí misma, como Oscar Wilde”, le dijo Moria a la revista ¡Hola! en 2014. Un año después, en su perfil de Twitter, volvió a citar al autor de El retrato de Dorian Gray: “Oscar Wilde decía: La educación es algo admirable sin embargo es bueno recordar que nada que valga la pena se puede enseñar!!!”.
En 2016, La One volvió a escribir sobre el irlandés: “Adorados twitteros los dejo con uno de mis preferidos: AMARSE A SI MISMO ES EL COMIENZO DE UN ROMANCE ETERNO (OSCAR WILDE)”. Sin embargo, ningún libro del autor de La importancia de llamarse Ernesto conforma la selección literaria de la que Moria habló con Infobae Leamos.
-¿Leés en digital? ¿Cómo fue tu experiencia?
-No leo en digital. Necesito tocar el papel, el olor, dar vuelta las hojas, palpar el título desde la tapa. Un libro es como tener en la mano todos los personajes que lo atraviesan y titiretearlos de acuerdo a tu percepción. Es una experiencia sensorial. No existe para mí leer a través de una pantalla, ni siquiera la carta de un restaurant. Si la leo impresa comienzan a funcionar mis papilas gustativas.
Casán es lectora pero también autora. En 2012, sirviéndose de su nombre, su creatividad -y la de un buen editor, también- publicó su autobiografía y la tituló MeMORIA. Brillante. Hubo presentación en la Feria del Libro y todo.
-¿Qué leíste en el último año y por qué lo elegiste?
-Dialéctica erística o el arte de tener razón, de Schopenhauer, porque tanto él como Nietzsche son mis filósofos predilectos. Vomitan una escritura que te atraviesa y conmueven mi razón y emocionalidad. También La Trilogía de Nueva York, de Paul Auster. El periodista que investiga un crimen se convierte en el protagonista y eso me atrapó.
Dialéctica erística es un tratado que Schopenhauer no llegó a terminar y que basó en la filosofía aristotélica. Se publicó en 1864, tras la muerte del filósofo admirado por Casán, y enumera 38 estratagemas retóricas que pueden conducir al éxito durante una discusión verbal, aunque no necesariamente conduzcan a la verdad.
Algunos de los estratagemas propuestos en la obra son: “provocar la irritación del adversario y hacerle montar en cólera”, “si inesperadamente el adversario se muestra irritado ante un argumento, debe utilizarse tal argumento con insistencia” y “hacer diversión: ‘comenzar’ repentinamente a hablar de otra cosa totalmente distinta como si tuviese que ver con el asunto en cuestión y constituyese un nuevo argumento en contra del adversario”. Suena a buenos consejos para entrenar una lengua karateka.
Seguir leyendo: