La pérdida de la virginidad es un tema que siempre da que hablar. Pudor, nulo diálogo con los padres sobre el tema, poca ESI en las escuelas y un sinfín de dudas entre los adolescentes que buscan experimentar y también aquellos que no saben si está bien separar el romance del placer son algunos de los tópicos habituales en novelas juveniles que hablan sobre la sexualidad.
En los últimos años se han publicado cada vez más novelas de fantasía o de romance juveniles que tienen escenas spicy (picantes), término del cual se viene hablando mucho en plataformas como Tik Tok, cuando los propios lectores son los que recomiendan libros para otros pares. Aclaran sobre la existencia de estas escenas dando su opinión al respecto, cuestionando a veces los conflictos heterosexuales y abriendo debate a aquellos libros que deciden hablar sobre la pansexualidad, la bisexualidad y el mundo LGTB +.
Particularmente en Las (des)ventajas de ser virgen, del sello editorial Duomo Ediciones (Riverside Agency), la autora estadounidense Cameron Lund no solo se tocan algunos de estos tópicos sino que, además, tenemos ese conflicto reiterativo en la cultura pop adolescente (libros, novelas gráficas, series y películas) en donde la protagonista púber se enamora de un chico universitario y quiere tener relaciones con él pero no se anima a confesarle que es virgen.
En este libro se habla mucho sobre la diferencia entre lo que se considera promiscuidad entre hombres y mujeres. Los chicos son considerados “ganadores” por besar o tener sus primeras experiencias a temprana edad y luego de forma consecutiva. Ellas, en cambio, son mal vistas y están en el boca en boca de todos los grupos estudiantiles.
En un instituto secundario de Estados Unidos encontramos a Keely, el personaje principal de este libro. Un día ella cae en cuenta de que es potencialmente la única virgen de su salón de clase cuando asiste a una fiesta y una de sus amigas, Danielle, tiene su primera vez y todos los asistentes se enteran al minuto del hecho. Keely nunca se sintió deseada por ninguno de sus compañeros y eso que su mejor amigo, Andrew, es un chico popular y a lo largo de los años la ha invitado muchas veces a sus encuentros con sus amigos hombres.
Sin embargo, Keely se siente invisible y poco experimentada a la hora de hablar de sexo. Cuando la protagonista de esta historia consigue un trabajo de medio tiempo y conoce a un universitario con el que la química fluye con rapidez llamado Dean, empieza a tomar conciencia de lo complicado que sería acostarse con él sin haber perdido la virginidad antes. Es por esta razón que a Keely, luego de una charla con su amiga Hannah, se le cruza por la cabeza pedirle a Andrew, su mejor amigo, que sea su primera vez. ¿Qué puede salir mal? Él tiene mucha experiencia al respecto y ha sido su amigo por años, confían plenamente el uno y el otro. Nada podría salir mal. O todo podría salir mal.
Esta comedia romántica es muy similar a las típicas películas estadounidenses que hablan sobre la pérdida de la virginidad de una forma simple y divertida pero en las que, en el fondo de la trama, siempre se esconde el origen de una historia de amor. Lo que particularmente me llamó la atención es que Cameron Lund, la autora, tuvo mucho éxito internacional con este libro que trata una premisa ya conocida y reiterativa pero que al mismo tiempo vuelve a invitar a los jóvenes a pensar por qué se le da tanta importancia a la primera vez y las diferencias entre aquellos chicos considerados “ganadores”, “campeones” y “genios” por estar con varias mujeres; y aquellas chicas que son atacadas por hacer exactamente lo mismo.
En esta novela se ve mucho la amistad desde diferentes aristas, trabaja sobre el qué dirán, los secretos, los miedos de los protagonistas y las diferentes clases de amistades que existen. También tiene en el centro de su trama la reflexión sobre la confianza, la delgada línea entre buscar hacer lo correcto y lo que realmente uno desea, sin tener en cuenta las consecuencias que pueden traer las acciones de este grupo de amigos que no dejan de ser jóvenes con incertidumbres y poca experiencia en la vida y que se están formando poco a poco para la vida adulta.
El potencial interés sexual y amoroso entre Keely y Andrew es el otro tópico central de la trama. Así como hay un boom de fanáticos de los libros en los que la historia puede catalogarse como enemies to lovers (de enemigos a enamorados), los fanáticos de las comedias románticas siguen detrás de los friends to lovers (de amigos a enamorados) y van a encontrar esta historia muy fresca, divertida y original dentro del éxito actual de las rom-coms (comedias románticas) para jóvenes lectores. Los lectores de La hipótesis del amor de Ali Hazelwood, Farsa de amor a la española de Elena Armas y Rojo, blanco y sangre azul de Casey McQuiston van a disfrutar de principio a fin Las (des)ventajas de ser virgen.
“Las (des)ventajas de ser virgen” (fragmento)
Por la noche, no puedo dormir. Cada vez que empiezo a conciliar el sueño, las palabras de Hannah me abofetean, devolviéndome a un miserable estado consciente. Cuando cierro los ojos, aparecen imágenes de Andrew flotando ante mí, recuerdos de las veces que lo he visto con chicas, que he presenciado cómo las acorralaba contra la pared en las fiestas, morreandose y con sus manos enmarañadas en su pelo.
Trato de imaginármelo besándome, solo para ver qué pasa. Mis ojos se abren de par en par y me invade una sensación de vergüenza, como si, de algún modo, desde su cama, a unas manzanas de la mía, pudiera adivinar lo que pienso. Odio a Hannah por haberme metido esa idea en la cabeza; sus palabras parecen un gusano que no deja de retorcerse en mi cerebro.
Es una proposición tan típica de Hannah. Lleva haciendo comentarios de una posible relación entre Andrew y yo desde que empezamos el insti.
“Es muy mono”, me dijo en segundo de secundaria, la primera vez que fui a su casa.
Fingí que me venían ganas de vomitar. “Es mono igual que tú. Es decir, que sé que eres guapa, pero no me gustan las chicas”. No fue fácil de explicar.
“Pero los chicos sí te gustan”.
“Sí, pero no los que son rollo Andrew”, respondí, poniendo los ojos en blanco. “Si piensas que es tan mono, ¿por qué no sales con él?”.
“Porque te pertenece”, dijo, como si fuera algo evidente.
Me he acostumbrado a este tipo de conversaciones, a las bromas mordaces que me dedica sobre su cama o sobre su estúpido trabajo en el parque de bomberos. Sin embargo, algo en esta idea suena diferente. No es solo Hannah tratando de que salga con Andrew. Es Hannah tratando de ayudarme con Dean.
Suspiro y cambio a una posición boca abajo. Ni siquiera puedo creer que me lo esté planteando. Lo más probable es que Andrew diga que no y que nuestra relación se vuelva extraña e incómoda. Pero ¿y si respondiera afirmativamente?
Aun así, por mucho que no quiera admitirlo, Hannah tiene razón. Es la solución perfecta a mi problema. Quiero perder la virginidad con alguien en quien pueda confiar plenamente, con alguien que sé que no me negará la palabra el día después, que no me juzgará por estar nerviosa, asustada o por ser torpe.
Quién es Cameron Lund
♦ Nació en New Hampshire, Estados Unidos.
♦ Además de ser escritora es cantante y escribe sus propias canciones.
♦ Es autora de Las (des)ventajas de ser virgen.
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