A fines de 2021, el autoproclamado “dictador más cool del mundo”, Nayib Armando Bukele Ortez, anunció que El Salvador sería el primer país del mundo en reconocer a una criptomoneda de forma oficial. Pero como si fuera poco, ante el desconcierto mundial que generó la noticia, además prometió la creación de una “Ciudad Bitcoin” libre de impuestos sobre la propiedad, la renta y las ganancias de capital.
En su nuevo libro, Claves para entender el mundo actual, contenido exclusivo de Bajalibros, el argentino Mariano Turzi analiza en profundidad este y otros temas que, según el autor, son fundamentales para desmenuzar los vertiginosos cambios que se estuvieron dando a nivel global en los últimos años, así como para comprender mejor todos los que todavía faltan (y que, sin duda, están por llegar).
¿Qué tiene que ver la “fiebre del oro verde” generada por la producción masiva de paltas (aguacates) con los carteles mexicanos? ¿De qué manera el calentamiento global está afectando la producción de café en Centroamérica? ¿Por qué se dice que la esclavitud fue abolida cuando en el mundo todavía hay 40 millones de esclavos? Todo esto y más en Claves para entender el mundo actual, un libro tan sesudo como accesible que analiza el presente para entender el futuro.
“Claves para entender el mundo actual” (fragmento)
Billeteras virtuales y una Ciudad Bitcoin: los planes de Bukele para convertir a El Salvador en la Singapur de Latinoamérica
Hace ya un año El Salvador se convirtió en el primer país del mundo en reconocer una criptomoneda de forma oficial. La nación más pequeña de Centroamérica, que cuenta con unos 6,5 millones de ciudadanos, decidió hacerlo mediante una ley -que despertó no pocas polémicas- que aceptaba el Bitcoin como moneda de curso legal dentro del territorio. No fue el único paso dado en esa dirección: el presidente Nayib Armando Bukele Ortez redobló la apuesta y prometió la futura creación de una Ciudad Bitcoin libre de impuestos.
Para contar con la energía suficiente como para alimentarla, planea construir una red geométrica que aprovecharía el volcán de Conchagua, ubicado en el departamento oriental de La Unión. La localidad será un centro de minado de este tipo de activos virtuales y contará con residencias y comercios. De acuerdo a las estimaciones actuales, se contempla un costo total de US$17.000 millones de dólares y se calcula que las obras podrían dar comienzo en breve, dentro de la primera mitad de 2022.
La nueva localidad no tendría impuestos sobre la propiedad, la renta ni las ganancias de capital, lo que beneficiaría tanto a las empresas locales como a los residentes. La infraestructura (y los costos adicionales que podría provocar la construcción de una ciudad desde cero) se financiará con un impuesto sobre las ventas y con el dinero proporcionado por las propias emisiones de los “bonos volcán”. El Salvador se encamina así a emitir sus primeros bonos soberanos blockchain del mundo denominados en la mencionada criptomoneda.
Recientemente, la compañía estatal de servicios públicos LaGeo, que produce energía geotérmica, fue elegida como entidad para la emisión, en lugar del gobierno central. Esta organización contaba con US$774 millones en activos totales a finales de 2021 y obtuvo US$36 millones de beneficios en el año, según sus estados financieros. Los bonos cubrirán el financiamiento de US$1.000 millones de la obra, con una inversión mínima de sólo US$100. La mitad de ese valor se destinará efectivamente para la infraestructura de Bitcoin City, mientras que el resto se utilizará para comprar Bitcoin con cualquier apreciación de la moneda digital compartida en última instancia con los tenedores de bonos.
El éxito de la venta podría abrir las puertas al gobierno para futuras emisiones con instrumentos similares en mercados financieros no tradicionales. El período de madurez será de diez años denominados en dólares estadounidenses. A marzo de este año, el poder ejecutivo no había enviado al Congreso ningún proyecto de ley de títulos digitales que pudiera regir la emisión de estos bonos. Tampoco se cumplió el plazo para efectuar las ventas, establecido en primer término entre el 15 y el 20 de marzo. El ministro de Finanzas Alejandro Zelaya dijo que la volatilidad del mercado y el conflicto entre Rusia y Ucrania impidieron llevar adelante las operaciones en los tiempos estipulados, pero puntualizó en conferencia de prensa que el bono tiene US$1.500 millones de demanda y que probablemente se emitirá en algún momento del mes de abril.
El Salvador también busca popularizar medios de pago digitales como Chivo Wallet (la billetera electrónica del gobierno, desarrollada por Athena Bitcoin) como mecanismo para promocionar la inclusión financiera. La administración Bukele trabajó hasta el momento con Athena, que también se ocupó de fabricar los cajeros automáticos de moneda digital distribuidos en el país y de proveer el soporte para el pago de salarios en Bitcoin a través de Vanguard 1, un software para cambiar dólares destinado a trabajadores que prefieran cobrar en criptomoneda.
La colaboración entre Athena y el Estado salvadoreño abarcó buena parte del proceso de transformación digital del actual oficialismo, aunque en épocas más recientes se anunció la contratación de la estadounidense Alphapoint para dar soporte tecnológico y solucionar algunos problemas que se fueron presentando con el monedero virtual estatal, desde algunos problemas de interoperabilidad en la red que sufrió la app hasta algunos casos de suplantación de identidad y robo de activos.
A falta de apoyo de prestamistas multilaterales y con sus bonos globales cotizando cerca de sus mínimos históricos, Bukele recurrió a los mercados de criptomonedas en busca de financiación. El Banco Mundial emitió un tramo de deuda utilizando la tecnología blockchain en 2019 y el Banco Europeo de Inversiones vendió un bono digital de 100 millones de euros en una cadena de bloques pública en 2020.
Los entusiastas creen que de esta manera el concepto de bono se acerca al ciudadano común, rompiendo muchos paradigmas y modelos mentales para el ahorrista promedio que podría ser un inversor, en especial considerando que la barrera de entrada (US$100) es tan baja. Los críticos la consideran una iniciativa innecesaria para que los aliados de Bukele y la “cripto-élite” local evite pagar impuestos.
Las finanzas públicas de El Salvador se debilitaron en los últimos años y la reciente suba de los precios de las materias primas aumentó los riesgos económicos. Zelaya admitió que el país buscaba un programa de US$1.300 millones con el Fondo Monetario Internacional que aún no se ha concretado. La deuda pública alcanzó el 85% del PBI en 2021 y el FMI prevé un incremento hasta alcanzar el 96% en 2026. En su última colocación de deuda, el gobierno apenas logró posicionar US$210 millones de emisión de bonos a dos años contra los US$300 millones originalmente previstos.
En enero, el FMI instó a la nación a abandonar el Bitcoin como moneda de curso legal. Para el Consejo Ejecutivo del organismo, “existen grandes riesgos asociados (…) especialmente dada la gran volatilidad de su precio. No lo recomendamos. A corto plazo, los costos y riesgos superan ampliamente los beneficios”.
Bukele cree que puede hacer de El Salvador la “Singapur de América Latina”. El organismo multilateral advierte, por el contrario, que se está caminando peligrosamente junto a una cornisa.
Quién es Mariano Turzi
♦ Es PhD en Estudios Internacionales. Fue profesor de la Universidad de Nueva York y del Instituto de Servicio Exterior de la Nación.
♦ Ha disertado en Estados Unidos, Francia, Corea del Sur, Italia, Inglaterra y China, entre otros países.
♦ Es autor de Claves para entender el mundo actual y Cómo los superhéroes explican el mundo, entre otros.
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