“Vamos a cumplir nuestra promesa de matarte a vos y a tu familia”, dice el mail que el fiscal federal Alberto Nisman recibió el 6 de noviembre de 2012 en su casilla. ¿Qué más había en el correo? Frases como:. “Ya logramos que te apartaran de la negociación de la causa Amia y también logramos que Argentina arregle con Irán sin tu participación”. Amenazas que recibió el ex titular de la UFI AMIA tras denunciar a la entonces presidenta Cristina Kirchner por la firma del Memorándum de entendimiento con Irán.
Los hechos posteriores son conocidos: la noche del 18 de enero de 2015 Nisman apareció muerto en el baño de su departamento de Puerto Madero, con una bala en la cabeza, unas horas antes de presentar las evidencias ante el Congreso. Y una cuestión clave persiste sobre el caso Nisman: ¿homicidio o suicidio? “Nadie en la Argentina cree que Nisman se suicidó”, dice Carlos Gurovich, el periodista argentino y autor de Operación Pajarito —que puede descargarse gratis por un mes desde esta página o directamente en el sitio de Bajalibros.com— en diálogo con Infobae Leamos y pone el foco en el caso más resonante en la historia moderna argentina.
Conocido en las redes sociales como @carloskalman, el periodista da una respuesta desde la ficción a este interrogante que sobrevuela la causa del fiscal: fue asesinato. La novela narra cómo un agente local, Mario (cuyo alias es Iván), y una agente extranjera Zahira (o Ángela) son los que llevan a cabo el minucioso plan para deshacerse de Nisman y silenciarlo. Desde escuchas, agentes de inteligencia, intervenciones, sedantes y hasta la sincronización de semáforos, no hay puntada sin hilo en esta historia. Pero una selfie en el baño de Le Parc puede delatar la verdad. Leer Operación Pajarito es un llamado a reflexionar sobre los límites entre la ficción y la realidad.
La novela “se mueve en línea muy fina de la verdad, la fantasía y la ficción”, dice Gurovich mientras explica por qué impacta tanto el libro desde la tapa: “Esta es la sangre de la bacha de Nisman”, señala. Con personajes que muestran la “decadencia argentina” y otros como “La Jefa” y “Big J.”, el libro recuerda que “la historia es mucho más compleja que contar que mataron a un fiscal”. “Es la historia de la AMIA, del acuerdo nuclear, de Irán, mucho ruido”, asegura.
Gurovich construye una trama verosímil sobre qué pasó la noche del 18 de julio del 2015 en el departamento de Nisman y agrega un recurso novedoso: códigos QR que recorren el libro, que redirigen a entrevistas y a siete informes que realizó junto a su colega, Damián Pachter, para el canal I24 news de la causa Amia-Nisman-Irán.
Pero la investigación del periodista logra ir más allá y pone el cuerpo. ¿Cómo? En abril de 2021 entró al edificio Le Parc y pudo ingresar al espacio de los aires acondicionados, y quedarse allí un largo rato. El espacio se convirtió en un “escondite posible para los personajes”. “A mí me asombró, me hizo temblar las piernas”, cuenta Gurovich cuando explica que verificó gran parte de lo que había imaginado sentado a 18 mil kilómetros de distancia, en Israel, donde vive desde 1978.
Y aunque el lector camina entre la delgada línea de la ficción y la realidad, el pulso se acelera a medida que la historia avanza. Así, el periodista argentino consigue hilvanar hechos de público conocimiento —incluso algunos que quedaron olvidados, como el cadáver calcinado de una mujer a metros de Le Parc — con elementos ficcionales, manteniendo la tensión hasta el final.
La novela incluye infiltrados en el departamento del fiscal, un comando iraní-venezolano, la colaboración local, las huellas y la información de los dispositivos borradas y eliminadas y una salida sin sobresaltos de la escena del crimen. ¿Cómo imagina esto? A partir de una foto que encuentra en internet, la de un falso suicidio. “Las imágenes que están delante de nuestros ojos y te permiten construir un relato”, dice Gurovich.
Más de siete años de investigación, numerosas entrevistas -una de ellas con el fiscal Nisman- y encuentros con Lagomarsino y Stiuso hacen de Operación Pajarito una novela policial que interpela en tiempo presente. Gurovich ofrece una nueva perspectiva, “otras verdades distintas a la de Netfilx”, dice. El periodista define a su novela de forma contundente como “Desafiante, preocupante, intrigante” y concluye con una frase que no deja de repetir: “nunca sabremos la verdad”.
—Hay varios escritores y periodistas, por ejemplo Jorge Fernández Diaz, que dicen que escriben novelas políticas y que utilizan la ficción para contar aquello que no pueden decir desde el lado del periodismo. ¿En este caso usás la ficción para contar cosas reales?
—Hay dos preguntas del millón: una es suicidio u homicidio. Y hubo recientemente todo un tema en el cual el presidente Alberto Fernández se expresó. Fue acerca de la causa que está en este momento en trámite, que es la causa Vialidad, y hablando del fiscal actual, que está en el centro de la polémica, que es el fiscal Luciani, dijo “que no ocurra lo que pasó con Nisman, que se suicidó”. La frase “nadie en la Argentina cree que Nisman se suicidó” la dije yo. Entonces la pregunta es: ¿se mató o lo mataron? Si se mató, con el auto disparo -como lo llama Lagomarsino- no tenemos mayores dificultades, se cierra la causa y chau; pero si lo mataron, como dictamina la Corte -que fueron dos personas, aunque no puedan probar la mecánica, y que a Nisman lo mataron por su trabajo y por las pruebas que iba a presentar contra los acusados en su denuncia- queda la pregunta, la segunda pregunta del millón, ¿cómo entraron y cómo salieron?
