El jurado del Premio Sor Juana Inés de la Cruz 2022 , uno de los más importantes en lengua castellana, que se otorga específicamente a escritoras, anunció a su ganadora, es la octava vez, desde que los premios se entregaron por primera vez en 1993, que una mexicana se lleva el galardón. Daniela Tarazona fue la autora cuyo nombre se agregó a este listado de mujeres de América Latina y el Caribe que son reconocidas por su trabajo escrito en idioma español, gracias a “Isla Partida”, una novela que, a partir de eventos autobiográficos, desarrolla una historia narrada en segunda persona, en la que la misma se repite, se multiplica y se desdobla.
En entrevista con Leamos, Tarazona revela que hay detrás de su “Isla Partida”, un escrito que, según relató recientemente, “costó mucho decidir sacarla al mundo”, y al cual le dio forma a partir de que le diagnosticaron una afectación cerebral. Ahora este libro de tintes biográficos, familiares y hasta surrealista ha rendido frutos para Daniela Tarazona, después de que el jurado compuesto por Sara Poot Herrera (México), Andrea Jeftanovic (Chile) y Daniel Centeno Maldonado (Venezuela), decidió, de forma unánime, otorgarle el prestigioso premio.
La escritora mexicana recientemente acaba de iniciar una aventura por Europa; desde hace dos meses se encuentra viviendo en España, ahí fue notificada de que había sido ganadora. La distancia no le impide compartir con sus lectores latinoamericanos todo lo que se encuentra dentro de su obra, la cual forma parte de su sello característico de escritura, algo que vine desarrollando desde “El Animal sobre la piedra” y “El beso de la liebre”, sus anteriores novelas.
“La lectura es eso, un encuentro de dos soledades, de dos ánimos, dos emociones que se unen por ahí”. Daniela Tarazona.
— ¿Qué es “Isla Partida” para ti?
— Tiene muchos pasajes, anécdotas e historias que tienen que ver con mi biografía, como algunos recuerdos de infancia y vivencias. Una de las líneas principales de la novela es el trastorno neurológico que está en algunos capítulos con más claridad, son capítulos donde está más presente el delirio y estas asociaciones que la protagonista hace entre cosas muy dispares”
Al tiempo, la escritora reveló que en uno de los capítulos de “Isla partida” plasmó una sensación de amenaza muy grande con la idea de que todo en este mundo puede ser comprado, incluso las emociones. El libro como objeto literario, asegura, es una composición que abrevia distintos lugares, en una novela, en la que la misma autora refleja condiciones íntimas de su vida, pero llevadas a una ficción delirante, llena de momentos particulares y familiares, así como ajenos.
— ¿Es un texto que encuentra su riqueza en la segunda persona?
— Esta segunda persona tenía que ver con la intención de establecer ese desdoblamiento, de dar cuenta de un personaje que se puede desdoblar en “esa ella”, yo quería hacer como ese movimiento doble, incluso en varios momentos señaló que un movimiento múltiple; este personaje representa a muchas mujeres, muchas personas que han transitado este tipo de pensamientos se pueden identificar.
Señala la autora que usar la segunda persona como elemento narrativo, como sucede en “Isla partida”, puede dar ese efecto de alcance y encuentro, que al momento de leer parece que el llamado se encuentra del otro lado. Con el paso de las páginas la autora hace una exposición de temas médicos y todo lo emocional y los escenarios que transitan por la mente
— Mi intención era poner sobre la mesa un libro que encerrara, tuviera y contará la fuerza de un testimonio; es decir, es testimonial, pero también es ficcional; esa composición es ficcional, es un llamado o una entrega que yo quise hacer, porque cuando uno atraviesa por ese tipo de momentos, se ve y se encuentra muy solo, y pensé que quizá sería de interés para personas que hubieran tenido dificultades emocionales y mentales; hacer algo que acompañará..
Desde hace tiempo la escritora mexicana ha tomado inspiración de momentos mentales de quiebre; es algo que ha caracterizado su escritura. Somete a sus personajes a vivencias extraordinarias con altos contenidos de crudeza, realismo, inmortalidad, superpoderes y hasta transmutaciones; como en sus anteriores novelas “El animal sobre la piedra” y “El beso de la liebre”, en las cuales la figura de la mujer se encuentra muy presente, otra de las claves que dibujan la prosa de Tarazona. La escritora reveló en la entrevista con Infobae que se encuentra construyendo una nueva historia, que se alejará de las temáticas de sus anteriores escritos y se centrará en ideas nuevas.
— Para mí han sido motivo de inspiración las mujeres que he conocido y que he tenido muy cerca a lo largo de mi vida: mi abuela, mi madre, mis tías, mis primas y mis amigas; me ha parecido importante narrar desde ese lugar de las mujeres. Inspirarme en esas historias es también una parte muy importante, en mis libros; aunque el libro que estoy trabajando ahora es el paso a otra etapa, tiene que ver con la ambigüedad y el cuerpo.
— La historia de “Isla Partida”, no solo es un texto de pinceladas autobiográficas, también hay un homenaje a tu abuela
— Después de que mi abuela murió, me enteré en unas cartas que ella había sido amiga de Dávila, el poeta chileno, y de Elena Garro; que se frecuentaban, como lo revela una correspondencia de Eunice Odio con Juan Lizcano, un poeta venezolano. Yo estaba investigando eso, y encontré, en ese mismo marco, la historia en esa época en la que estuvo Lee Harvey Oswald en México. Hay algunos textos que dicen que estuvieron cerca en una fiesta, que Elena Garro lo vio ahí. Todo eso lo quise llevar a un capítulo de una fabulación muy fantástica, sobre la presencia de este personaje, le salen cuernos y hay imágenes muy delirantes.
— ¿Es un libro que busca celebrar la diversidad de ver la vida y el mundo de una forma diferente?
— Sí, creo que estamos sumidos en un sistema y en un mundo que nos demanda tener encima una etiqueta, lo que debemos ser, cómo debemos comportarnos. Aunque es algo que me había preguntado antes, los temas que tienen que ver son la identidad en mis otros libros y colaboraciones, todo esto que está atravesado por la tecnología me parece perjudicial para las emociones, ya que somos distintos, variables, diversas y todas esas diferencias son una riqueza. El título de “Isla Partida” se da por la división del cerebro, pero también por esa isla que tenemos todos, es un asunto en común y que también nos separa.
En “Isla Partida” también existen fragmentos que dejan incógnita en el lector, fragmentos que la Tarazona, prefiere no revelar, no por secretismo, sino por con compromiso con ella misma y con su intimidad. Expresa que muchas de las incógnitas que ha dejado el libro, también las tiene ella. “Escribo para tratar de entender, para explorar, como para hacer una expedición dentro de un tema o de algo que me obsesione”; es así como este relato no solo guarda correspondencia con su creadora, sino un encuentro atemporal con el lector.
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