—Y ahí entra la ficción
—Sí. Utilizo la realidad, hechos que han sido expresados ampliamente por los medios, por lo que se ha filtrado de la causa, para construir alrededor de eso diálogos de ficción, elementos de ficción y personajes de ficción. Ninguno tiene un nombre real, así que son todos de ficción menos Nisman.
—La novela Operación Pajarito está construida desde noviembre del 2013 hasta febrero del 2015. ¿Por qué ese período?
—Hay una mención a un mail anterior que recibe Nisman, que es el mail famoso donde lo llaman “pajarito”, “te vamos a matar a vos, a toda tu familia, a Stiuso”. Porque en realidad, de todo lo que es la gran causa Nisman, lo que importa y que queda en el aire es ¿qué pasó la noche del 18 de enero en Le Parc y qué pasó con la mujer quemada que nunca nadie reclamó? Jorge Asís tuiteó al respecto luego del asesinato de Nisman, donde mencionaba que iba a haber otro cuerpo y que probablemente fuera femenino, de ahí nace la idea de qué pasó con la mujer quemada, y cómo es que una mujer termina quemada, calcinada, irreconocible a 100 metros de la casa de Nisman.
—Si bien la mayoría de los personajes son masculinos -los agentes de inteligencia, Garganta, Turco-, los dos personajes más importantes son la mujer que mencionás y otro llamado “la Jefa” y son decisivas en la historia. ¿Fue tu intención?
—Creo que la Jefa está mencionada incluso en los audios que tenia Nisman. Y además es vox populi en Argentina, cuando se habla de “La Jefa” todos sabemos de quién hablamos. Respecto al personaje femenino de la agente que se introduce en el departamento de Nisman, me dio la sensación y me pareció importante que tuviera dos elementos: uno, que fuera alguien joven, que no conoce ni le importa ni le interesa el pasado o la historia o el personaje, simplemente tiene un objetivo a cumplir, dedicada agente; y lo segundo, que tuviera alguna obsesión, y la obsesión que tiene es sacarse selfies, como todo joven. Y eso termina siendo, en definitiva, un disparador dentro de la historia, que conduce a un desenlace.
—Hablaste de las selfies y la cuestión tecnológica está muy detallada, pero también hay una atmósfera asfixiante y de control, de que todo está manipulado y ni las llamadas, ni los mensajes son casualidad. Todo está calculado. ¿Cuánto tiene que ver la tecnología con la manipulación? ¿Hay algo que no se pueda manipular?
— La tecnología hoy está al servicio de las agencias de seguridad; sabemos que graban, ven y escuchan absolutamente todo, y en este caso, desde la ficción, es muy probable que de Nisman se supiera, se escuchase y se viese absolutamente todo también. Todo el mundo sabe quién sos, dónde vivís, con quién salís, estás expuesta. El personaje que maneja la tecnología se llama Rabota, que significa trabajo, laburo. Y Rabota expresa el poder que tiene la tecnología, de meterse hasta en los más mínimos detalles y de ser como un verdadero Gran Hermano, que todo lo controla y que tiene capacidad de verlo. En el caso de Operación Pajarito, la tecnología está al servicio de un plan, que necesita el soporte tecnológico de este Gran Hermano, de este elemento Rabota que lo ve todo y que todo lo puede.
—¿Qué nos dice esta novela política sobre la sociedad?
—Hay dos personajes que son secundarios, pero que tienen un reflejo de la sociedad argentina. Uno es Batman y el otro es el Teto. Batman representa al poder económico, que utiliza a la Argentina para su beneficio propio. No hace falta que sea una multinacional, puede ser alguien local también, pero que representa el poder. El poder de hacer lo que quiero, lo que me gusta, sin rendirle cuentas absolutamente a nadie. El Teto es un personaje que representa la decadencia argentina. Esos dos personajes muestran aspectos que podemos encontrar en el día a día, de aquel poderoso que todo lo maneja y de aquel que por un mendrugo se prostituye. Son los personajes que mejor reflejan, como ciudadanos, una realidad argentina.
—¿Qué es lo que condensa Nisman?
—En estos días donde la política hace chocar los poderes del Estado, que se encuentran en ebullición, porque se está discutiendo un caso jurídico, donde se le imputan a la ex presidente Kirchner determinadas acciones y hay un fiscal, que también está en el centro de la escena, el nombre de Nisman ha resucitado. Nisman me decía que el Poder Ejecutivo se había inmiscuido en un terreno que estaba absolutamente delimitado bajo el Poder Judicial. No se puede ir a firmar un acuerdo entre las partes, de tono político, cuando los que tienen el poder de investigar y dictaminar, de acuerdo a la Constitución Nacional, son los fiscales y los jueces. Ahí es donde el metro patrón se diluyó. Operación Pajarito viene a decirte que eso pasa en un país donde el metro patrón no se respeta.
Quién es Carlos Gurovich
♦ Nació en Buenos Aires. En 1978 emigró a Israel para realizar estudios universitarios en la Universidad Hebrea de Jerusalén.
♦ Entre 1979 y 1985 fue director del Centro Audiovisual ”Kiriath Moriah” en Jerusalén capacitando a miles de jóvenes de todo el mundo en la producción de videos educativos.
♦ Desde 1986 es miembro del equipo creador del Canal 2, el primer canal comercial de TV en Israel.
♦ Fue Jefe de producciones de la Autoridad Nacional de Radio y TV de Israel, Director de Alef Network en Argentina e Israel y Subgerente de Tele7ABC en Bucarest, Rumania.
♦ Actualmente se desempeña como editor y conductor del magazine semanal Ñews24 en español en el canal internacional de noticias i24NEWS, que transmite desde Tel Aviv al mundo.
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